Novelista, ensayista y crítico de las políticas estadunidenses contra el terrorismo, Gore Vidal falleció este martes en su casa de Hollywood Wills por complicaciones de neumonía, según informó su sobrino Burr Sterrs, quien precisó que vivía solo en su residencia. Entre sus principales novelas destacan Lincoln, Washington DC, La ciudad y el pilar de la sal y Myra Breckendrige.
Contemporáneo de escritores como Norman Mailer y Truman Capote, Vidal nació paradójicamente quien fue crítico de la política belicista estadunidense en West Point, la academia militar más importante, donde su padre, Eugene Vidal, se desempeñaba como instructor aeronáutico.Vidal fue crítico sistemático de las políticas estadunidenses y especialmente radicalizó sus posturas tras los atentados del 11 de septiembre. El escritor, quien participó en la Segunda Guerra Mundial –donde falleció Jimmy Trimble, una de las personas a las que más amó– se volvió el principal detractor de izquierda de la política exterior estadunidense, desde Vietnam hasta Irak. Cuestionó duramente a la administración de George Bush:
La única razón por la que Estados Unidos es amenazado es porque amenaza a otros. En geopolítica, como en física, no hay acción sin reacción. No hubo un 11-S. Quiero decir, nuestras políticas eran tales que forzosamente tenía que haber en el mundo árabe un montón de gente enloquecida queriendo volarnos en pedazos por los crímenes que sentían que cometíamos contra ella. Cualquier tonto lo hubiera visto venir. Y yo soy lo bastante tonto para haberlo visto, dijo en una entrevista publicada en La Jornada en 2009.
A decir de Vidal, en torno a los atentados del 11 de septiembre, Estados Unidos tenía información previa de que ocurrirían, pero su realización justificaba los planes belicistas de invasiones en Afganistán e Irak.
Galardonado en 1993 con el National Book Award por Estados Unidos (1952-1992), en la temática de sus novelas recurrió con frecuencia a temas históricos como en Lincoln y en Washignton DC, cuyo tema central fue la política en la administración de Franklin D. Roosevelt. (La Jornada)
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