En 2004, el entonces jefe de la Oficina de Intereses de La Habana (SINA), James Cason, inaugura el Centro Linconl que según la página web de dicha oficina forma parte de sus "recursos informativos". Según esa misma fuente: "Su misión ha sido y es promover los intereses estadounidenses, mediante la entrega de información sobre la política de los Estados Unidos a determinado público con poder de influencia en la opinión pública sobre los temas centrales relacionados con las metas de los EE.UU." Por M. H. Lagarde
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Las redes sociales es el último frente de la guerra mediática contra Cuba. Específicamente Twitter. Durante las 24 horas del día en #Cuba convergen, la mayoría al amparo de nicks que ocultan su verdadera identidad, los nuevos activistas de la propaganda anticubana. Su función sin embargo no es tan novedosa. Ahora, sobre el soporte de las nuevas tecnologías, los estrategas de la desinformación repiten los viejos métodos de la guerra sicológica que desde hace 51 años Estados Unidos práctica contra Cuba.
Esencialmente se trata de descalificar, con vistas a influir sobre todo en la opinión pública internacional, el sistema socialista cubano; difamar sobre los dirigentes de la revolución y crear la imagen de la existencia, con sus líderes prefabricados incluidos, de una oposición interna. La voz cantante, por supuesto, la lleva la construcción mediática más indeleble y fraudulenta de los últimos tiempos, la blodeguera mercenaria anticubana Yoani Sánchez. Otros twitteros y programas automáticos le sirven de coro a cada una de sus líneas de mensajes prediseñadas en algún laboratorio de Langley.
En el caso cubano -sin obviar la falta de conectividad a la red debido al bloqueo económico que sufre la Isla-, se trata de replicar experimentos similares a los realizados recientemente por el gobierno de Estados Unidos contra Venezuela e Irán.
Durante la llamada Ola Verde –donde twitter jugó un papel tan importante que hasta la Secretaria de Estado ordenó posponer un mantenimiento programado a los servidores para Irán de esta red social-, la mayor parte de los activistas que supuestamente denunciaban el fraude de las elecciones, las manifestaciones y la represión en ese país del medio oriente, no estaban allí como se quería hacer creer, sino en territorio norteamericano.
¿Podría decirse que sucede otro tanto en el caso de Cuba? Sin dudas muchos de los twitteros cuya misión consiste en denigrar a la Revolución se encuentran en EE.UU u otros países, pero no todos. Algunos realizan su labor propagandística desde la propia Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
El Cabo Cason en otro momento de la inauguración. Todo listo para iniciar los entrenamientos de mercenarios...
› Hillary Clinton defiende a twitter cubana
› La verdad y la mentira en twitter
› Hillary defiende la libertad de subversión
› Irán, la CIA, Twitter y los teléfonos móviles
› Yoani Sánchez, Irán y los llamados a la subversion
› La "gran ola" cubana de Yoani Sánchez
(Continuará…)
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Las redes sociales es el último frente de la guerra mediática contra Cuba. Específicamente Twitter. Durante las 24 horas del día en #Cuba convergen, la mayoría al amparo de nicks que ocultan su verdadera identidad, los nuevos activistas de la propaganda anticubana. Su función sin embargo no es tan novedosa. Ahora, sobre el soporte de las nuevas tecnologías, los estrategas de la desinformación repiten los viejos métodos de la guerra sicológica que desde hace 51 años Estados Unidos práctica contra Cuba.
Esencialmente se trata de descalificar, con vistas a influir sobre todo en la opinión pública internacional, el sistema socialista cubano; difamar sobre los dirigentes de la revolución y crear la imagen de la existencia, con sus líderes prefabricados incluidos, de una oposición interna. La voz cantante, por supuesto, la lleva la construcción mediática más indeleble y fraudulenta de los últimos tiempos, la blodeguera mercenaria anticubana Yoani Sánchez. Otros twitteros y programas automáticos le sirven de coro a cada una de sus líneas de mensajes prediseñadas en algún laboratorio de Langley.
En el caso cubano -sin obviar la falta de conectividad a la red debido al bloqueo económico que sufre la Isla-, se trata de replicar experimentos similares a los realizados recientemente por el gobierno de Estados Unidos contra Venezuela e Irán.
Durante la llamada Ola Verde –donde twitter jugó un papel tan importante que hasta la Secretaria de Estado ordenó posponer un mantenimiento programado a los servidores para Irán de esta red social-, la mayor parte de los activistas que supuestamente denunciaban el fraude de las elecciones, las manifestaciones y la represión en ese país del medio oriente, no estaban allí como se quería hacer creer, sino en territorio norteamericano.
¿Podría decirse que sucede otro tanto en el caso de Cuba? Sin dudas muchos de los twitteros cuya misión consiste en denigrar a la Revolución se encuentran en EE.UU u otros países, pero no todos. Algunos realizan su labor propagandística desde la propia Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
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(Continuará…)
La batalla de ideas adentro del país tampoco se puede ignorar. Un ejemplo clásico de propaganda solapada me parece que es por ejemplo la novela "Salir de noche". Ahí tienen la representación de lo más miserable de la conducta humana, traiciones por frivolidades, apología de la crueldad, prejuicios sociales tipo "ciudad-campo", ridiculización de la sensibilidad (caso muy evidente en el personaje de Alfredo, esto recuerda la parte del libro The Craft of Intelligence donde se habla de ridiculizar todo aquello que tenga crédito, o sentido, diría yo). Y el hilo conductor de toda esta historia es la moda, elemento que atrae especialmente al cubano. Ojalá y haya malinterpretado todo esto, pero lo dudo mucho. Si se alude a la justificación de querer enseñar lo que no se debe hacer, me parece muy pobre, pues nadie educa a los hijos así, por tanto tampoco debería hacerse con los adultos. Además, si el imaginario de las personas se llenan de referencias negativas, ¿cómo podrán construir un mundo mejor? ¿con qué retazos y conceptos positivos, si nadie se los ha mostrado? Quizá el imaginario del que concibió esta historia ya está contaminado con tanta fealdad. Cuando Fidel se refirió a "batallas de ideas" con seguridad incluía el valor estético, pues si la revolución es un acto de fe, y la fe se construye con la idea de un mundo más bello, es necesario que el imaginario contenga algo de belleza para seguir manteniendo esa fe.
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