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| José Gabilondo | 
Por Edmundo García
-EG: Ya que tú mismo has mencionado el tema, ¿Qué opinión  te merece la política de embargo o bloqueo de Estados Unidos a  Cuba?
-JG: Yo escribí mi primer ensayo sobre eso, y también me  referí en el artículo sobre el Banco Central, me parece que es una actuación que  no tiene ninguna lógica, porque la premisa del embargo es que Cuba sería una  isla que está bajo un sistema totalitario, entonces se piensa sofocarla, y se  espera que sufra tanto que se creen condiciones de inquietud social de manera  que haya una sublevación; eso no es lógico, porque si es un estado totalitario  no hay forma de que la gente se pueda sublevar; esa ley no tiene lógica, y yo lo  empecé a investigar y lo que averigüé fue que al tratarse de asuntos  comerciales, bajo una ley que se llama “de trato con el  enemigo”…
-EG: Una ley de la década del 20…
-JG: De la década de 20… no es lógica, porque en general  en este país cuando el estado actúa, tiene que actuar lógicamente, porque el  estado impone una carga en una persona; y lo puede hacer, pero tiene que tener  una razón. Pero cuando se trata de relaciones exteriores las leyes no tienen que  tener ese tipo de razón, y yo me di cuenta que fue por ese criterio, no se  aplica un criterio de racionalidad. Ahora, a mi me parece que no tiene sentido  jurídico, pero yo lo entiendo, como dije en ese ensayo, como una figura  emocional, y también algo como irónico, los Estados Unidos tiene esta ironía que  me parece que los cubanoamericanos son uno de los dos grupos que han logrado  convertir su visión minoritaria en política exterior de este  país…
-EG: Un secuestro.
-JG: Bueno, es habilidad política, la clase política  cubana aquí, igual por la fuerza electoral de Cuba, ha logrado apalancar su  visión en el sector de política exterior; el otro grupo que lo ha hecho es la  comunidad judía en este país, que también a mi forma de ver tienen una visión  particular del Medio Oriente y también ha conseguido apalancarlo  universalizándolo y eso es un reto político.
-EG: Pero con el permisivismo del estabishment  norteamericano.
-JG: Bueno, es cierto…
-EG: El día que los norteamericanos quieran eso se  acaba.
-JG: Bueno sí, es una paradoja, porque en realidad cuanto  tú miras al balance de intereses, incluso de intereses comerciales, critican al  embargo. Es un poco raro en un país donde el capitalismo es tan importante… si  las grandes empresas están en contra de esta política, es muy misterioso que  continúe.
Entrevista al profesor José Gabilondo: Es raro el embargo a Cuba por un país donde el capitalismo es tan importante
 PROGRAMA:  La Tarde se Mueve. 14.50 AM. Miami. FL. EEUU 
WEB: rprogreso.com / lanochesemueve.us 
FECHA: Martes 5 de junio, 2012 (5:00-6:00 pm)  
PERIODISTA: Edmundo García 
ENTREVISTADO: Profesor José Gabilondo  
RESUMEN BIOGRAFICO: Nació en Santiago  de Cuba. Tiene un Bachelor of Art en la Universidad de Harvard y estudios de  Derecho en la Universidad de California. Ha tenido experiencias laborales con el  Departamento del Tesoro y el Banco Mundial. Es profesor de Leyes en la  Universidad Internacional de La Florida (FIU) y entre el 2009 y el 2011 fue  Decano Asociado de Asuntos Académicos. Ha publicado en prestigiosas revistas  académicas y ofrecido conferencia en múltiples Universidades de Estados Unidos.  Es autor y coautor de libros donde interrelaciona los temas de leyes, economía,  finanzas y mercado. 
-EDMUNDO GARCIA: Muchas gracias profesor José Gabilondo  por acceder a estar por primera vez en este programa “La tarde se  mueve”.
-JOSE GABILONDO: Yo encantado de estar contigo y con tus  oyentes.
-EG: Gabilondo, ¿Usted es  santiaguero?
-JG: Nací en Santiago de Cuba, mi familia se fue cuando  yo tenía 4 años, nos fuimos a La Habana un año y entonces nos fuimos de Cuba en  el 67 y pasamos 3 días aquí en Miami en la Torre de la Libertad; después fuimos  a Nueva York por un año, yo tengo un hermano que tiene problemas mentales y mi  familia le buscaba escuela en aquel entonces, en Nueva York las escuelas no eran  muy buenas, eran mejores en Boston y fuimos a Boston, donde  crecí.
-EG: ¿Y las razones por la cuales tu familia parte de  Cuba, fueron económicas, políticas, familiares?
-JG: Yo creo que políticas, nos fuimos en los Freedom  Flights, mi familia se fue porque no se identificaba con lo que estaba pasando  en Cuba. 
-EG: ¿En qué nivel social ubicas a tu  familia?
-JG: Bueno, mi padre era contador y mi mamá había sido  Maestra Normalista y trabajó en algún tipo de escuela. Mi familia era lo que yo  a veces llamo media típica o “media media”. Mi papá trabajó también después de  la Revolución en la JUCEPLAN, trabajó en el gobierno un tiempo antes de  irse.
