jueves, 14 de abril de 2011

EEUU mantiene silencio sobre represión en Bahrein

WASHINGTON, 14 abr (IPS)  - Si el presidente estadounidense Barack Obama  quiere ubicarse "en el lado correcto de la historia" durante la actual  Primavera Árabe, su reacción ante la situación en Bahrein no es la más  adecuada para lograrlo, coinciden analistas y comentadores en Washington.
 Su administración ha condenado abiertamente la represión en Siria y en  Yemen -sin mencionar a Libia, donde Obama directamente pidió un cambio de  régimen-, pero permanece llamativamente reservada en el caso de las duras  medidas aplicadas por la monarquía sunita de Bahrein contra la mayoría  chiita y prominentes figuras pro-democráticas.
 Las únicas críticas llegaron luego de varias semanas en boca de la  secretaria de Estado (canciller), Hillary Rodham Clinton, quien el martes  llamó a un "proceso político" que defendiera "los derechos y las  aspiraciones de todos los ciudadanos de Bahrein". También señaló que "la  seguridad por sí sola no podía resolver los desafíos" que afrontaba la  monarquía.
 Más de una veintena de personas han muerto en Bahrein a manos de las  fuerzas de seguridad desde que el gobierno declaró la ley marcial el 15 de  marzo, mientras que otras 400 han sido arrestadas o están desaparecidas,  según grupos internacionales de derechos humanos. Tres detenidos murieron  bajo custodia, al menos uno aparentemente por "horrendos abusos", señaló  el martes Human Rights Watch (HRW).
 El fin de semana pasado, HRW acusó al régimen de crear un "clima de  temor", particularmente en barrios y aldeas chiitas donde se realizan  redadas nocturnas, al parecer destinadas a infundir miedo entre los  residentes, en su mayoría pobres.
 Médicos, abogados y activistas por los derechos humanos no se han  librado de la represión. La prensa crítica al gobierno ha sido silenciada,  administradores de blogs detenidos, periodistas locales llevados a juicio  y reporteros extranjeros desterrados.
 Incluso estrellas de fútbol han sido expulsadas del equipo nacional y  arrestadas por haber participado de las protestas pacíficas.
 "Las cosas empeoran, tanto en cantidad como en calidad", según Toby  Jones, experto en países del Golfo para la estadounidense Universidad  Rutgers. "Parece que a todos los niveles -desde denuncias de torturas  hasta informes de arrestos masivos-el régimen no sólo ha continuado con la  represión, sino que la ha intensificado".
 "Aunque la justifica señalando que restaura la ley y el orden, lo que  parece hacer es una venganza. Esa es la única forma de explicar la  gravedad de la situación", añadió.
 Sin embargo, en la Casa Blanca prevalece el silencio, lo que para  muchos observadores sugiere que Obama consiente, si no respalda, lo que  está ocurriendo.
 Esta impresión se fortaleció cuando el secretario de Defensa, Robert  Gates, visitó Arabia Saudita la semana pasada en un aparente esfuerzo por  reparar los lazos diplomáticos, afectados por el apoyo de Washington a la  expulsión del presidente egipcio Hosni Mubarak en febrero y su oposición  inicial al despliegue el 14 de marzo de unos 1.500 soldados sauditas y  emiratíes en Bahrein con la intención de apoyar al régimen del rey Hamad  bin Isa Al-Khalifa.
 Tras una reunión con el rey Abdalá de Arabia Saudita, Gates señaló por  primera vez tener "evidencia de que los iraníes intentaban explotar la  situación en Bahrein".
 Esta declaración contrastó abiertamente con su rechazo durante su  última visita al Golfo (tres días antes de que se adoptara la ley marcial  en Bahrein) a las acusaciones de Riyadh y Manama de que Teherán estaba  detrás de las protestas chiitas.
 Además, cuando se le preguntó si había hablado con el rey Abda lá sobre  la presencia de tropas sauditas en territorio bahreiní, Gates respondió  con un seco: "No". El jefe del Pentágono también aseguró que Washington no  tenía intenciones de mudar su base naval de Bahrein, sede de la Quinta  Flota.
 El silencio de Washington sobre la represión en Bahrein parece motivado  por dos consideraciones estratégicas: mantener su base y otras  instalaciones militares en el pequeño reino y preservar las buenas  relaciones con Arabia Saudita, que claramente ve a las protestas  pro-democráticas allí como parte de una lucha con Irán por la hegemonía  regional.
 "Bahrein es como Cuba para ustedes", dijo el miembro de una delegación  del Majlis al-Shura, el consejo asesor del rey saudita, que se reunió con  funcionarios y expertos de Estados Unidos en Washington la semana pasada  para explicar la postura de Riyadh en la situación regional.
 "Irán está usando a los chiitas como una herramienta de política  persa", dijo otro. "Las más importantes instalaciones petroleras y  petroquímicas en Arabia Saudita están a 60 millas de Bahrein. No tenemos  opción", añadió.
 Pero el silencio de Obama podría terminar siendo un disparo por la  culata en varios niveles, según analistas en Washington, que expresaron su  esperanza de que el viaje que hará esta semana su consejero de seguridad  nacional, Tom Donilon, a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos envíe  un mensaje muy diferente al de los comentarios de Gates de la semana  pasada.
 Si la represión se intensifica bloqueando toda posibilidad de una  significativa reforma política que le dé una parte del poder a la  población chiita --que representa entre 60 y 70 por ciento de los  habitantes de Bahrein-- las protestas se radicalizarán, alertó Jones.
 "No creo que hayamos pasado aún el punto de no retorno, donde la  radicalización de los chiitas pase a ser permanente, pero no estamos  lejos", dijo a IPS. "El viaje de Donilon podría ser el momento oportuno  para que la Casa Blanca sea más insistente, pero el mensaje debe ser  enviado en forma más urgente que ahora".

1 comentario:

  1. ...este es solo una extension del mismo silencio complice que mantienen sobre la desobediencia de Israel ante tantas resoluciones de las NNUU http://t.co/3YMV1CN

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