miércoles, 4 de mayo de 2011

Bush rechazó en 2001 oferta para juzgar a Bin Laden



› Osama, preferiblemente silenciado


WASHINGTON, may (IPS)  - Cuando el presidente estadounidense George W.  Bush (2001-2009) rechazó una oferta del movimiento islamista afgano  Talibán para juzgar a Osama bin Laden en octubre 2001, renunció a la única  oportunidad de poner fin a una persecución que continuaría nueve años más.
 El líder de la red radical Al Qaeda logró escapar a Pakistán pocas semanas  después debido a que la administración de Bush no tenía un plan para  capturarlo.
 El último canciller del régimen talibán en Afganistán, Wakil Ahmed  Muttawakil, ofreció en una reunión secreta en Islamabad el 15 de octubre  de 2001 poner a Bin Laden bajo custodia de la Organización de la  Conferencia Islámica (OIC) y ser juzgado por los atentados terroristas del  11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
 Esto lo confirmó el propio Muttawakil a IPS en una entrevista realizada  en Kabul el año pasado.
 La OIC es una organización de tendencia moderada y con sede en Arabia  Saudita que representa a todos los países islámicos. Un juicio a Bin Laden  por naciones de ese grupo habría significado un duro golpe a las  credenciales islámicas de Al Qaeda, más grande que cualquier operación que  Estados Unidos pudiera hacer.
 Muttawakil incluso retiró la condición que había exigido en septiembre  de que Estados Unidos proveyera evidencia de la responsabilidad de Bin  Laden en los ataques del 11 de septiembre de 2001.


 Esa exigencia había sido también reiterada por el embajador talibán en  Pakistán, Abdul Alam Zaeef, el 5 de octubre, dos días antes de que  comenzaran los bombardeos a objetivos del Talibán en Afganistán.
 Hubo informes de prensa muy superficiales entonces señalando que el  canciller talibán había hecho una nueva oferta en Islamabad para que Bin  Laden fuera juzgado por uno o más países. Ningún talibán, sin embargo,  proveyó detalles de lo que se había propuesto efectivamente hasta la  revelación de Muttawakil.
 Muttawakil, quien estuvo detenido en la base aérea estadounidense de  Bagram durante 18 meses luego del derrocamiento del régimen Talibán y  quien ahora vive en Kabul con la aprobación del gobierno del presidente  Hamid Karzai, dijo a IPS que también había ofrecido una segunda opción: un  "tribunal especial" para juzgar a Bin Laden que sería creado por  Afganistán y otros gobiernos musulmanes.
 Funcionarios estadounidenses creen que Muttawakil gozaba de la  confianza del líder del Talibán, el mulá Omar. Un cable diplomático de  diciembre de 1998 desde la embajada de Estados Unidos en Islamabad  señalaba que Muttawakil "era considerado el más estrecho asesor de Omar en  temas políticos", y que se había convertido en su "persona clave" en  asuntos de política exterior en 1997.
 La nueva oferta talibán llegó casi inmediatamente después de que  Estados Unidos comenzó a bombardear Afganistán el 7 de octubre de 2001. El  temor a esa ofensiva y a lo que posiblemente vendría después evidentemente  llevó a los líderes talibanes a ser más flexibles en relación a Bin Laden.
 Pero Bush rechazó enfáticamente cualquier conversación sobre la  propuesta, declarando: "No deben ser escuchados. No hay negociaciones".
 El entonces mandatario estadounidense rechazó la oferta talibán a pesar  de que sus servicios de inteligencia habían reunido informes en los meses  previos de fuertes divisiones dentro de ese grupo islamista por causa de  Bin Laden.
 Fue por esos informes que Bush había autorizado reuniones secretas  entre un funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y un  talibán de alto rango a fines de septiembre.
 El ex director de la CIA George Tenet recordó en sus memorias q ue el  entonces jefe de la oficina de la agencia en Pakistán, Robert Grenier, se  reunió con el mulá Osmani, segundo al mando del Talibán, en la provincia  pakistaní de Balochistán.
 Pero Grenier estaba sólo autorizado a presentarle a Osmani tres  posibilidades: el Talibán debía directamente entregar a Bin Laden o darle  vía libre a Estados Unidos para encontrarlo o someterse a acciones  unilaterales de Washington. Osmani rechazó las tres opciones.
 El 3 de octubre, Bush públicamente descartó negociar con el Talibán.  Tienen que "entregar a (los miembros de) la organización Al Qaeda que  viven en Afganistán y destruir los campamentos terroristas", indicó,  añadiendo: "No hay negociaciones".
 Milton Bearden, jefe de la oficina de la CIA en Pakistán durante la  resistencia de los combatientes islámicos afganos contra la ocupación  soviética, dijo al diario The Washington Post dos semanas después que Bush  había rechazado una nueva oferta de Muttawakil, quien insistía en que el  Talibán quería resolver el problema respetando los valores islámicos.
 "Nunca escuchamos lo que intentaban decir", dijo Bearden.
 La negativa de Bush a negociar Talibán fue en los hechos darle un pase  libre a Bin Laden y a otros líderes de Al Qaeda, porque entonces  Washington no tenía planes para detenerlo en Afganistán y no sabía qué  nivel de esfuerzo militar se necesitaría para impedir que se fugara del  país.
 La falta de un plan militar para atrapar a Bin Laden fue  responsabilidad del equipo de seguridad de Bush, liderado por el  vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld,  quienes se opusieron firmemente a cualquier operación militar en  Afganistán aun cuando hubiera posibilidad de atrapar al líder de Al Qaeda.
 Rumsfeld y su segundo al mando, Paul Wolfowitz, habían minimizado  advertencias de la CIA de un posible ataque terrorista de Al Qaeda contra  Estados Unidos en el verano boreal de 2001, e incluso después de los  ataques del 11 de septiembre siguieron cuestionando la idea de que Bin  Laden era responsable.
 Gareth Porter es periodista e historiador especializado en la política  de seguridad nacional de Estados Unidos.

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