lunes, 1 de julio de 2013

José Daniel Ferrer “es un esclavista y un delincuente”, asegura el esclavo de la sombrilla


Por M. H. Lagarde


Cuando varios blogs cubanos publicaron hace algún tiempo la imagen que mostraba al “disidente” José Daniel Ferrer  hablando por celular, mientras uno de sus acólitos, cual si se tratase de un marajá, le sujetaba una sombrilla para protegerlo del sol, los contrarrevolucionarios que pululan en las redes sociales juraron y perjuraron que la foto que delataba el carácter esclavista del delincuente de Palmarito  no era más que una farsa de la “propaganda castrista”, porque si alguien, adujeron,  le sostenía la sombrilla a Ferrer era porque “llovía a raudales”.

El aguacero, por supuesto, nunca existió y así lo ha confirmado el propio “esclavo” que sostenía la sombrilla en la imagen que devino viral en las redes.

El esclavo, que se llama Raumel Vinajera, y quien, desde hace un tiempo anda “cimarroneado” en Carolina del Norte, Estados Unidos, declaró recientemente en una entrevista concedida al sitio contrarrevolucionario La visita de Miami que, efectivamente, la imagen confirma el delirio esclavista que padece el “disidente” Ferrer quien realmente se cree que es un Rey y tiene en su casa a tres mujeres solo para lavarle, cocinarle y limpiarle a él, a su mujer y sus hijos.

Como puede escucharse en el audio de la entrevista, las acusaciones del esclavo de la sombrilla van mucho más allá de los delirios de grandeza del marajá de Palmarito .
José Daniel Ferrer, dice, es un gángster y un delincuente que se roba el dinero que le envía la Fundación Nacional Cubano Americana, una organización terrorista radicada en Miami.

 Además de realizar compras de hasta 150 mil dólares, Ferrer invierte el dinero, que supuestamente debería repartir como ayuda a los “opositores”, en una shooping de ropas que, según Raumel, es propiedad de dos  agentes de la seguridad del estado.

A una pregunta del entrevistador de por qué nadie ha denunciado tales hechos con anterioridad, el sublevado en Estados Unidos, afirma que los opositores que pertenecen a UNPACU, la organización que dirige Ferrer en el oriente cubano, tienen miedo a decir la verdad.

Dicho grupúsculo, deja entrever el entrevistado, funciona como  una suerte de agencia de viajes en la que su jefe se ha encargado de hacerle creer a sus seguidores que quien cuestione su autoridad no será bien recomendado para emigrar hacia los Estados Unidos en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, donde Ferrer suele ser recibido.

Raumel afirma, además, que el esclavista Ferrer ha ayudado a salir a algunos de sus partidarios con la condición de que le dejen la propiedad de sus casas o que después le envíen dinero, a cuenta personal, desde Estados Unidos.

Según el testimonio del ex sirviente de UNPACU, la principal motivación de los contrarrevolucionarios no es otra que la de viajar a Estados Unidos, y si el propio Ferrer no lo ha hecho, es por las ganancias que obtiene del negocio de la contrarrevolución.

 El gángster con piel de oveja, como lo llama su antiguo súbdito, es además el principal culpable de la muerte del opositor Wilmar Villar a quien manipuló y engañó como mismo hace con el resto de sus seguidores.

Mientras estos últimos, asegura Vinajera,  se “juegan el pellejo en las calles”,  el “periodista” Ferrer reporta los “hechos” escondido desde su casa a la sombra de una sombrilla sostenida por algún que otro de sus “esclavos” de turno.

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