El Festival de Cine de San Sebastián concedió ayer el Premio Donostia
Especial 60 aniversario al cineasta norteamericano Oliver Stone, sin
imaginarse que iba a lanzar una de las bombas del certamen. Ante un
grupo de periodistas, el veterano director aseguró que le gustaría "ver a
[José María] Aznar delante del Tribunal de La Haya". "[George] Bush no
sale del país por si tiene problemas con la justicia", dijo también en
el mismo corrillo.
Según Stone Aznar es, en su opinión, igual de responsable de la
guerra de Irak que el británico Tony Blair y que el expresidente de
EEUU. Pero estas no fueron las únicas palabras que llamaron la atención
de sus encuentros con la prensa. El cineasta también dejó caer que Obama
"no es un presidente tan importante" y que "está consolidando las
políticas de derechas que venían de antes".
Stone presentó en el certamen Savages (Salvajes), una adaptación al
cine de la novela de Don Winslow, uno de los máximos expertos en el
tráfico de marihuana en EE.UU. y, por tanto, en las bestiales prácticas
que utilizan las mafias mexicanas para quedarse con el monopolio de este
negocio.
El director de películas como Salvador, El expreso de medianoche,
Nacido el 4 de julio, JFK, Wall Street, la controvertida Asesinos natos o
los documentales sobre Castro y Chávez, anunció que ha terminado la que
él considera su obra más importante: La historia no contada de EEUU,
una serie de diez horas de duración, que se estrenará en noviembre y
donde cuenta la historia de su país desde 1940 a 2010. "Es un documental
clásico, sin entrevistas, es mi visión de EEUU a lo largo de mi vida",
aseveró.
Una visión, que a la vista de su filmografía reciente, será muy
política y probablemente poco amiga de las ideas conservadoras, y que
destacará como uno de sus episodios más significativos la bomba de
Hiroshima. Stone, que se ha dedicado con algunas de sus películas a
retratar la realidad de Sudamérica, sigue ahora, con Savages, la
situación de México.
"Es un buen material para el, pero México es un país que ha sido
dirigido políticamente por Estados Unidos. Calderón cuenta con dinero de
allí y con él lleva una guerra contra la droga desde 2006 que es un
desastre total y que ha provocado ya 50.000 muertos. México nunca se ha
aliado con los progresistas. Reagan –añadió Stone– empezó un baño de
sangre en Sudamérica, siguiendo a Nixon. Pero ahora esos países han
elegido a gobernantes de izquierdas y EEUU no se ha recuperado".
El cineasta, que, igual que hizo con Fidel Castro, ha seguido con la
cámara a Hugo Chávez, dice que cree que éste volverá a ganar las
elecciones y que está bien de salud. "El otro no es un buen tipo y si
ganara, devolvería el país a las clases altas", dijo sobre el rival de
Chávez, Henrique Capriles. No está tan seguro de lo que ocurrirá en las
elecciones en EEUU, aunque él votará por Obama, a pesar de que "está
consolidando las políticas de derechas que venían de antes". "Si gana el
otro, volveremos a la política de Bush", consideró.
Oliver Stone se mostró muy crítico con el gobierno del actual
presidente de su país, del que sentenció: "No creo que Obama sea un
presidente importante. Mucho menos si no consigue cambiar ese rumbo a la
derecha que llevamos".
Por último, Oliver Stone, refiriéndose a la película que presenta en
Zabaltegui, explicó cómo en su país hay unos cultivadores de marihuana
detenidos y otros, no, por la confusión legal. Y concluyó: "La
producción de marihuana en EEUU es la de mejor calidad. Ayuda a los
enfermos de cáncer, a gente con problemas psiquiátricos... Y yo no
conozco muertos por sobredosis por marihuana".
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