-EG: Tú has salido a definir en algunos momentos el  término “cubanoamericano” e incluso has hablado de una identidad  cubanoamericana, incluso has dicho que existe un complejo de Edipo que está  asociado a la identidad cubanoamericana. A mí personalmente no me pasa eso, no  me tengo que explicar lo que soy: yo soy cubano y punto. Ahora, trata de  explicar un poco qué es eso de la “identidad cubanoamericana” y qué tiene que  ver con lo “edipal”.
-JG: Me alegra que hayas escogido ese tema porque es un  tema muy importante. Esto nace de un ensayo que yo escribí que se llama “El  grito de la Yuma”, y era un ensayo que escribí aquí y se lo mando a cualquiera  en la versión electrónica si me mandan un correo a FIU, y era una forma de  enmarcar el conflicto que vive el cubanoamericano hacia Cuba y lo que yo  desarrollo es esta idea: que el cubanoamericano que crece aquí, particularmente  en Miami, conoce a Cuba a través del dolor y del luto interminable de sus  padres, y crece en ese caldo de luto no terminado, y el problema es que, si no  viaja a Cuba, no conoce a Cuba de primera mano y solo a través de la experiencia  de los padres, esto se vuelve una versión del conflicto de Edipo típica: el niño  tiene que liberarse metafóricamente “matando” al padre. Lo que yo dije en ese  ensayo es que el cubanoamericano tiene que tener su propia “vivencialidad” de  Cuba y la única forma de hacerlo es yendo. Ahora, hay muchas ironía aquí, porque  yo me acuerdo cuando yo fui a Cuba la primera vez en el 87, cuando yo estaba en  la Universidad, e irónicamente yo me quería acercar más al pasado de mi familia,  yo quería conocer quiénes éramos, quiénes habíamos sido y qué era Cuba, y eso le  costó a la familia; la ironía es que para acercarte a quien tú eres a veces te  tienes que alejar de la aprobación de tu familia. Y por eso yo escribí ese  artículo; y quería responder también a ese discurso de las reclamaciones. Cuando  imaginamos el futuro de Cuba desde este país, la primera cosa que la gente  menciona son las “reclamaciones” de propiedad; eso me parece equivocado y poco  productivo porque para mí primeramente las reclamaciones financieras son muy  complejas, ya sean contra Cuba o de Cuba contra los Estados Unidos; hay un  montón de reclamaciones económicas y resolverlas va a ser muy complicado, pero  para mí más allá de las reclamaciones económicas hay una reclamación moral; de  pérdida de ambos lados: de Cuba isla y de Cuba diáspora. A mí me parece que  primero tenemos que reconocer y saldar esas pérdidas, tanto de la gente de aquí  como de la gente de allá, y que ese marco emocional es el que le da tanta fuerza  a este discurso de reclamaciones, y por eso yo quería abrir ese discurso, y por  eso yo quería saldar esa brecha que tenemos, y me parece que primero vamos a  tener que saldar lo emocional, antes de lo económico, porque para mí lo  emocional es el marco para reunificación. 
-EG: Gabilondo, yo me he encontrado a lo largo de mi vida  durante 12 años en esta ciudad, que los sectores que más se aferran a que no  haya apertura, los más hostiles, que quieren interrumpir la comunicación a nivel  de raíces, entre las familias… en fin, la derecha más reaccionaria de la  comunidad cubanoamericana, una de las cosas que hablan es del “dolor”. Por  supuesto que ese sector no mira el dolor que ellos mismos han causado al pueblo  cubano, hablan solo del dolor que ellos dicen que tienen; sin embargo, yo  siempre he preguntado: ¿pero es que realmente hay un dolor colectivo? Me lo he  preguntado porque yo no veo ningún dolor colectivo; en esta ciudad de qué dolor  colectivo se va a hablar si aquí se rumbea, se carnavalea, salen a pescar, comen  en los restaurantes y toman whisky, o sea, de qué dolor hablan; porque lo  utilizan para interrumpir o para torpedear los  acercamientos.
-JG: Yo creo que la identidad cubanoamericana en la  Florida se ha convertido en una figura electoral, en un botín electoral, y eso  es parte de un tema más grande y es que la comunidad cubana aquí va cambiando y  surgen las preguntas por quiénes son los cubanoamericanos y quiénes deben hablar  por ellos. Yo creo que había un momento en Miami, antes de que yo viniera, donde  había como una visión monolítica, en la época de la Fundación Nacional Cubano  Americana de Jorge Mas Canosa, donde parecía que había una voz cubanoamericana,  pero esa hegemonía ya se ha desmoronado, ya no existe, porque primeramente el  exilio cubano ha convertido a Miami en una ciudad panhispana; hay colombianos,  argentinos… hay muchos hispanos que no se identifican con lo cubano; y también,  a raíz de toda la emigración reciente cubanoamericana lo que tú tienes en Miami  cada vez más son cubanos y cubanoamericanos que se identifican con Cuba;  crecieron allí, amaron allí, tienen familia allí, y lo que están es formando un  espacio transnacional. Yo lo veo en el aeropuerto cuando voy a La Habana: un  espacio transnacional entre Miami y La Habana. Sobre el tema del dolor, yo creo  que sí hay dolor, pero hay varios dolores; yo creo que yo conocí el dolor de mi  familia primeramente, y yo creo que hay dolor aquí y hay dolor allá; por eso yo  hablo del luto ininterrumpido, que no se ha terminado, en parte porque no se ha  dejado terminar. 
