HUNTSVILLE, Alabama, EE.UU. (AP) _ El esposo de una profesora de Alabama acusada de matar a balazos a tres colegas dijo el lunes que ambos acudieron recientemente a un campo de tiro, pero dijo desconocer dónde consiguió ella el arma que utilizó durante la práctica.
En una entrevista con The Associated Press en su casa, el esposo de Amy Bishop describió el comportamiento de su mujer como normal'' antes de que ella baleara el viernes a los asistentes a una reunión académica, lo cual coincide con la versión de un testigo que afirmó que la conducta de ella era ordinaria.
Bishop, una neurobióloga que estudió en la Universidad de Harvard, está acusada de dispararle a seis personas, incluido un mexicano, tres de las cuales fallecieron. Dos de los sobrevivientes continuaban el lunes en condición crítica y el profesor mexicano Luis Cruz Vera ya ha sido dado de alta.
El esposo de Bishop, James Anderson, dijo que sabía que su esposa tenía una pistola, pero desconocía cuándo y cómo la había conseguido.
En verdad desconozco cómo o dónde la consiguió'', expresó Anderson.
La policía había dicho que Bishop carecía de permiso para tener el arma con que baleó a los asistentes a la reunión, y los investigadores también afirmaron que desconocían dónde la había conseguido. Se desconoce si era la misma arma de la cual el esposo ya estaba enterado.
El marido dijo que no ocurrió nada inusual cuando fue con su esposa al campo de tiro, y que ella tampoco le contó por qué le había interesado acudir a practicar. Dijo que antes del incidente su esposa no había exhibido algún comportamiento inusual que denotara el acto de violencia que sobrevendría la semana pasada.
Ella era sólo una profesora normal'', dijo su esposo.
Antes de que comenzaran los disparos el viernes, la reunión transcurría con tranquilidad, tanta que el profesor de ecología Robert O. Lawton elaboraba un manuscrito sobre árboles en lugar de prestar plena atención a los temas que se trataban.
Era una reunión académica ordinaria que después se salió de lo ordinario'', dijo el lunes Lawton, sin abundar en los detalles de lo que vio.
Los investigadores rechazan hablar del motivo del tiroteo, pero Bishop nunca ocultó su desagrado por el hecho de habérsele negado una plaza permanente, lo que supone un puesto seguro de trabajo, de por vida, otorgado a veces a los académicos.
En una entrevista con The Associated Press en su casa, el esposo de Amy Bishop describió el comportamiento de su mujer como normal'' antes de que ella baleara el viernes a los asistentes a una reunión académica, lo cual coincide con la versión de un testigo que afirmó que la conducta de ella era ordinaria.
Bishop, una neurobióloga que estudió en la Universidad de Harvard, está acusada de dispararle a seis personas, incluido un mexicano, tres de las cuales fallecieron. Dos de los sobrevivientes continuaban el lunes en condición crítica y el profesor mexicano Luis Cruz Vera ya ha sido dado de alta.
El esposo de Bishop, James Anderson, dijo que sabía que su esposa tenía una pistola, pero desconocía cuándo y cómo la había conseguido.
En verdad desconozco cómo o dónde la consiguió'', expresó Anderson.
La policía había dicho que Bishop carecía de permiso para tener el arma con que baleó a los asistentes a la reunión, y los investigadores también afirmaron que desconocían dónde la había conseguido. Se desconoce si era la misma arma de la cual el esposo ya estaba enterado.
El marido dijo que no ocurrió nada inusual cuando fue con su esposa al campo de tiro, y que ella tampoco le contó por qué le había interesado acudir a practicar. Dijo que antes del incidente su esposa no había exhibido algún comportamiento inusual que denotara el acto de violencia que sobrevendría la semana pasada.
Ella era sólo una profesora normal'', dijo su esposo.
Antes de que comenzaran los disparos el viernes, la reunión transcurría con tranquilidad, tanta que el profesor de ecología Robert O. Lawton elaboraba un manuscrito sobre árboles en lugar de prestar plena atención a los temas que se trataban.
Era una reunión académica ordinaria que después se salió de lo ordinario'', dijo el lunes Lawton, sin abundar en los detalles de lo que vio.
Los investigadores rechazan hablar del motivo del tiroteo, pero Bishop nunca ocultó su desagrado por el hecho de habérsele negado una plaza permanente, lo que supone un puesto seguro de trabajo, de por vida, otorgado a veces a los académicos.
Nada nuevo bajo el sol, en estas sociedades cada día significa un desafío psicológico. Aquí lo explican mejor:
ResponderEliminarSociedades psicopatogénicas
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=100069