domingo, 24 de enero de 2010

Haití, sí; Cuba… también

Por Jesús Martínez Álvarez

Los primeros cálculos internacionales indican que para reconstruir las zonas devastadas de Haití se requerirá de diez mil millones de dólares.
Los recursos, necesariamente, tendrían que ser aportados por la comunidad internacional, pues es impensable que el país afectado pueda generarlos por sí mismo. Estados Unidos y otras naciones parecen apuntarse para hacerse cargo de estos gastos. Reconstruyamos Haití. Es un gesto de compromiso solidario y espíritu humanitario, que por sí mismo es incuestionable.
Basta desplazar la mirada un centímetro sobre cualquier mapa para encontrar, a unas millas de Haití, a la República de Cuba. Cuba no ocupa hoy, como Haití, grandes espacios en los medios de comunicación, porque no padece ahora los efectos de esos grandes cataclismos que se ciernen espectacularmente sobre un país.
Pero Cuba sufre hoy y desde hace 48 años un bloqueo económico, que se ha ido ampliando a los ámbitos comercial y financiero. Un cálculo generalmente aceptado indica que el daño económico de este bloqueo asciende a 96 mil millones de dólares, monto que equivale a casi dos veces el Producto Interno Bruto de la isla y a diez veces los daños causados en Haití por el sismo reciente. Si el cálculo se realizara a precios actuales, la cifra ascendería a 236 mil millones de dólares.
El bloqueo de todo comercio entre Cuba y Estados Unidos fue impuesto por éste en 1962 y luego ampliado, incluso extraterritorialmente, en otras fechas, entre las que resulta emblemática la de 1992, cuando el Congreso estadunidense aprobó sanciones a las compañías subsidiarias o afiliadas a empresas norteamericanas que comercien con Cuba, aun cuando radiquen en terceras naciones y operen bajo el ordenamiento jurídico de éstas.En 1996, Estados Unidos decidió que todas las disposiciones que se habían ido tomando para endurecer el bloqueo se elevaran a rango de ley. Así, en ese año se promulgó (ponga atención en el nombre) la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubana, conocida como Ley Helms-Burton.¿Este país que bloquea a Cuba con pretensiones de asfixia es el mismo que acude con prontitud a auxiliar a Haití y que probablemente aportará con generosidad miles de millones de dólares para su reconstrucción? ¿El país que ayudará a 10 millones de haitianos es el mismo que obstaculiza el desarrollo de 11 millones de cubanos?
En octubre de 2008, la Asamblea General de la ONU emitió la resolución 63/7 que demandó el fin del bloqueo económico, comercial y financiero en contra de Cuba. La votación fue abrumadora: 185 países a favor y tres en contra. Estados Unidos desoyó la resolución, a pesar de que participar en un proceso de votación implica la aceptación de sus resultados. Para contribuir a que millones de cubanos incrementen su nivel de vida, Estados Unidos no requiere aportar un solo dólar como donante. Sólo es necesario que levante el bloqueo y que no siga impidiendo la circulación de comercio y dinero en Cuba. Ni un solo dólar, y un pueblo enfrentará con mayores márgenes de maniobra sus desafíos para insertarse sin limitaciones en el comercio y la economía internacional.¿Cuál es el sustento jurídico del bloqueo? No lo tiene. Por el contrario, viola el Derecho Internacional y contradice los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. El bloqueo es una agresión y una amenaza permanente contra la estabilidad de un país. Es para defender los derechos humanos de los cubanos, se ha dicho, pero viola flagrante, masiva y sistemáticamente los derechos de todo un pueblo. Incluso vulnera los derechos de los estadunidenses al limitar su libertad de viajar a Cuba y, por su carácter extraterritorial, viola los derechos soberanos de otros Estados.
Haití y Cuba son ahora un inmenso mural que sintetiza las contradicciones de la política exterior estadunidense. Para los haitianos, en su lamentable desventura, la vistosa ayuda que enaltece la solidaridad del pueblo estadunidense; para los cubanos, el bloqueo, la opresión, la persistencia de una agresión que se acerca a las cinco décadas y que contribuye de manera determinante a la pobreza de millones de personas. Los diez mil millones de dólares que se dice se requerirán para la reconstrucción de Haití, representan apenas el cuatro por ciento del daño económico que se la ha inflingido a Cuba mediante el bloqueo. ¿Por qué el gobierno y el Congreso estadunidense se empeñan en seguir una política que les pareció necesaria a sus homólogos de la década de los 60?Como nuestra época se caracteriza por la cultura de la imagen, permítame intentar que usted vea los efectos del bloqueo: observe las imágenes de la destrucción en Haití y multiplique por 25 esta catástrofe. Esa es la dimensión de los efectos del bloqueo en Cuba.
Las acciones humanitarias de Estados Unidos en Haití reclaman la más elemental congruencia: el bloqueo a Cuba debe llegar a su fin.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con tus palabras, solo un apunte:
    EEUU ha aportado 10’000 millones de dólares para la reconstrucción de Haití – es una cifra engañosa -, pues su flota de 10’000 soldados y un portaaviones gastarán al día dos millones de ese presupuesto, en una semana habrán gastado ¼ de lo ofrecido y en cuatro semanas el 100%.
    La ayuda es irreal.

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