-EG: ¿Vas con mucha frecuencia a La  Habana?
-JG: Yo he ido como 8 veces. La primera vez fue como yo  te dije en 1987, fue antes del periodo especial y fue algo absolutamente  increíble. Yo me acuerdo que salgo del avión y huelo a Cuba, ese olor, el aire  es distinto… y me llevó 30 segundos sentirme en casa. Es algo que me asombró; yo  me había ido cuando tenía 5 años, y yo no sé… yo vengo de una familia muy  cubana, hablábamos de Cuba todo el tiempo, no sé si fue eso, yo me sentí  totalmente en casa; también fue esa sensación de ver una isla entera que es como  tu familia; y yo, viviendo en Boston, donde vivíamos en un barrio irlandés e  italiano, éramos los únicos cubanos, en realidad yo no conocí lo hispano y lo  cubano hasta que no tuve como 25 años, y para mí ir a Cuba fue… me sentí muy  bien. Y desde entonces me di cuenta que yo tenía esta tarea, creo que todo  cubano lo tiene, de trabajar en Cuba, en la construcción de Cuba, porque es  parte de nosotros.
-EG: Nos encontramos en La Habana tú y yo hace unos días;  nos encontramos y me dijiste algo allí frente al mar, frente al malecón, en la  terraza del Hotel Nacional, me dijiste que te gustaría pasar un año en  Cuba.
-JG: Absolutamente cierto…
-EG: Pero te gustaría pasar un año en Cuba haciendo qué,  paseando, enseñando, escribiendo…
-JG: Bueno, tú sabes, como académico te toca un año de  sabático en que escribes un libro, o algo así, y desde que yo entré en la  Academia yo siempre he tenido la ilusión de colaborar con Cuba de alguna manera  y de hecho el primer trabajo cuando yo empecé en la academia fue un trabajo  sobre el Banco Central cubano porque era la primera vez que yo tenía la libertad  de cátedra y yo pensé que debía usar esa libertad para acercarme a Cuba, porque  yo tengo que ver con Cuba y Cuba tiene que ver conmigo; entonces me dije: déjame  ver qué pasa por aquí, y desde entonces he intentado trabajar algo en Cuba, uno  de mis campos es el mercado crediticio latinoamericano, y pensé trabajar lo que  está pasando en el sector financiero, algo así. Y quería decir que yo estoy muy  agradecido de ser académico porque justo antes de entrar a la academia yo  trabajaba en el Departamento del Tesoro, y como tú sabes el embargo radica en la  Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, y  cuando yo trabajaba en la unidad jurídica que se ocupaba del mercado doméstico,  yo les dije cuando yo empecé, que yo nunca iba a trabajar en ningún asunto que  tuviera que ver con Cuba, y me respetaron en eso, porque ellos siempre  necesitaban gente que hablara español, pero obviamente en concepto de principios  yo no iba a poder hacer eso, y ellos me respetaron, algo que siempre valoré,  nunca hubo ninguna presión para que yo hiciera algo así, de modo que esa fue mi  experiencia en Washington; y de eso ir allí a la academia, donde ellos quieren  que tú busques preguntas controvertidas, cosas novedosas, yo me siento muy  agradecido, el mundo académico es uno de los pocos donde hay una ventana entre  Cuba y Estados Unidos, donde tú legítimamente puedes ir y tratar personas y  publicar, etc. 
-EG: Ya que tú mismo has mencionado el tema, ¿Qué opinión  te merece la política de embargo o bloqueo de Estados Unidos a  Cuba?
-JG: Yo escribí mi primer ensayo sobre eso, y también me  referí en el artículo sobre el Banco Central, me parece que es una actuación que  no tiene ninguna lógica, porque la premisa del embargo es que Cuba sería una  isla que está bajo un sistema totalitario, entonces se piensa sofocarla, y se  espera que sufra tanto que se creen condiciones de inquietud social de manera  que haya una sublevación; eso no es lógico, porque si es un estado totalitario  no hay forma de que la gente se pueda sublevar; esa ley no tiene lógica, y yo lo  empecé a investigar y lo que averigüé fue que al tratarse de asuntos  comerciales, bajo una ley que se llama “de trato con el  enemigo”…
-EG: Una ley de la década del 20…
-JG: De la década de 20… no es lógica, porque en general  en este país cuando el estado actúa, tiene que actuar lógicamente, porque el  estado impone una carga en una persona; y lo puede hacer, pero tiene que tener  una razón. Pero cuando se trata de relaciones exteriores las leyes no tienen que  tener ese tipo de razón, y yo me di cuenta que fue por ese criterio, no se  aplica un criterio de racionalidad. Ahora, a mi me parece que no tiene sentido  jurídico, pero yo lo entiendo, como dije en ese ensayo, como una figura  emocional, y también algo como irónico, los Estados Unidos tiene esta ironía que  me parece que los cubanoamericanos son uno de los dos grupos que han logrado  convertir su visión minoritaria en política exterior de este  país…
-EG: Un secuestro.
-JG: Bueno, es habilidad política, la clase política  cubana aquí, igual por la fuerza electoral de Cuba, ha logrado apalancar su  visión en el sector de política exterior; el otro grupo que lo ha hecho es la  comunidad judía en este país, que también a mi forma de ver tienen una visión  particular del Medio Oriente y también ha conseguido apalancarlo  universalizándolo y eso es un reto político.
