Por Anónimo 13
Debutaba el Periodo Especial cuando conocí en Varadero a una joven, oriunda de un intrincado pueblo matancero, de cuyo nombre no me acuerdo pero tengo la certeza que comienza con Y.
Maltrecha y vivaracha la muchacha de raza negra, en cuya tez que no había atisbo de entrecruzamiento étnico alguno, era de pies a cabeza una genuina representante de la generación mas contradictoria que hayamos conocido en el Siglo XX. Para confirmarlo llevaba - imagino que aun lleva - tatuada sobre uno de sus pulgares la famosa y polemica Cruz de Thor.
Ante semejante antagonismo, tan marcado y brutal, no fue menor mi estupefacción, pero la pobre ignorante confesó llevar con orgullo para el resto de su vida, la marca epitáfica de su muerte con un trazo mucho más oscuro que su pigmentación.
Para colmo de males su target matrimonial estaba bien definido y era, nada más y nada menos: el mercado ario. De acuerdo a sus metas, terminó casada con un alemán cuarenta años mayor que ella y logró la residencia en la capital del antiguo III Reich en concordancia con la svástica que exhibía su mano.
Solo dos meses estuvo en Alemania. Pocos días después de su arribo la xenofobia noefascista quemó viva una familia de emigrantes mientras descansaban en su casa. Fue entonces cuando comenzó a interpretar el significado moderno de la svástica. Aterrorizada por el suceso permaneció condenada entre porcelanas y gobelinos hasta que regresó a la isla. Y nunca más puso un pie en Alemania.
Siempre cuestione la integridad de Generación Y. Y cual no es nuestra sorpresa ahora que descubrimos, filtrados detrás de la cruz de los brazos torcidos, la mala intención del periodismo neonazi.
Siempre me resultó tan extraño el montaje perfecto, la hiperbolización de los temas, el lugar alcanzado. Incluso, llegue a elucubrar turbias maniobras que, desde mi lejanía, ni siquiera podía confirmar. Pero alguna mano, o un conjunto de ellas, movían desde la obscuridad total y absoluta, el macabro "Y", una fracción de la Generación Y que persigue la luz solar por el camino equivocado.
A fin de cuentas cada cual se afilia a la marca o el símbolo que mas le gusta o le conviene, sea por ignorancia o mercantilismo, y del modo que prefiere. Ya conocemos de que manera Generación Y esta marcado por una cruz torcida.
Pero gracias a una cruz por fin se descubre descubrimos la hilación ingenua entre la longitud de unos cuchillos apócrifos, el terror de la epidemia para desestimular el banderolazo y el patético simulacro de cacerolas en una noche serena.
El antiguo conflicto de Fausto, quien vendió su alma al diablo, aun nos sorprende en versiones contemporáneas y recontextualizadas. La reciente con el emblema de una svástica.
La lucha eterna entre el bien y el mal, nos enfrenta a un Mal disfrazado de Bien. Vender el alma tiene sus beneficios, pero también sus perjuicios.
El reformismo no tuvo consecuencias positivas para Cuba. Mucho menos el anexionismo, que no supo brillar con integridad. El independentismo criollo, visceral y trascendente es la corriente que nos lego la fuerza y la soberanía. No traicionemos la memoria de los mártires. No traicionemos, encubiertos por las alas del águila imperial nuestra majadera e inquieta piel de cocodrilo.
Viva Cuba, libre de blogs retorcidos, de nuevos colonizadores encubiertos. Viva Cuba libre de cruces gamadas y panfletos neoliberales. Viva Cuba Libre!
Debutaba el Periodo Especial cuando conocí en Varadero a una joven, oriunda de un intrincado pueblo matancero, de cuyo nombre no me acuerdo pero tengo la certeza que comienza con Y.
Maltrecha y vivaracha la muchacha de raza negra, en cuya tez que no había atisbo de entrecruzamiento étnico alguno, era de pies a cabeza una genuina representante de la generación mas contradictoria que hayamos conocido en el Siglo XX. Para confirmarlo llevaba - imagino que aun lleva - tatuada sobre uno de sus pulgares la famosa y polemica Cruz de Thor.
Ante semejante antagonismo, tan marcado y brutal, no fue menor mi estupefacción, pero la pobre ignorante confesó llevar con orgullo para el resto de su vida, la marca epitáfica de su muerte con un trazo mucho más oscuro que su pigmentación.
Para colmo de males su target matrimonial estaba bien definido y era, nada más y nada menos: el mercado ario. De acuerdo a sus metas, terminó casada con un alemán cuarenta años mayor que ella y logró la residencia en la capital del antiguo III Reich en concordancia con la svástica que exhibía su mano.
Solo dos meses estuvo en Alemania. Pocos días después de su arribo la xenofobia noefascista quemó viva una familia de emigrantes mientras descansaban en su casa. Fue entonces cuando comenzó a interpretar el significado moderno de la svástica. Aterrorizada por el suceso permaneció condenada entre porcelanas y gobelinos hasta que regresó a la isla. Y nunca más puso un pie en Alemania.
Siempre cuestione la integridad de Generación Y. Y cual no es nuestra sorpresa ahora que descubrimos, filtrados detrás de la cruz de los brazos torcidos, la mala intención del periodismo neonazi.
Siempre me resultó tan extraño el montaje perfecto, la hiperbolización de los temas, el lugar alcanzado. Incluso, llegue a elucubrar turbias maniobras que, desde mi lejanía, ni siquiera podía confirmar. Pero alguna mano, o un conjunto de ellas, movían desde la obscuridad total y absoluta, el macabro "Y", una fracción de la Generación Y que persigue la luz solar por el camino equivocado.
A fin de cuentas cada cual se afilia a la marca o el símbolo que mas le gusta o le conviene, sea por ignorancia o mercantilismo, y del modo que prefiere. Ya conocemos de que manera Generación Y esta marcado por una cruz torcida.
Pero gracias a una cruz por fin se descubre descubrimos la hilación ingenua entre la longitud de unos cuchillos apócrifos, el terror de la epidemia para desestimular el banderolazo y el patético simulacro de cacerolas en una noche serena.
El antiguo conflicto de Fausto, quien vendió su alma al diablo, aun nos sorprende en versiones contemporáneas y recontextualizadas. La reciente con el emblema de una svástica.
La lucha eterna entre el bien y el mal, nos enfrenta a un Mal disfrazado de Bien. Vender el alma tiene sus beneficios, pero también sus perjuicios.
El reformismo no tuvo consecuencias positivas para Cuba. Mucho menos el anexionismo, que no supo brillar con integridad. El independentismo criollo, visceral y trascendente es la corriente que nos lego la fuerza y la soberanía. No traicionemos la memoria de los mártires. No traicionemos, encubiertos por las alas del águila imperial nuestra majadera e inquieta piel de cocodrilo.
Viva Cuba, libre de blogs retorcidos, de nuevos colonizadores encubiertos. Viva Cuba libre de cruces gamadas y panfletos neoliberales. Viva Cuba Libre!
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