El Garrix contra el imperio

Por M. H. Lagarde

Cuando no se tiene argumentos se ataca al hombre, algo más o menos así se desprende de un reciente post firmado por el destacado filósofo Emilio Ichikawa, quien ahora anda buscando por toda la red una foto mía, según él, para ponerle cara a las verdades.
En su ayuda acudió presto el caricaturista Garrincha quien le dio, pincel mediante, una interpretación muy particular de mi persona. Una rata sentada ante una computadora a quien le han pegado un zapatazo por la cabeza. La ilustración no hubiera pasado de un chiste de estos muchachotes, cincuentones ambos, si la misma no evocara otros trabajos anteriores del caricaturista.
Cuando Garrincha -revolucionariamente, y sin que nadie lo obligara, me consta-, trabajaba para la prensa cubana, representaba al terrorista Posada Carriles también como una rata. Como se comprenderá, la comparación es bien insultante. Además, por mucho que he meditado al respecto, no encuentro similitud alguna entre el carnicero de Barbados y yo, que ni siquiera soy pintor, a no ser que solo se trate de la falta de imaginación de un artista que pinta siempre lo mismo no importa quién le pague. Lo que cambia en sus obras es la moneda.
Por cierto, si se tiene en cuenta el contenido de las caricaturas, que esta vez desapolillé de mis archivos digitales, el filósofo debía incluir en su lista de representantes del pensamiento “delivery” a su amigo Garrincha.
A manera de retrato, además de sus propias caricaturas, aquí le dejo a Garrincha una canción del poeta que muy bien describe su perfil. La balada de las ratas.

EL GARRIX vs POSADA

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