-EG: Pero con el permisivismo del estabishment  norteamericano.
-JG: Bueno, es cierto…
-EG: El día que los norteamericanos quieran eso se  acaba.
-JG: Bueno sí, es una paradoja, porque en realidad cuanto  tú miras al balance de intereses, incluso de intereses comerciales, critican al  embargo. Es un poco raro en un país donde el capitalismo es tan importante… si  las grandes empresas están en contra de esta política, es muy misterioso que  continúe.
-EG: Profesor José Gabilondo, usted enseña en la  Universidad Internacional de la Florida, usted es profesor del Colegio de Leyes  que lleva el nombre de Rafael Diaz-Balart; allí, en ese recinto, se dan  reuniones de una organización llamada La Rosa Blanca, se anuncian carreras o  renuncias de personajes de la política local de Miami… suceden cosas. Qué  opinión le merece, si es que le merece alguna, que la escuela de leyes de una  universidad pública, como lo es FIU, lleve un nombre que no solo está muy  enmarcado en lo político cubano sino que si usted va a la historia lleva el  nombre, ya sea del padre o del abuelo, tenía el mismo nombre de Rafael  Diaz-Balar, ambos, en su país de origen, formaron parte de gobiernos  inconstitucionales y golpistas como el de Fulgencio Batista. ¿Tiene una opinión,  si es que la tiene, sabía usted esto que le acabo de  decir?
-JG: Sí, sí, yo lo sabía. Yo no estuve aquí en los  primeros dos años de la Facultad de Derecho, pero la ley que estableció la  Facultad de Derecho, que es cuando por primera vez FIU consigue una Facultad de  Derecho, imponía eso como requisito, de forma que yo entiendo que ese fue un  requisito de la ley; y hubo una controversia entre el claustro de profesores, a  muchos de los cuales no les gustaba eso; yo entiendo que tiene un significado  simbólico, pero lo más importante para mí es el papel que va a jugar la Facultad  de Derecho en esta ciudad, porque yo he estado allí 8 años y pasa una cosa rara  en la Facultad de Derecho, yo creo que es una cosa universal aquí, que se vive  en Miami, y es esta tendencia irónica de rechazo contra lo cubano e  identificación con el poder anglosajón dominante; déjame explicar qué es lo que  quiero decir. A mi forma de ver, en términos de instituciones educacionales, en  Miami tienes una gama: en un lado tienes al Miami Dade College, que es una  institución netamente latinoamericana, que se identifica con esa causa, y en el  otro extremo tienes a la Universidad de Miami, que es una escuela privada que yo  creo que tiene una relación muy instrumental con lo latino, porque sabe que está  en un mercado latino; y en el medio tú tienes a la Universidad Internacional de  la Florida, que adoro, pero que yo reconozco que tiene una relación  esquizofrénica: a veces se identifica con lo latino, otras veces siente  vergüenza y se quiere hacer más como la Universidad de Miami; y lo que yo he  observado, y es algo que me sorprendió, porque yo vine a Miami porque yo me  quería desenvolver en un ambiente latino, cubano, había vivido en el ambiente  anglosajón y me cansé de eso, lo que encontré es que incluso en una institución  pública así, había veces una contra reacción contra lo latino, contra lo cubano;  y lo que quiero decir es que dentro de la comunidad, dentro del claustro, como  la gente venía de otras partes, no de Miami, esperaban que de alguna manera  Miami se iba a acoplar a ellos; ellos no entendían por qué se hablaba tanto  español, y cómo la gente no es como la de Tennessee o Alabama… Lo que yo noté es  que hay una dinámica de poder en que lo latino se ha convertido en un mercado  pero no en una fuente legítima de poder, y también yo he notado algo que todavía  no he escrito, lo tengo para un ensayo, y es lo que yo llamo el “Vichy Hispanic”  (haciendo referencia al régimen de Pétain en Francia durante la II Guerra  Mundial), ese hispano que hace “papel Vichy”, que vienen de la comunidad cubana  o hispana pero se dan cuenta que lo que les conviene más es actuar como  intermediario entre esa comunidad y la comunidad anglosajona dominante (a mi  forma de ver el Partido Republicano es más responsable de esto) que les va a  premiar.
-EG: Y se convierten en anti hispanos, esto no lo dice  usted, lo digo yo; a quien tengo en la mente es a Marco  Rubio.
