Por Y. P. Fernández
Luego del despliegue a blog y platillo de la presentación de un libro “censurado”, cuyo original fue retirado por su autor de la Editorial Letras Cubanas, sobre las dos y 45 minutos de la tarde llegó Orlando Luis Pardo Lazo a la intersección que une los accesos a la fortaleza del Morro y La Cabaña, bien distante del lugar promovido, con un pequeño circo de bufones, saltimbanquis y marionetas con las cuerdas bien visibles, acompañado por su hada madrina: la premiadísima Yoani Sánchez.
¡Qué raro!, acudieron cámaras y reporteros que generalmente ignoran a los escritores cubanos, la mayoría con una obra mucho más sólida y extensa que la de Pardo Lazo. Vale, para que nos volvamos a enterar de que el interés de tan ágiles reporteros no es la literatura.
El esperado terror ante los anuncios de los promotores de que quizá correría sangre y habría golpiza, devino en el ambiente que rodea al circo: música infantil y cientos de niños empinando papalotes. En el bucólico entorno de un césped bien cortado, los ilesos aspirantes a mártires de la libertad de expresión comentaron la “trascendental” obra de quien el pasado septiembre se masturbara sobre la bandera cubana. El promocionado libro se trastocó en unos pocos discos. ¿Entenderían algo los corresponsales extranjeros sin noticia y sin libro? ¿Se habrán percatado de que han sido víctimas de un timo publicitario?
Disfrutemos este fotorreportaje de La Jiribilla, con Pardo Lazo feliz de incluirse en el staff de la fauna contrarrevolucionaria que promociona el diario español El País, que una hora antes de que comenzara la función, calificó de “oficial” toda la literatura cubana y extranjera presente en esta Feria. No os asombréis de nada, es el mismo periódico donde hace unas semanas presentaban a Juan Padrón como el autor del "vampiro Elpidio Valdés". Por cierto, en su inmediata cobertura de los hechos, El País sólo dio voz a Yoani, Pardo Lazo ni así logró que el periódico del Grupo PRISA le diera la palabra. Nada, que nadie sabe para quién trabaja.
› Vea Fotorreportaje de La Jiribilla
La feria y la feria
La feria, la misma de siempre...
Luego del despliegue a blog y platillo de la presentación de un libro “censurado”, cuyo original fue retirado por su autor de la Editorial Letras Cubanas, sobre las dos y 45 minutos de la tarde llegó Orlando Luis Pardo Lazo a la intersección que une los accesos a la fortaleza del Morro y La Cabaña, bien distante del lugar promovido, con un pequeño circo de bufones, saltimbanquis y marionetas con las cuerdas bien visibles, acompañado por su hada madrina: la premiadísima Yoani Sánchez.
¡Qué raro!, acudieron cámaras y reporteros que generalmente ignoran a los escritores cubanos, la mayoría con una obra mucho más sólida y extensa que la de Pardo Lazo. Vale, para que nos volvamos a enterar de que el interés de tan ágiles reporteros no es la literatura.
El esperado terror ante los anuncios de los promotores de que quizá correría sangre y habría golpiza, devino en el ambiente que rodea al circo: música infantil y cientos de niños empinando papalotes. En el bucólico entorno de un césped bien cortado, los ilesos aspirantes a mártires de la libertad de expresión comentaron la “trascendental” obra de quien el pasado septiembre se masturbara sobre la bandera cubana. El promocionado libro se trastocó en unos pocos discos. ¿Entenderían algo los corresponsales extranjeros sin noticia y sin libro? ¿Se habrán percatado de que han sido víctimas de un timo publicitario?
Disfrutemos este fotorreportaje de La Jiribilla, con Pardo Lazo feliz de incluirse en el staff de la fauna contrarrevolucionaria que promociona el diario español El País, que una hora antes de que comenzara la función, calificó de “oficial” toda la literatura cubana y extranjera presente en esta Feria. No os asombréis de nada, es el mismo periódico donde hace unas semanas presentaban a Juan Padrón como el autor del "vampiro Elpidio Valdés". Por cierto, en su inmediata cobertura de los hechos, El País sólo dio voz a Yoani, Pardo Lazo ni así logró que el periódico del Grupo PRISA le diera la palabra. Nada, que nadie sabe para quién trabaja.
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La feria y la feria
La feria, la misma de siempre...
Como siempre, esta gente existe gracias a los "medios de desinformación internacional" que, al parecer, se equivocaron de ángulo en sus cámaras y micrófonos... la gente estaba para el otro lado ¿no? Payasadas del circo anticubano... ¿no se cansarán de hacer el ridículo?
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