En una nota del Arzobispado de La Habana, el vocero Orlando Márquez negó este jueves que Ortega le haya dicho al diputado español Teófilo de Luis, del opositor Partido Popular (PP), que a los liberados desde julio de 2010 se les 'forzó al destierro en España'
Márquez dijo que en su conversación con los reclusos, Ortega les informaba sobre su inminente excarcelación y les consultaba si deseaban viajar o no a España. Solo 12 optaron por permanecer en Cuba y fueron igualmente excarcelados, agregó.
De Luis dijo el miércoles en un debate parlamentario que a los excarcelados cubanos, del 15 de julio de 2010 a abril pasado, "no se les dejó ninguna opción de permanecer en Cuba" y se "les forzó al destierro".
El Arzobispado de La Habana también rechazó como "absolutamente falso" que Ortega viajara en fecha reciente a Bruselas "por orden, y en representación, del gobierno cubano", como aseveró de Luis para lograr la supresión de la Posición Común de la Unión Europea (UE).
"Nunca, durante todo este proceso, las autoridades cubanas han hecho a la Iglesia una solicitud semejante", dijo la nota de prensa según la cual la visita del cardenal fue resultado de una invitación del bloque de los 27.
La UE -comentó la nota del vocero del cardenal- "deseaba conocer, de primera mano, sobre el proceso de diálogo iniciado entre la Iglesia y el gobierno cubano, y sobre las excarcelaciones y la mediación que desarrolló la Iglesia".
Las liberaciones, que relajaron la presión internacional sobre La Habana, iniciaron dos meses después de un inédito diálogo de Ortega y Castro el 19 de mayo del año pasado.
El diputado del PP denunció que el purpurado isleño está colaborando con el gobierno de Castro.
Márquez adelantó que en los próximos días "y desde medios propios, informaremos lo que nos corresponde como Iglesia" sobre el papel de esta institución en el proceso de excarcelación de prisioneros.
La nota del Arzobispado coincidió este día con una condena del diario Granma, del Partido Comunista, a declaraciones del encargado de Asuntos Iberoamericanos de la Cancillería de España, Juan Antonio Yánez-Barnuevo.
Yánez-Barnuevo dijo, en el propio debate de los diputados, que la situación de los derechos humanos en Cuba sigue siendo "preocupante".
Granma replicó que las "preocupaciones" de España sobre los derechos humanos en la isla son "ridículas" e "injerencistas" y dijo que Madrid no es un ejemplo en la materia, aludiendo a la represión de las protestas de los llamados "indignados españoles".
La reacción del vocero oficial, según analistas, prefigura el inicio de un eventual controversia con el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien hasta ahora no ha definido si en algún momento visitaría la isla.
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