-JG: Yo no voy a hablar de personas en particular, porque  lo que yo veo es un fenómeno y tengo que ubicar ese fenómeno dentro del Partido  Republicano porque son ellos quienes pagan primas para poder tener minorías que  justifiquen políticas que obviamente van en contra de esas mismas minorías; de  forma que yo veo una dinámica más amplia. Y estando en Derecho yo veo como esto  se ha desenvuelto y ha habido un proceso muy específico que empezó cuando Ronald  Reagan era Presidente y Smith era su Fiscal General, en los 80, ellos sentían  que el poder judicial federal se había puesto muy liberal, los jueces federales,  y ellos decidieron que querían reestructurar el poder judicial y cambiar la  doctrina, devolviéndola a lo que había sido hace 200 años, y empezaron un grupo  que se llama la Sociedad Federalista (Federal Society), que es como un Opus Dei  pero más seglar, solamente en el ámbito jurídico, y lo que ellos han hecho es  que se han dedicado a sembrar juristas, no solamente conservadores, porque el  término conservador ha cambiado en los últimos años, conservador ahora significa  reaccionario, ha girado a la derecha tanto… y eso es parte de este cambio, que  este movimiento quiso sembrar juristas muy conservadores para empezar a cambiar  la doctrina de este país. Han llegado al Tribunal Supremo, han tenido muchísimo  éxito, y por eso es que este Tribunal ha logrado estos casos tan importantes  como Ciudadanos Unidos, que cambió la forma en que se financian las campañas; y  el caso Bush-Gore, donde Gore entregó la presidencia a Bush… Ahora, por qué te  digo todo esto, porque lo que ha hecho la derecha en este país es que ha creado  un marco de incentivo, de discurso mediático, como Fox News y todo ese aparato,  y en ese aparato hay un espacio para las minorías y para los hispanos, y  particularmente en este año, que es un año electoral, con la importancia del  voto hispano, va a ser muy interesante, tú vas a ver cómo se desenvuelve, cómo  se va viendo la identidad hispana, quién va a apostar para ser hispano, y qué va  a significar… Yo entiendo lo que tú me dices del nombre de la Facultad, pero yo  lo veo como algo más amplio… Cuando yo ando por Miami yo me doy cuenta, y me  asombra todavía, que hay mucho rechazo contra lo cubano; si tú vives como latino  en Miami y tienes un entorno netamente latino, no te vas a dar cuenta, pero si  en tu vida tú rozas con el mundo anglosajón dominante te vas a dar cuenta que  todavía hay esos sentimientos de resentimiento; y eso es algo que me saca de  quicio, pero quería enmarcarlo.
-EG: Eso que tú notas es por parte de la comunidad anglo,  pero hacia qué sector de la comunidad cubana.
-JG: Yo diría que en general. Y no es solamente el sector  anglo conservador; no es, por ejemplo, el sector del Tea Party, que yo lo  entiendo como un movimiento de contra reacción racial; o sea, el Tea Party es un  movimiento de pánico cultural: ven un país donde hay un Presidente negro,  soldados gays, latinos por todas partes… y cunde el pánico. Pero no, yo hablo  del anglosajón liberal, porque yo crecí en ese ambiente en Boston; y yo noté que  en los ambientes donde el control es predominantemente anglosajón, el liberal es  generoso con los derechos, y quiere compartir el poder, le gusta la idea de  diversidad, eso de vamos a contratar a una persona negra, otra latina… pero en  ambientes como Miami, donde la mayoría no es anglosajona, el liberal anglosajón  se convierte en conservador; y yo me quería referir a ese fenómeno, cuando el  liberal tiene su propia reacción, su pánico cultural.
-EG: Déjeme hacerle un giro a la entrevista. ¿A usted le  parecería bien que una orden espiritual se llamara Gengis Kan, o Napoleón  Bonaparte? ¿Cómo usted vería algo así? Le estoy diciendo profesor que la  Facultad donde usted trabaja, que se financia públicamente, tiene el nombre de  dos Ministros (llamados igualmente: Rafael Diaz-Balart) que en su país no  respetaron la democracia. ¿Eso le parece ético?
-JG: Bueno, te digo la verdad. Más importante para mi es  que yo en ningún momento he frenado mi actividad: yo voy a Cuba, yo he  organizado eventos sobre la identidad cubana, para mí lo importante es la  libertad de cátedra; a mí me preocuparía si en la Facultad hubiera una política  de represión, hasta ahora no ha habido una, pero yo sé que eso pudiera cambiar,  y yo no he visto injerencia política en el contenido, hasta ahora; tenemos un  nuevo Decano, que era un viceministro del aparato Bush, en el Departamento de  Justicia, y que pertenece a este grupo del Federal Society; el antiguo era un  liberal tradicional, pero hasta ahora yo no he visto injerencia política.  
-EG: Recientemente se ha dado a conocer que el Colegio o  el “bar” de abogados de la Florida, decidió premiar como la mejor defensa  judicial del pasado año, la que el abogado Arturo Hernández hizo en el juicio en  El Paso a Posada Carriles; supongo que usted tenga alguna opinión al respecto.  Por este programa pasó el abogado José Pertierra y dijo que eso era una decisión  política, ¿Tiene usted una opinión sobre tal decisión?
-JG: Bueno, yo no conocía esa decisión, ¿fue CABA? (Cuban  American Bar Association)… Las asociaciones de abogados reflejan intereses de  los grupos, mientras entren más abogados que vienen de Cuba, que tienen otra  visión de los cubanos, las instituciones de abogados van a ir cambiando, yo lo  veo como un producto cultural más que político.
-EG: Usted ya ha participado del intercambio académico.  Recientemente tuvo un debate en la cadena CNN donde usted se manifestó a favor  de que Estados Unidos le hubiese otorgado una visa a Mariela Castro, que fue  recibida muy bien en estamentos de la sociedad norteamericana; en Miami se armó  una gran alharaca, como siempre, ¿cómo ve usted el tema de la visita de Mariela  Castro a los Estados Unidos?
