Por estos días circula un
post de Pedro Acosta que exalta la humildad del contrarrevolucionario Eliecer
Ávila, “modestamente” publicado en el propio blog del líder del movimiento
Somos+. Según se entiende en el artículo Ávila es un cubano común y corriente,
muy altruista en sus convicciones políticas, cuyo proyecto de partido destaca
como ejemplo de autonomía y consagración por parte de sus miembros. Sin
embargo, la estela de acontecimientos protagonizados por Eliecer en los últimos
dos años, contradicen esta primera impresión del autor.
Acosta relata su encuentro
con el “peligroso joven” en su “pequeña, modesta y pulcra vivienda de un
interior en el Cerro”. Tal parece que el avispado observador evitó cuestionarse
cómo, en solo dos años, sin un trabajo oficial y
siendo de Las Tunas, Eliecer pudo comprarse una casa en La Habana, cuando las
casas “pequeñas y modestas” en el Cerro no bajan de 10 mil cuc, y un
apartamento de un cuarto cuesta, mínimo, 7 mil 500. Lo digo por experiencia que
llevo siete años viviendo alquilada en la capital y todavía no me he podido
comprar algo.
El visitante quedó
sorprendido con la “muy austera celebración” en casa de Ávila: cerveza Brahama
percápita de 1cuc, refresco de 1.50 y otros accesorios que en la foto del artículo
no se definen bien. Tendremos que repensarnos el término austeridad quienes
celebramos con refresco piñata y hacemos “ponina” para comprar un cake. Según
la instantánea había varías personas allí, así que el monto de la actividad
debe haber sido discretamente de unos 50 cuc, que no es mucho dinero, pero en
Cuba sí es una cifra significativa para el ciudadano promedio.
El artículo continúa con la
descripción del momento: “En el brindis por el aniversario de Somos+ se abogó por la paz, la libertad, de una Cuba
con todos y para el bien de todos, por una vida digna y decorosa para el
pueblo, por rescatar los valores perdidos. Nadie alzó la voz, lanzó un
improperio ni denostó contra el régimen y sus dirigentes. Nadie exaltó a los
antes enemigos ni su modo de vida. No se habló de riquezas ni de bienes
materiales”.
Quizás realmente sucedió
así, pero no sería la primera vez que se calumnie a los dirigentes cubanos, a
sus familias o a cualquier otro revolucionario, lo hizo el propio Eliecer en su
respuesta al artículo publicado
por Percy Francisco Alvarado en su blog “Descubriendo Verdades”: (…) lo hacemos porque ése es el modelo de
política, de partido y de país que queremos, en donde tú y tu Club de amigos
que se lucran de exprimir a Cuba tengan que declarar a hacienda de dónde sacan
sus fortunas, sus casas, sus negocios, sus yates, sus vacaciones
en Turquía, sus andanzas por NY… etc… etc…” o en su discurso en la convención
internacional en 2015: (…) el extinto
ICRT más que un instituto de radio y televisión pública, es un altavoz
permanente del Partido Comunista y de su propaganda mentirosa y aburrida. Entonces
¿es acaso paranoia?
No obstante, desconocer los
esfuerzos de la Revolución Cubana por lograr una vida “digna y decorosa para el
pueblo” es un ultraje a su esencia. Por eso se le llama contrarrevolución
“blanda”, y por eso es más peligrosa, porque muerde callada. Ese es el actuar
recomendado por sus padrinos norteños, es incluso el que utiliza la Casa Blanca
al cambiar los métodos pero no los objetivos, una vez reconocido el fracaso de
su política hostil hacia Cuba durante más de 50 años.
A “Somos+ no lo financia
ningún régimen u organización extranjera” sin embargo la gira de Eliecer en el
2013 fue costeada y planificada por los creadores de La Cubanada, red social
sobre Cuba, con sede en Suecia (www.lacubanada.com).
Barato no debe haber salido pues el periplo incluyó Suecia, Bélgica, Alemania,
República Checa, España, Francia, Holanda, Polonia y EE.UU.
Resultaría
interesante saber de qué habló el líder de Somos+ con Omar López Montenegro, director de
Derechos Humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana en Polonia, pues “coincidentemente”
una semana después anunció la creación del movimiento.
¿Por
qué Somos+ encontró eco en Radio Martí, una emisora al servicio de la mafia
anticubana de Miami archiconocida por su enfrentamiento crudo y directo a la
Revolución?
¿Cómo
llegó Eliecer, y porqué precisamente él, a dar un conversatorio sobre la
“realidad nacional” auspiciado por el Departamento de Filosofía y Artes del
Miami Dade Collage?
Si su proyecto es tan
genuino y autónomo ¿qué hace Ávila reunido con senadores norteamericanos en la
sede de la SINA en La Habana? 2+2=4
Según consta en el
informe de trasparencia de Somos+, en el año 2015 el movimiento recaudó 4 mil 475.56
dólares, de ellos se gastaron 3 mil 4. Pero si de transparencia se trata, dónde
están las partidas, en qué se gastó el dinero, quiénes son los contribuyentes y
cuánto aportó cada uno. Faltan datos esclarecedores, las cuentas están un poco
turbias.
Solo en pasajes para las
paradas de Eliecer allende de los mares [3 veces a EEUU (1071E), 4 a España
(3344 E), Costa Rica (362 E), Perú (473 E), Panamá (324 E), Argentina (778 E),
Honduras (363 E) y México (350 E)], se deben haber gastado más de 7 mil dólares
una vez que hacemos la conversión desde el euro. Es válido aclarar que estos
datos son especulaciones pues me ceñí a los precios más baratos disponibles en
los sitios online consultados. La cifra aumenta si le añadimos hospedaje y dieta.
Aunque siempre existe la posibilidad de que haya sido invitado con todos los
gastos pagos. En ese caso, ¿no sería una forma de financiamiento extranjero?
Unámosle a los egresos
el costo en la transportación y hospedaje de los miembros de Somos+ que
participaron en los tres consejos del 2015 y los “cerca de veinte encuentros de
distinto tipo y propósito, con la participación de representantes de varias
provincias”; las 160 horas de Internet ( 320 cuc), las recargas en “cinco de las ofertas de Etecsa”
a dos teléfonos celulares (1500 cuc), y el mejoramiento “considerable” de las
condiciones del local donde se reúnen “adquiriendo 20 sillas y una mesa grande”,
en palabras del propio Eliecer. Como puede apreciarse, la matemática no da, y la
doble moral no ayuda, menos aun cuando se exige reciprocidad.
Al final Pedro Acosta
pecó de ingenuo en su observación, o peor, no quiso ver. La supuesta humildad o
la austeridad de un individuo no es sinónimo de seriedad o de verdadero
compromiso social; humilde y sencilla es mi abuela, lo soy yo, y no compartimos
las “convicciones” de Eliecer, no por ello nuestra ideología es más débil o
menos humana que la suya. Nuestro respaldo no es económico, quien sustenta
nuestra ideología es nuestra conciencia política, nuestro deber con la
historia, nuestro día a día.
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