Roma, 1 feb (EFE).- Los Carabineros (policía militarizada italiana) han arrestado a un cubano acusado de pertenecer a una red de tráfico de cocaína entre Perú y España y sobre el que pesaba una orden de captura internacional, señalaron hoy a Efe fuentes policiales.
Según explicaron las mismas fuentes, el detenido, Gilberto Estrada Ortiz, fue arrestado anoche en la localidad norteña de Reggio Emilia tras un seguimiento que duró varias semanas.
Ortiz, según los investigadores, había logrado escapar el pasado 12 de enero de la Guardia Civil española y de la Policía peruana que en el marco de la conocida como "operación Palmero", arrestaron a 25 integrantes de dicha red dedicada al tráfico de cocaína entre ambos países.
Tras la "operación Palermo", los investigadores italianos recibieron el aviso de la Interpol de que Estrada podía encontrarse en Reggio Emilia y tras varios días de seguimiento, durante los que no se lograba localizarle y en los que se cree que el arrestado habría podido regresar a España en algún momento, fue interceptado en un apartamento del centro de la localidad italiana.
El pasado 12 de enero la Guardia Civil española, en colaboración con la Policía de Perú, detuvo a 25 personas en la "operación Palmero" que se desarrolló en Barcelona, Las Palmas (archipiélago español de las Canarias), Madrid y Perú.
Las investigaciones se iniciaron cuando la Guardia Civil de Las Palmas descubrió que una organización de narcotraficantes estaba introduciendo en Canarias partidas de cocaína que previamente había trasladado desde Perú a España utilizando los aeropuertos de Madrid y de Gran Canaria.
La organización criminal introducía la cocaína en España utilizando personas que ocultaban en el interior de su organismo la droga, o bien embarcaba en Perú el estupefaciente oculto en equipajes de mano y distribuido en fajas elaboradas artesanalmente.
Una vez que el avión aterrizaba en el aeropuerto de Madrid, los dos empleados de una empresa de atención a disminuidos físicos aprovechaban su acceso al aparato para adosarse las fajas al cuerpo y sacarlas del recinto aeroportuario utilizando diversas puertas por las que tenían paso libre.
Tras sacar la droga del aeropuerto, la entregaban a otros miembros de la red que se encargaban de hacerla llegar a los cabecillas del grupo en Barcelona, quienes la trasladaban al piso que utilizaban como laboratorio, donde se procedía a su corte y adulteración, multiplicando así considerablemente su cantidad. EFE
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