-JG: En general las reacciones fueron muy positivas,  salvo en algunos sectores; para mí fue algo muy obvio porque ella fue para  participar  en el Congreso de LASA, ella vino para ofrecer una  ponencia académica y, bueno, lo mejor de este país para mí es la libertad de  expresión, y eso incluye la libertad de cátedra, de modo que a mí me parecía lo  más obvio del mundo que se le diera la visa y me pareció raro que se montara una  reacción; ahora, como dije antes, la reacción no era lógica, porque no tiene  sentido restringir la libertad en nombre de la libertad; no tiene sentido, y  vuelvo a esa idea: la reacción que tenemos hacia Cuba en este país no es una  reacción basada en la lógica, sino en algo emocional, en intereses políticos. Y  creo que se enfocaron en ella por su papel en la comunidad gay, porque poco  antes había venido Eusebio Leal, el historiador de la ciudad; Eusebio Leal es  una persona muy importante, lo que ha hecho con la ciudad vieja es algo  increíble; la ciudad vieja es una fuente de divisas, él es una persona muy  importante en Cuba; y cuando él vino no se montó ningún escándalo, y yo creo que  es en parte por la homofobia semi solapada de ciertos  sectores.
-EG: Usted ha sido consultado acerca de perfiles de  algunos legisladores cubanoamericanos como Marco Rubio y Bob Menéndez; pero le  quiero preguntar por otro legislador, ¿Qué opinión, qué perfil tiene de David  Rivera?
-JG: Yo no lo conozco, y prefiero en lugar de hablar de  su persona, de su perfil, qusiera hablar de algunas cosas que ha promovido; por  ejemplo, algunas de las cosas que ha promovido y que han perjudicado a FIU, y  por tanto a mí, es una ley estatal de la Florida, que prohíbe el uso de fondos  estatales para visitar Cuba. Es una cosa muy rara: Miami es el mejor y el peor  lugar para estudiar Cuba; estas aquí al lado, pero si trabajas para una  universidad pública no puedes usar fondos públicos para viajar a Cuba, tienes  que pagar, no me quejo, siempre vale la pena ir a Cuba, pero esa ley es otro  ejemplo de algo que no tiene lógica, yo creo que va en contra del espíritu, de  la libertad de expresión y libertad de cátedra, y es algo que francamente  perjudica a las universidades públicas en la Florida, porque tienes que entender  que el mundo académico es muy competitivo y ahora mismo las universidades están  compitiendo para financiación y por reputación y el tema Cuba es un sector donde  las universidades públicas de la Florida pudieran hacer algo importante,  pudieran ser muy competitivas, pero no lo son. Cuando yo voy a Cuba lo que yo  veo es un montón de universidades públicas y privadas de otros estados que  tienen programas, un montón de programas, y lo terrible es que aquí en la  Florida nos estamos quedando atrás, y en parte es por esa ley; hay pleito contra  esa ley, que se instó en un tribunal federal, que la mantuvo, y   ahora ha habido una apelación al Tribunal Supremo y ojalá el Tribunal  Supremo conozca del asunto y reconozca que esta ley no tiene lugar en nuestro  ordenamiento jurídico; como esta ley estatal (sobre el comercio con Cuba y  Siria) que estaba en el periódico hoy.
-EG: ¿Por qué esta obsesión de los legisladores del sur  de la Florida en Tallahassee de tratar de interferir con el gobierno federal, ya  sea limitando a empresas, limitando el intercambio académico, esto no le suena a  usted a politiquería de república bananera?
-JG: Yo creo que el tema cubano, volviendo a la  comparación con la comunidad judía, tiene que ver con el dolor, y el dolor  justifica un montón de actuaciones que no son lógicas. Yo soy activista para la  comunidad gay, en términos de derecho de matrimonio; como activista tomas  decisiones que te cuestan, que no son lógicas en el sentido de que te cuestan  algo, pero se toman esas posiciones porque se cree en ellas, y yo creo que  aunque yo no esté de acuerdo en estas posturas, yo entiendo que lo que hay  detrás en Miami es esta sensación todavía de pérdida, de lo que la gente perdió  en Cuba, y de lo que yo considero un luto no terminado. 
-EG: ¿Usted cree que está representada la comunidad  cubanoamericana, usted cree que proporcionalmente existe una relación entre los  políticos electos de esta comunidad y el gran número, el perfil de esta  comunidad?
-JG: Yo diría que no. A veces hablamos del fracaso del  mercado pero también hay fracasos de procesos democráticos. Hay en FIU un  demógrafo, y sociólogo, Guillermo Grenier; él estudia actitudes hacia Cuba de  los cubanoamericanos, y lo que él ha notado es que la posición sobre el embargo  depende directamente de cuándo la gente vino; solamente la gente que vino en el  58-59, en los 60s temprano, conservan este fervor; de modo que a mí me parece  que la comunidad está cambiando pero los políticos no se han dado cuenta, o no  han tenido que enfrentarse a esto; yo supongo que tarde o temprano va a pasar,  porque es un tema donde no hay punto intermedio. 
-EG: Me gustaría entrevistar a algún día al profesor  Grenier.
-JG: Es fantástico. Guillermo lo que ha hecho es que  dividió la emigración cubana por grupos de 5 años, entonces analiza las posturas  de cada sección y hay un descenso de las posturas en términos de apoyo al  embargo, en dependencia de la fecha de venida; eso se conoce como la encuesta  sobre Cuba de FIU, eso nos dice algo del futuro.
