lunes, 1 de marzo de 2010

Milagrosa fórmula para acabar con problema racial

Por Eliades Acosta Matos

Una sonriente editorialista negra del portal electrónico neoconservador llamado Townhall.com, ubicado en la órbita de la no menos neoconservadora Heritage Foundation, acaba de publicar un artículo a mitad de camino entre el candor y la desfachatez. En él, de manera suave y elegante, o lo que es lo mismo, políticamente correcta, Star Parker ha revelado la fórmula secreta del éxito que deberá seguir la comunidad negra de Estados Unidos para salir de la pobreza, evitar la erosión familiar, elevar el nivel de vida y erradicar el crimen.
"Time for a New Generation of Black Americans", se titula este compendio de sabiduría y buenos consejos; esta mezcla de letanía bíblica con reproches, y alguna que otra velada maldición.No debe extrañarnos, recordemos que la llegada a la presidencia del primer presidente negro de la historia estadounidense ha puesto sobre el tapete, con fuerza inusitada, el llamado "problema racial".
Y de eso precisamente se trata, de continuar la lucha implacable contra todo el que ose, aún tímidamente, tocar las bases de las exclusiones y las injusticias ancestrales, no de acometer las transformaciones profundas que podrían garantizar la igualdad de oportunidades y la justicia social a los descendientes de los esclavizados ayer, de los linchados y apartados, de a los que se prohibió sentarse en los mismos sitios que los blancos, de los golpeados y asesinados por reclamar sus derechos, de los que siempre han trabajado más y recibido menos, en fin, de los que llevan hoy la mayor carga de la crisis sobre sus hombros.
Por estos días, en que el llamado Tea Party Mouvement atrona el espacio político del país con manadas de blancos de la clase media, medio espantados y medio arruinados, granjeros sureños pertenecientes a la American Rifle Asociation, cristianos renacidos y amas de casa desesperadas unidos en su odio contra el gobierno federal, al que acusan de derrochar el dinero de los contribuyentes y tener una agenda secreta socialista, toda arma arrojadiza que se lance, es un arma dirigida, directa o indirectamente, contra el corazón de los cambios que prometió Barack Obama.
Y por eso llega ahora con una fórmula mágica esta sonriente hada madrina, quien preside un tanque pensante llamado CURE, una coalición "para la renovación y la educación", que busca promover "políticas públicas para luchar contra la pobreza, sobre la base de la economía de mercado".
¿Cómo la sonriente Sra Parker caracteriza la alarmante situación de la comunidad afro-americana en momentos en que las astutas sirenas del sistema no cesan de arrullarnos con la melodía de que la elección de un presidente negro indica la superación definitiva del racismo en Estados Unidos? "Es cierto que podemos mostrar con orgullo a un par de multimillonarios y a un presidente negro -afirma- sin embargo, el desempleo entre los negros afecta a cerca del 16 por ciento de la fuerza laboralmente activa".
Los ingresos domésticos de los negros no llegan al 62 por ciento del ingreso de los blancos, y el porcentaje de negros en la pobreza duplica el porcentaje nacional", reconoce.El origen de esta situación no es buscado por la Sra Parker en la historia de su país, ni en la propia historia de injusticias y explotación del sistema que defiende con denuedo, sino en las insuficiencias morales y religiosas de su comunidad, y en la corrupción de los políticos negros que, como Jesse Jackson o Al Sharpton, siguen llevando adelante la lucha inconclusa por la plenitud de derechos.
Para fundamentar sus opiniones, la Sra Parker aporta otros datos que no dejan de ser elocuentes y dignos de ser tomados en cuenta, solo que en un sentido diferente con el que se intenta interpretarlos.
