Por M. H. Lagarde
No se trata de un club de abuelos, de esos suelen verse a menudo en los parques habaneros, donde personas de la tercera edad, además de estirar los músculos, ensanchan sus relaciones sociales. La foto muestra una manifestación de las Damas del Verde -vestidas de Blanco-, quienes tras su último desafortunado desfile por las calles de Centro Habana , el pasado domingo reaparecieron nuevamente en 5ta avenida.
No es primera vez que las Damas asisten a misa en la iglesia de Santa Rita y el "ejercicio" no tendría nada de trascendente si la atlética tropa femenina no fuera conducida nada menos que por la "instructora" Yoani Sánchez, la "archifamosa" bloguera mercenaria cubana, quien, como puede verse en la imagen, encabeza a las “maratonistas”.
“Estoy en la iglesia de Santa Rita, para darle mi apoyo a las Damas de Blanco. Son madres, esposas e hijas de presos políticos. 8:17 AM Feb 7th”, escribió en su twitter la bloguera que, hasta ahora, ha alardeado de su apolicitidad y distanciamiento de cualquier otro grupo contrarrevolucionario.
No es de extrañar que Yoani Sánchez se solidarice con las Damas del Verde. Como ella misma ha reconocido en otras ocasiones, se siente deudora del movimiento de los llamados "periodistas independientes", un grupo de improvisados profesionales egresados de la Facultad de Periodismo que funciona en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) y que al final tuvo, en su momento, la misma encomienda de los nuevos “disidentes” blogueros.
En realidad, la diferencia entre los llamados periodistas y los nuevos mercenarios, ahora equipados con laptop y celulares, radica en el trabajo que se tomaron los muchachos de Langley en tratar de disimular, viajes a Suiza mediante, servidores en Alemania y colaboración de personal diplomático en La Habana , su relación con el gobierno de Estados Unidos.
Es bueno recordar que la marcha encabezada por la bloguera ocurre justo cuando ocho congresistas republicanos le andan exigiendo al gobierno de Obama la aprobación, en el presupuesto del 2010, de 20 millones de dólares dedicados a la subversión en Cuba.
Pero la disciplina en Langley se ha resquebrajado en demasía o quienes apoyan a los mercenarios se han vuelto cada vez más cínicos. En recientes declaraciones a la emisora Radio Martí la legisladora republicana Ileana Ros–Lethinen expresó: "Ojalá pronto podamos restaurar los fondos para los programas prodemocracia... la oposición y los disidentes, las Damas de Blanco, ...vamos luchar arduamente para conseguir los fondos para ayudar a la disidencia, la oposición, la voces independientes..."
Nadie dude que, tanto la marcha, como la nueva coalición mercenaria, hayan sido ordenadas desde las oficinas del gobierno norteamericano que han convertido la industria anticubana en un lucrativo negocio. En medio de una crisis económica sin precedentes, como la que padece hoy Estados Unidos, el gasto del dinero del contribuyente debe estar bien justicado. El verde billete no puede ser solo para comprar jabones, blusas, sayas blancas y decir, vía teléfono, tonterías por Radio Martí.
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