La Habana, (PL).- Una mayor inclusión y diversidad acorde con los tiempos actuales constituyen el principal propósito de las modificaciones que se proponen al Código de Familia vigente en Cuba, a fin de acercarlo más a la realidad del país.
Se trata de un documento aprobado en febrero de 1975 que debe democratizar más las relaciones entre el hombre y la mujer dentro de la familia y modificar patrones heredados históricamente.
Autoridades de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y Familia de la Unión de Juristas en la Isla han señalado en varias tribunas que son reformas para perfeccionar las relaciones familiares, pues es en ese núcleo donde se inicia la formación del ser social y se aprenden los primeros valores.
También la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Mariela Castro Espín, explica que entre los cambios planteados está desterrar en la población cubana manifestaciones como la discriminación a las personas por su orientación sexual, así como ponderar la paternidad y maternidad responsables.
El objetivo es legitimar a hombres y mujeres para que sean considerados por igual sin distinción de género, al tiempo que hace más humano su contenido.
Castro Espín ha ratificado la necesidad de verdaderos cambios subjetivos, culturales y sociales que sustituyan prejuicios y actitudes discriminatorias generalizadas en la población, con relación a todo lo que se identifica como diferente.
En el VIII Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, celebrado los días 7 y 8 del presente mes, dijo que el antreproyecto del código en preparación debe incluir importantes aspectos sobre la identidad de género y derechos sexuales.
Tenemos la responsabilidad de eliminar todas las formas de discriminación en nuestras leyes y hay voluntad política para hacerlo .
De acuerdo con la también master en Sexología, la institución familiar tiene la responsabilidad de aceptar, respetar, cuidar, querer, apoyar a todos sus integrantes independientemente de sexo, raza, género, orientación sexual, identidad de género o discapacidad.
El actual Código de la Familia fue considerado revolucionario en su momento por establecer, entre otros aspectos, la responsabilidad y deber de ambos miembros de la pareja en el cuidado, protección y educación de los hijos.
Pero, según la directora del CENESEX, todavía ese documento lleva implícitos algunos elementos del modelo patriarcal de familia, herencia de los ancestros españoles.
De ahí que las propuestas incluyan modificaciones a otros espacios de la ley más acordes con el desarrollo de la vida social y familiar en la isla caribeña, que deben ir acompañadas de una fuerte estrategia educativa, sobre todo desde los medios de comunicación.
Entre los nuevos conceptos planteados está el interés de ponderar la paternidad y maternidad responsables, con el fin de legitimar a hombres y mujeres para que sean considerados por igual sin distinción de género.
El anteproyecto se refiere de manera especial a la creación y eficaz funcionamiento de los tribunales de familia y al tratamiento de los casos de violencia contra la mujer.
Las modificaciones en estudio por juristas y especialistas alcanzan también a ciertas reglas y regímenes de comunicación con diferentes actores de la familia, como abuelos y padres, así como nuevas vías para poder establecer reclamaciones en ese sentido, algo de lo cual ahora se carece.
Pero los expertos en la materia insisten en que, junto a las imprescindibles modificaciones, se necesita de un procedimiento legal más flexible y la constitución de los tribunales de familia, donde no sólo se decidan y determinen procesos civiles como hasta ahora, pues se mantienen en juego sentimientos y afectos que pueden llegar a tener secuelas en las vidas de las personas.
Entre las instituciones que hace años trabajan en la reformulación legal se incluyen la Federación de Mujeres Cubanas, la Unión de Juristas, las facultades de derecho de las universidades y el Ministerio de Justicia.
Así el anteproyecto final de modificaciones estaría sujeto a la revisión y análisis por parte de los diputados del Parlamento cubano, para su aprobación definitiva por ese órgano legislativo.
El cubano (1975) fue el tercer código de familia establecido en el continente, después de los de Bolivia (1972) y Costa Rica (1973).
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