Las llamadas revoluciones de colores son en realidad movilizaciones políticas propiciadas por factores contarrevolucionarios: burguesía apátrida, Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU y otros intereses económicos. La estrategia consiste en propiciar acciones de "resistencia civil" en contar con "líderes autoritarios", "regímenes no democráticos o comunistas", "gobiernos corruptos" o "militaristas".
Los grupos de manifestantes siguen el guión preparado en los laboratorios de inteligencia estadounidenses y toman como "bandera" un color o un símbolo. Así rosas, cedros, tulipanes, manitos blancas, han sido emblemas de la contrarrevolución mundial. Es importante destacar que suelen no identificarse con un símbolo patrio o nacional, sino con "íconos" aparentemente no relacionados con la política sino con la "inocencia" y el "desenfado" de la juventud. El primer intento de este tipo se realizó en China, contar el Gobierno que encabeza el Partido Comunista de China (PCH), pero la solidez del proceso revolucionario del pueblo de Mao-Tse-Tung echó por la borda el contraataque imperialista. En los países de la ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en Europa Oriental, la desorientación dejada por el fracaso del primer intento civilizatorio de construir una sociedad socialista, fue el caldo de cultivo para la proliferación de estas "revoluciones" que también han tenido sus resonancias en el Medio Oriente.
En el formato-guión de la puesta en escena de estas acciones contrarrevolucionarias se encuentran:
Los grupos de manifestantes siguen el guión preparado en los laboratorios de inteligencia estadounidenses y toman como "bandera" un color o un símbolo. Así rosas, cedros, tulipanes, manitos blancas, han sido emblemas de la contrarrevolución mundial. Es importante destacar que suelen no identificarse con un símbolo patrio o nacional, sino con "íconos" aparentemente no relacionados con la política sino con la "inocencia" y el "desenfado" de la juventud. El primer intento de este tipo se realizó en China, contar el Gobierno que encabeza el Partido Comunista de China (PCH), pero la solidez del proceso revolucionario del pueblo de Mao-Tse-Tung echó por la borda el contraataque imperialista. En los países de la ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en Europa Oriental, la desorientación dejada por el fracaso del primer intento civilizatorio de construir una sociedad socialista, fue el caldo de cultivo para la proliferación de estas "revoluciones" que también han tenido sus resonancias en el Medio Oriente.
En el formato-guión de la puesta en escena de estas acciones contrarrevolucionarias se encuentran:
1) las movilizaciones declaradas no violentas por los voceros del "movimiento", que en realidad tienen el propósito de subvertir el orden público;
2) el discurso en defensa de los valores de la democracia burguesa y occidental;
3) rostros jóvenes como líderes de las manifestaciones, pues uno de los pilares fundamentales de la estrategia es resaltar mediáticamente que se trata de la "juventud, los estudiantes y ONG", desvinculadas de los tradicionales partidos políticos que en muchos casos han perdido influencia y prestigio en las sociedades. › Leer Más
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