Por Jean Guy Allard
El Senador norteamericano Robert “Bob” Menendez y el Representante Albio Sires, ambos de orígen cubano, se reunieron el último 17 de mayo con Luis Posada Carriles, en un restaurante de West New York, en el curso de una asamblea de connotados terroristas de la “región Norte” y de cabecillas de la mafia cubanoamericana de Miami convocada para celebrar el indulto del terrorista internacional por un tribunal tejano.
La reunion con carácter claramente conspirativo tuvo lugar en el restaurante “El Faro” ubicado en margen del rio Hudson, River Drive y Calle 60, en West New York. El representante Albio Sires fue alcalde de la ciudad de West New York, vecina de Union City, antes de emprender su carrera de político federal. Era entonces conocido por sus relaciones con el hampa cubanoamericano que desarrolló ahí una extensa red de juego ilegal y de prostitución.
Posada Carriles estuvo durante una semana en Nueva York y en Nueva Jersey a partir del 16 de mayo último. Participó entonces a una serie de encuentros con la red local de fanáticos “anticastristas”, todos vinculados a las acciones de carácter terrorista contra Cuba alentados, orientados y financiados por la Agencia Central de Inteligencia durante varias décadas.
Tomando la palabra en la reunión de “El Faro”, “Bob” Menéndez expresó que el resultado del juicio a Posada Carriles en El Paso era producto de su trabajo de influencia con el propio presidente Barack Obama y sus colaboradores para lograr que la administración modificara su punto de vista.
Según testigos, Posada agradeció su “amigo personal” Robert “Bob” Menéndez “para las gestiones que ha realizado” a favor de su lucha desde que falleció el entonces jefe de la mafia cubanoamericana del Norte, Monzón Placencia, el ex suegro del actual Senador federal.
El industrial de Nueva Jersey Monzón Placencia, fue el iniciador y financista de la operación terrorista que sacudo a La Habana en 1997 y que provocó la muerte del joven italiano Fabio DiCelmo, en un atentado realizado en el lobby del hotel Copacabana.
Monzón apadrinó a Menéndez desde que tenía 17 años, le enseño el español que no dominaba y lo orientó hacia su carrera política, financiando sus campañas. El hoy Senador fue alcalde de Union City, ciudad vecina de Nueva York, que administró al estilo del Far-West a partir de 1986. Gracias a su administración mafiosa, la localidad se confirmó como paraíso del juego, del racketeering, de la extorsión, del fraude y de la prostitución.
La referencia a las “gestiones” evidentemente ocultas de Menéndez a su favor, incluya por cierto a la investigación de Gran Jurado de New Jersey, en relación con los atentados de La Habana, que “misteriosamente” se dilató para luego quedar interrumpida, sin más explicaciones de las autoridades judiciales.
El Gran Jurado pretendió esclarecer el financiamiento de Posada por el difunto Monzón, su socio Abel Hernández, residente de Cliffside Park, y Oscar Rojas, quien fue su contador durante 20 años.
El domingo 22 de mayo, las organizaciones “anticastristas” de la llamada zona Norte, celebraron a Posada, esta vez en el restaurante “Las Palmas” ubicado en Bergenline Avenue. La fiesta duró aproximadamente cuatro horas.
Los organizadores recaudaron entonces cerca de 20 mil dólares.
Testigos afirman que la presencia de Posada en Nueva York llevo los participantes a las distintas reuniones de nostálgicos del terror a comentar que gozan de impunidad ante el gobierno y del sistema judicial norteamericano.
Durante uno de los encuentros, tanto Posada como sus anfitriones dijeron de forma abierta que llego el momento de “darles una lección” a quienes en EEUU “negocian con la dictadura” en Cuba.
Todos “reconocieron” de una forma u otra que la absolución de Posada en El Paso es el resultado de la falta de voluntad del gobierno para sancionar al terrorista y de las presiones personales realizadas por “Bob” Menéndez.
