miércoles, 4 de mayo de 2011
La muerte de Bin Laden: ¿una rehabilitación de la tortura?
“Estados Unidos no torturará”, prometió entre aplausos el presidente Barack Obama el 22 de enero de 2009, tras haber firmado decretos oficiales en ese sentido. Ese día las “técnicas de interrogatorio mejoradas" como el waterboarding o ahogamiento simulado, marca registrada de los años Bush, pasaron a ser una oscura paréntesis en la vida democráctica de Estados Unidos mientras los halcones republicanos se tragaban una amarga derrota.
Al menos hasta ayer, cuando Leon Panetta, director de la CIA y futuro titular del Departamento de Defensa, reconoció que la información obtenida de los detenidos en las cárceles secretas de EE.UU. mediante estas torturas ayudó a trazar el plan que acabó con la vida de Osama Bin Laden.
En una entrevista con el canal NBC, el alto funcionario subrayó que las claves que llevaron a los servicios de espionaje a hallar el escondite del líder de Al Qaeda procedieron de "muchas fuentes de información", y no sólo de ésta.
"En este caso, las técnicas de interrogación coercitivas fueron empleadas contra algunos de estos detenidos. Y el debate sobre si podríamos haber obtenido la misma información a través de otros enfoques, creo que siempre va a ser una pregunta abierta", indicó.
Preguntado por si en esas "técnicas de interrogación coercitivas" se incluía la asfixia simulada, Panetta respondió: "correcto".
Los ex miembros de la administración Bush no necesitaban nada más para vanagloriarse de sus controvertidas prácticas.› Leer Más
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