-EG: Uno de los grandes diferendos actuales entre Cuba y  Estados Unidos, que constantemente sale a relucir por una u otra vía, y saldrá a  relucir constantemente hasta que no se encuentre una solución, es el  encarcelamiento de 6 personas: cinco cubanos en los Estados Unidos y un  norteamericano en La Habana. ¿Cuál es su opinión en este proceso? Hay  antecedentes en la administración Carter, ejemplos de gesto por gesto… ¿Cómo  cree usted que va a ser el desenlace de la situación de estos cinco luchadores  antiterroristas cubanos, y este subcontratista preso en  Cuba?
-JG: Bueno, por mi orientación jurídica, yo veo las cosas  en términos de poder político, más que en términos de lo que dice la doctrina,  lo que debe ser el resultado en la doctrina. Yo creo que esos conflictos se  están ventilando y se van resolver políticamente, no jurídicamente, porque lo  jurídico obedece siempre a otra lógica. Yo en general no me he metido en temas  ni de derechos humanos en Cuba ni de aquí; mi campo es lo económico, lo que  domino es lo económico, yo me siento más cómodo en ese campo y me siento menos  cómodo emitiendo opiniones sobre la política en sí. 
-EG: Vayamos a su campo, ¿cómo beneficiaría al sur de la  Florida, desde el punto de vista económico, ya no digo a Cuba sino al sur de la  Florida, una relación normal con Cuba?
-JG: Todo el mundo sabe que el balance sería positivo;  habrían cambios. O sea, si viniera mucha gente de Cuba hacia aquí, si se  abrieran esas puertas, yo supongo que habría una desestabilización local,  cambiaría el mercado laboral; eventualmente yo creo que sería positivo, porque  somos mercados que estamos al lado uno al otro, y lo más natural es hacer  intercambio; yo creo que el resto de la Florida se entiende esto. Alguien que  sabe mucho de esto es Tony Zamora, es un gran abogado, un gran hombre de estado,  yo lo entiendo así, y él está participando en un grupo que yo creo ayudaría a la  Florida. Aunque yo veo el tema de la Florida del sur como parte de la dominación  por la Florida del norte; es que hay dos Florida: en el sur tienes Miami, que es  el motor económico de este estado, y en el norte tienes a Tallahassee, que es  como Georgia del sur, que tiene otra visión de este estado; este estado tiene  todavía una estructura fiscal decimonónica; o sea, no tenemos un impuesto sobre  la renta, cortamos el gasto público constantemente, mientras lo que hace falta  en el sur de la Florida es mayor gasto público para fomentar la formación de la  gente joven; para mí el problema económico del sur de la Florida tiene más que  ver con la realidad de que aunque subvencionamos al estado, irónicamente el  estado no ha reconocido el aporte que hace el sur de la Florida a la economía  estatal.
-EG: ¿Cómo ves el papel de los cubanoamericanos en  relación con las medidas económicas que impulsa el presidente Raúl  Castro?
-JG: Una buena pregunta, yo creo que hay una gama de  reacciones entre los cubanoamericanos, hay un grupo de cubanoamericanos aquí que  no saben lo que está pasando en Cuba, o lo único que saben es lo que leen en los  periódicos y no tienen contacto directo, yo supongo que ellos no se identifican  con esos cambios, yo creo que hay muchos más cubanos que ven en estas reformas o  vislumbran posiblemente un futuro en el que ellos tendrían algo que ver  económicamente con Cuba, o retirándose o jubilándose y viviendo allí en retiro,  o invirtiendo en una propiedad con la familia; yo creo que estas reformas  económicas que se han hecho en Cuba, y también en las posibles reformas en  emigración para normalizar el flujo de ida y vuelta, está despertando  posibilidades en la comunidad cubanoamericana, pero mi preocupación es siempre  que no vamos a ser los cubanoamericanos quienes estamos en la primera fila  cuando se trata de conocer a Cuba, porque los anglosajones que no viven con esta  complejidad cultural, como el complejo de Edipo cubanoamericano y el significado  de Cuba, ellos sencillamente ven a Cuba en términos comerciales y serán los  primeros en llegar y comercializar; y de alguna manera, y no es que yo sea un  “Yankee go home”, pero de alguna manera siento que Cuba debe ser para los  cubanos y hay que buscar una forma de proteger, de darle privilegios a los  cubanos para que podamos reanudar la integración nacional; yo creo que eso  empieza a ser una posibilidad y hay que ver qué forma  toma.
-EG: Vamos a la política nacional, qué es lo que va a  pasar en noviembre, veo que hay sectores que dan por sentado la reelección del  Presidente Obama, que los índices económicos van a seguir mejorando, y otros  sectores dicen que no está tan claro, ¿Cómo ve usted la reelección del  Presidente y cuáles son los puntos principales que van a decidir la campaña de  noviembre?
-JG: Mucha gente, y me incluyo a mí, nunca pensó que  Romney tuviera una posibilidad, sencillamente por la tradición de que Obama ya  está en la Casa Blanca y es muy difícil despojar a alguien de la Casa Blanca,  pero el problema es que Romney está ganando mucha confianza, él tiene algunas  ventajas, y empieza a ser posible que Obama pierda… Yo pienso que va a ser  reelegido pero…
-EG: ¿Usted dice que es posible que Obama  pierda…?