Posada Carriles en una intervención ante sus partidarios, declaró abiertamente que el dinero recuadado “se utilizará para la realización de acciones violentas contra Cuba”.
Tanto Posada como varios otros participantes valoraron que en Cuba “están creadas condiciones” para encontrar “en segmentos de la población” apoyo para operaciones violentas de corte terrorista o acciones provocativas con el propósito de provocar “incidentes de avionetas”.
UN PASEO SOSPECHOSO ANTE LA MISION DE CUBA EN LA ONU
En el medio de un recorrido de Nueva York, Posada y varios de sus seguidores, realizaron un paseo que no deja de ser sospechoso tratándose del terrorista obsesionado por la planificación de nuevos atentados.
Posada fue observado e incluso fotografiado a pocos metros de la Misión de Cuba ante la ONU, esquina Lexington Ave y 38 St., en compañía de los connotados conspiradores Ángel Alfonso Alemán, Ricardo Montero Duque, Rúben Gonzalo y del “relevo” Felito Gonzalo.
Ángel Alfonso Alemán es un viejo colaborador del representante Albio Sires, y fue arestado e inculpado en el caso de La Esperanza, este yate interceptado accidentalmente por la guardia costera en Puerto Rico mientras se dirigía a la isla venezolana de Margarita en un intento de asesinato del Presidente Fidel Castro. Alemán apareció también de testigo ante el mencionado Gran Jurado de Nueva Jersey. El hijo de Alemán, José, también es objeto de sospechas en este mismo caso.
Ricardo Montero Duque, un excomandante del batallón mercenario de la fracasada invasion de Playa Giron, maneja un grupo de ex reclusos que apadrina en la región al grupo terrorista Alpha 66 de Miami, Cuba Independiente y Democrática de Huber Matos, el Directorio Democrático Cubano y otros tantos grupuscolos que predican la violencia de una forma u otra.
En cuanto a Rubén Gonzalo, fue identificado por el FBI, durante el juicio de El Paso, como uno de los individuos que realizarón transferencias de fondos a Posada en El Salvador mientras manejaba los atentados terroristas de La Habana,
En el pasado, las oficinas que alojan los diplomáticos cubanos que representan a la Isla ante las Naciones Unidas, han sido objetivo para los terroristas cubanoamericanos.
Félix García Rodríguez, diplomático de la Misión Cubana ante Naciones Unidas, fue ejecutado en plena calle de Nueva York el 11 de septiembre de 1980 por Pedro Remón, sicario de Omega 7 que acompañó a Posada en el 2000 en su fracasdo atentado contra el presidete cubano Fidel Castro.
Entre los acompañantes de Posada en Nueva York se encontraban personajes con vínculos conocidos a este mismo grupo terrorista y a la llamada Brigada 2506 del agente CIA Félix Ismael “El Gato Rodríguez.quién traficó armas contra droga con el terrorista en El Salvador. También se sumaron a la organización de la estancia del criminal, un grupo de “ex reclusos” cubanos conectado a distintas conspiraciones violentas en distintas etapas.
Para varios observadores, la presencia de Posada en Nueva York y la región norte constituye una indiscutible confirmación de que el resultado del pretendido juicio celebrado “contra” Posada en El Paso no es más que un indulto gubernamental negociado por “Bob” Menéndez y otros miembros de la mafia cubanoamericana activos en las más altas esferas del gobierno de Washington.
En relación con el proposito del viaje de Posada al “Norte”, queda por esclarecer a que fue realmente. ¿A relalizar un acto de provocación frente a la sede de cuba bate la ONU? ¿A agradecer personalmente a su padrino “Bob” Menéndez? ¿A resolver con el algún tema pendiente del Gran Jurado? ¿A asegurar sus viejos cómplices de que “nada ha cambiado” y planificar nuevas acciones contra Cuba, Venezuela o otros países del Alba?
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