París, 8 dic (PL) Para conquistar a París se necesita algo más que talento, una idea sobre la cual el cantautor cubano Raúl Paz pareció trabajar con ahínco para ofrecer con intensidad y carisma un concierto notable en la sala Bataclan.
De idas y venidas, entre Cuba y Francia, el músico de cabellera revuelta y dinámica contagiosa en el escenario, presentó con éxito su último disco, Havanization, que sigue a sus trabajos anteriores con Imaginate, Blanco y Negro, Mulata y Revolución.
A teatro lleno con el favor de un entusiasta público parisino que le conoce desde hace 15 años, Paz propuso esta vez un CD que rinde homenaje a la impronta de los años 60, 70 y 80 con guiños a estilos de corte retro plasmados con aires del siglo XXI.
Un repaso a baladas, pop añejado y rock urbano, con retoques de "underground music", rythm/blues, jazz, a ratos montunos del son cubano. Y el excelente piano de su compatriota Pity Cabrera para reafirmar también las raíces africanas.
Carnaval, Flores, Marijuana, Mejor, Tengo, Havanization y, por supuesto, su sentida En casa, y la ternura de Le Temps y de Flores, entre una veintena de canciones que le dan la vuelta a Francia en una gira promocional que concluirá en mayo próximo.
De arrancada, un rato en solitario para Pity Cabrera, un joven pianista que pareció no sentir la presión en una sala como Bataclan, levantada en 1864 en el boulevard Voltaire, donde sólo se presentan los consagrados en este país.
También en el piano y con una voz excepcional, la sorpresa del concierto. Raúl Paz se hizo a un lado para dar espacio a una chica quinceañera llamada Lisa, de origen cubano igualmente, que elevó sus registros al mejor nivel de las divas del jazz y los blues.
Con sutiles mezclas marcadas por el latin-jazz y el rock latino, Raúl Paz no esconde tampoco reflejos de Manu Chao y muy acentuadamente, de la profusión musical de Irakere gracias al virtuosismo de su grupo, capaz de repasar con altura el pentagrama.
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