-JG: Sí, yo creo que es posible; si tú me hubieras  preguntado hace seis meses yo hubiera dicho absolutamente que no,  particularmente cuando mirábamos cómo los candidatos Republicanos se trataban  uno al otro, yo hubiera dicho que absolutamente Romney no tenía una posibilidad;  pero yo te diría que es posible, no te diría que sea justo, pero uno de esos  puntos va a ser la economía; y no creo que si la economía mejora será porque  Obama lo ha hecho bien, pero si empeora tampoco se puede decir que es porque  Obama lo ha hecho mal; el ciclo político es distinto al ciclo económico, es un  error politizar la economía, pero lo que vamos a oír desde ahora hasta  noviembre, lecturas Republicanas de la economía, lecturas Demócratas, de alguna  manera ninguna va a ser correcta, lo que tienen que hacer los oyentes es mirar  más allá de lo que dicen e interpretar lo que dicen por sus intereses.  
-EG: Pero cuando dices que es posible, es que ves un  margen que siempre existe, pero creo que se ve más sólido el Presidente que el  candidato Republicano.
-JG: A mí me parece que eso es obvio, pero el problema  es…
-EG: ¿Cuál sería el talón de Aquiles del Presidente y  cual sería su corazón de hierro, por dónde puede perder y por dónde asegura  ganar?
-JG: Bueno yo creo que su talón de Aquiles es la  economía, si siguen perdiéndose empleos eso se pudiera convertir en algo  serio…
-EG: Pero el desempleo bajó, está por debajo de dos  cifras.
-JG: Sí, es cierto, pero eso se puede interpretar de otra  manera. Por ejemplo, anoche estaba mirando un programa… que nunca veo pero  quería ver, el “O’Reilly Factor”, para entender cómo es que funciona el aparato  Republicano, que es mucho más feroz; los Republicanos saben cómo montar la  campaña mucho mejor; y eso tiene que ver con una diferencia entre las  filosofías. Fíjate, las ideologías de la derecha son ideologías del poder para  el poder, se busca y se ostenta el poder; en cambio, los Demócratas son  liberales, son personas que se preocupan de las consecuencias del poder, de las  víctimas del ejercicio del poder, eso significa que frente a un aparato  Republicano son débiles, porque creo que hay pocos Demócratas que están  dispuestos a actuar con la misma intensidad retórica de los Republicanos. Tienen  que ponerse las pilas, tienen que descubrir el “Karl Rove” interior que tienen  dentro si quieren sobrevivir en esta elección.
-EG: Desde el punto de vista de las aspiraciones de los  cubanoamericanos en la relación que se ha alcanzado entre Cuba y los Estados  Unidos, yo he sido crítico de cosas que hace la actual administración respecto a  Cuba, sin embargo, tengo que reconocer que ha habido una apertura importante en  la relaciones sobre todo para los cubanos y sus familiares; si eso se revierte,  si pierde el presidente Obama y es reelegido un candidato como Romney que ya ha  hecho compromiso público con figuras como los Diaz-Balart, o como los Marco  Rubio, o como los Bob Menéndez, que realmente desean que no existan más viajes  familiares, que no exista contacto, que no exista remesa, quisieran paralizar el  tiempo, sería catastrófico para un gran sector de esta comunidad la elección de  un candidato como Romney.
-JG: Yo creo que sería muy difícil que Romney  quitara…
-EG: Se ha comprometido  públicamente.
-JG: Yo sé, pero es que hay tanta gente con intereses  adquiridos, tanta gente que ya ha montado una vida a partir de esos derechos de  viajar a Cuba, conocer a su familia, hacer nuevos lazos, es toda una vida que  una comunidad ha montado, y quitar eso sería algo  costoso.
-EG: Bush lo quitó de un plumazo.
-JG: Es cierto, pero ha pasado más tiempo y la relación  entre Cuba y Estados Unidos ha cambiado.
-EG: Pero no los intereses políticos que representan en  el Congreso.
-JG: Es cierto, pero mira, hablando en plata, Romney y  Obama no son tan distintos, son muy centristas, son moderados, se están  radicalizando para ganar una campaña; pero yo creo que Romney es muy moderado de  alguna manera; yo veo muchos defectos que tiene, y me parece que no tiene la  experiencia para ser Presidente, y también tiene ideologías absolutamente  problemáticas, pero me sorprendiera que él cumpliera con esa  promesa.
-EG: Pero usted sí cree en eso de que dime con quién  andas y te diré quién eres.
-JG: Bueno, sí…
-EG: Aquí él anda con los Diaz-Balart, y se ha  comprometido públicamente.
-JG: Pero el problema es que los políticos como sabemos  son oportunistas; tanto los Demócratas como los Republicanos; aunque sabemos que  el Partido Republicano está viviendo una crisis, se está trastornando y no se ha  podido definir. A mí me parece muy importante lo que hizo Obama con el  matrimonio gay, porque eso ha ayudado a desestabilizar al Partido Republicano y  sacar a la luz los conflictos interiores. Yo creo que es difícil saber qué va a  hacer el Partido Republicano en el futuro.
-EG: Quiero darle las gracias por estar aquí para poderlo  consultar y ojalá podamos vernos por La Habana como la última vez. Muchas  gracias a todos. 
 
 
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