"En 1970, el 62 por ciento de las mujeres negras estaba casadas; hoy son apenas el 33 por ciento. En esa misma fecha, el 74 por ciento de los hombres negros estaban casados, hoy representan el 44 por ciento. Entonces, el cinco por ciento de las madres negras eran madres solteras; hoy constituyen el 41 por ciento del total." Pero como es corriente para el pensamiento conservador, en general, y el neoconservador, en particular, nada repugna más que un análisis radical, o sea, aquel que va a las raíces de los males.
Por ello se enumeran como causas de los fenómenos a las que no pasan de ser sus efectos: no es culpable la familia negra en desbandada y sometida a la erosión de su entorno y sus condiciones de vida, sino su víctima, que a su vez, refleja y reproduce en lo interno esas mismas condiciones y carencias, manteniendo hasta el infinito el ciclo de la desesperanza y la tragedia.
Para que las víctimas no lleguen a identificar a sus verdugos, precisamente, viene de perillas este enfoque y esa cándida sonrisa en el rostro de la Sra Parker.
Pero no basta con culpar a los propios negros con una situación que ronda de nuevo, lo explosivo.
La jugada se completa cuando a las críticas se anexa una astuta diatriba contra los políticos negros, por supuesto, no contra todos, sino contra aquellos que sostienen posiciones críticas contra el sistema.
Una desmemoriada Sra Parker, por ejemplo, no recuerda que Amstrong William, su compañero editorialista negro de Townhall.com, fue acusado de graves fallas éticas al demostrarse que había cobrado más de cien mil dólares del gobierno de Bush para defender, como si fuese espontáneamente, uno de sus programas educacionales.
"La acumulación de un enorme poder político en mano de negros, reflejado en la cifra de los que ocupan cargos de alcaldes, gobernadores, los 42 congresistas y ahora un presidente, demuestra que el desastre de nuestra comunidad es un problema económico, y no político".
Para desgracia de los que depositaron demasiadas esperanzas en el carácter redentor del Movimiento por los Derechos Civiles, que cumple por estos días su 40 aniversario, es que sus líderes cerraron sus biblias demasiado pronto".
Tras escapar de la esclavitud en Egipto, el pueblo hebreo huyó al desierto y en una montaña recibió las Tablas de la Ley. Cuando no la cumplieron, fueron condenados a vagar por el descampado durante 40 años, hasta que una nueva generación nacida en el éxodo, regresó a la Tierra Prometida y levantó la nación. Antes que buscar la redención a través de la Ley bíblica, el Movimiento por los Derechos Civiles la buscó en la política ¿Deben asombrarnos sus resultados?" Por supuesto que no debe asombrarnos este enfoque de la Sra Parker.
Se trata de un enfoque neoconservador, de los mismos que siguiendo a la filosofía de Leo Strauss abogan por una política de élites, donde a las masas y los pueblos les quede vedado participar en la política, debiendo solo obedecer.
Porque en el fondo, allí donde jamás rebuscará alguien como ella, lo que se discute no es un problema de razas, sino de clases sociales; no del color de la piel, sino de la explotación del trabajo asalariado y la maximización de ganancias; no de religión ni de biblias, sino de economía, cuya expresión concentrada es la política.
"Ha llegado el momento de que una nueva generación de negros estadounidenses de un paso al frente", concluye la Sra Parker imaginándose como Moisés en el monte Sinaí, con las tablas de la Ley entre sus manos.
Pero resulta que el clan neoconservador, para el cual derrocha su celo bíblico la inefable Sra Parker, representa los intereses de las mismas empresas multimillonarias y del mismo Complejo militar-industrial que con su insaciable codicia produce miseria y pobreza, exclusiones y guerras.
Para estos tiburones de la explotación global, ha quedado definitivamente resuelto ese molesto "problema racial": les da lo mismo explotar, en una maquila, a un filipino o un mexicano, que a un afro-americano en una planta de Detroit.
Cuando veamos definitivamente expulsados del Templo a los fariseos de siempre, es posible, digo yo, que nos libremos de estos artículos de la Sra Parker. Ojalá sea pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario