lunes, 16 de febrero de 2009

La feria, la misma fiesta de siempre

Por M. H. Lagarde

Fatigoso día de feria. Si escribo es para no decepcionar a los lectores a quienes le prometí una panorámica de cómo se podía ver ladegenaración en medio de un paisaje dominado por los amantes de la literatura que en Cuba suelen ser, además de los intelectuales, familias enteras, estudiantes de una escuela primaria, amas de casa, obreros, en fin, cualquiera...
Pero nada, al final lo mejor de la feria este lunes, como ya les había anunciado, fue la presentación del libro El misterio del solitario de Jostein Gaarder, quien, en la sala Nicolás Guillén, explicó que su libro "está enfocado en el misterio de la existencia de los seres humanos, en esas preguntas de ¿Quiénes somos, de dónde venimos y por qué estamos aquí?".
Para los que no tienen noticias del libro debo decirles que la historia se centra en la vida de un padre y un hijo que van de viaje en busca de su madre, quien huyó del hogar para reencontrase a sí misma.
Pero volviendo al tema, después de buscar mucho en él lugar de la cita a la que debía concurrir media Habana teniendo en cuenta la prominencia de las figuras que allí estarían, lo único que encontré fueron varias comparsas metiendo una rumba a todo meter en el parqueo que, inevitablemente, los degenerados deladegeneración harían su lanzamiento.

Me llamó la atención, debo confesarlo, el interés que le prestó la prensa extranjera, en vez de al carnaval, a un grupo de jóvenes que degustaba un pan con jamón de cinco pesos cubanos un tanto alejados del bullicio y de aquellos que devoraban, literalmente, libros con los ojos. Tratándose de ese tipo de prensa, no está demás decir que su interés debió estar basado en sacarle lasca al poco espesor de las lascas de jamón. El asunto es sacarle lascas a cualquier cosa. Qué algo hay que escribir para que los jefes de la agencia se contenten, qué no se puede andar en Cuba de turistas sin denigrar nada. Qué no le pagamos para eso partía de vaciladores.
Por lo demás, la misma fiesta de siempre y para que todo no sea triunfalismo y estar a tono con los blogs que ahora proliferan en la red, les dejó este toque de frustración. La foto de un grupito de gente que perdieron la llave, o algo así, y se pasaron la tarde, desgraciamente, buscándola.

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