Tomado del Facebook de Enzo Basile
1) UNAS ACLARACIONES:
Hay que considerar legítima la posición de quienes, creyendo que la suspensión de la Conga había sido un error estratégico, decidieron acudir a la marcha que se organizó en La Habana el pasado 11 de mayo.
Aun considerando condenable la violencia policial desproporcionada, donde quiera que esto ocurra, en el caso del 11 de mayo no se dio ni de lejos un escenario de "violencia" o "terror", ya que la verdadera represión violenta es algo que está lejos miles de kilómetros de unos cuantos empujones; aunque muchos, a pesar de testimonios audiovisuales claros, siguen repitiendo el mismo mantra una y otra vez esperando que tarde o temprano esto se convierta en verdad.
2) UNOS DATOS:
Aunque muchos de los que acudieron a la marcha lo hicieron con intenciones reivindicativas para reclamar sus derechos sexuales, los cabecillas que hasta el final se empecinaron en romper el cerco policial para acceder a la zona de tráfico del Malecón no tenían ningún compromiso con la marcha en sí. Al contrario, quisieron literalmente utilizar los reclamos de la comunidad LGTBI para provocar un enfrentamiento contra el Gobierno cubano en general.
El biólogo Ariel Ruiz Urquila, aclaró sin tapujos: "Eso creo que es lo que abogamos todos los cubanos, una Cuba diversa, una Cuba inclusiva, una Cuba que permita que cada ciudadano vote a su presidente. (…) Si ellos dejan esa manifestación solidaria (…) llegase al Malecón, no iba a ser 300 personas, iban a ser miles de personas, miles de personas que están hartas de mentirse a sí mismas (…) en su expresión social, en su expresión económica, porque se ven obligados a delinquir para sobrevivir. Aquí las palabras de Ariel Ruiz Urquilla https://bit.ly/2WLX9x1
Mario J. Pentón, periodista de El Nuevo Herald, no tuvo reparo en decir que “ese día superó las demandas de la comunidad LGTBI, las incluyó pero fue todavía más grande. En ese grito de libertad de Boris (González Arenas) todos estamos representados). Aquí las palabras de Mario J. Pentón http://bit.ly/2YyQLcW
Boris González Arenas, cuyo rostro, con los colores de la bandera arcoíris, está siendo utilizado como emblema de la marcha del 11 de mayo (tal como sugiere Mario J. Pentón), es un adicto a la crítica contra todo sistema político que él considere socialista (solo critica los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, casi dejando entender que en el resto del mundo las cosas funcionan perfectamente). Pero esto es lo de menos. Admite claras simpatías con las posiciones de Luis Almagro y asume una abierta postura en favor de una intervención militar norteamericana en Venezuela.
Oscar Casanella, otro de los rostros famosos de la marcha que abogaron por el enfrentamiento, es un activo opositor al sistema político, económico y social de Cuba. Para ello, respalda el bloqueo norteamericano contra Cuba como herramienta para favorecer la caída del Gobierno, considerando que la escasez que esta medida provoca en la vida de millones de familias cubanas es un efecto secundario y aceptable. Dice: “No se puede eliminar el cáncer de un paciente, sin sufrir los efectos secundarios de los tratamientos que desgraciadamente también dañan las células normales”. (http://bit.ly/2LL1Wxz)
3) CONCLUSIONES:
Muchas personas fueron ahí con la intención más que genuina de reivindicar sus derechos sexuales. Cuesta decirlo, pero se equivocaron de lugar y, sobre todo, de compañía. Inconscientemente se dejaron utilizar por individuos que no tienen el más minimo interés en fortalecer sus derechos y solo salieron a la calle para conseguir sus objetivos políticos.
La lucha por los derechos sexuales, como cualquier otra lucha de emancipación, no puede ir de brazo con intervenciones militares y bloqueos económicos. ¡La Revolución LGTBI será revolucionaria o no será!
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