La Habana, 1 mar (PL) Alegrías, emociones y compromisos renovados resaltaron hoy aquí en un intercambio entre universitarios y dos agentes que infiltraron a grupúsculos anticubanos, cuyas acciones son ordenadas y financiadas desde Estados Unidos.
En la plaza Ignacio Agramonte, de la casi tricentenaria Universidad de La Habana, los jóvenes se acercaron a las vivencias en el cumplimiento de las tareas de Carlos Serpa (agente Emilio) y Moisés Rodríguez (agente Vladimir).
Ambos penetraron a grupúsculos que buscan desestabilizar el orden interno de este país caribeño y en los cuales participan Elizardo Sánchez, Marta Beatriz Roque y las llamadas damas de blanco, seguidores de los intereses de Washington.
Tenemos un compromiso muy grande con nuestro pueblo y en el cumplimiento de la misión nos forjamos como más revolucionarios, resaltaron Serpa y Rodríguez a un auditorio que los aplaudió y vitoreó reiteradas veces.
Uno de los momentos más difíciles fue ver en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba las primeras imágenes del líder de la Revolución, Fidel Castro, tras su rehabilitación y contener las lágrimas, contó Serpa.
Fueron instantes, continuó, en los cuales viré mi cara del televisor ante la transmisión de CNN y dije para dentro: Ahí está el jefe, firme.
Hemos puesto en alto la condición de cubanos y martianos, los traidores son quienes se venden al imperio, manifestó Rodríguez, un trabajador aduanero que viajó a territorio estadounidense para contactar con organizaciones contrarrevolucionarias y terroristas.
Los enemigos no hacen periodismo, no verifican ninguna información, su único objetivo es denigrar a Cuba, comentó Serpa, quien se desempeñó como vocero para medios de comunicación del exterior de las damas de blanco.
Subrayaron que en el desarrollo del deber las situaciones de peligro siempre existieron, pero junto a ellas, agregaron, nunca faltaron las convicciones y el amor hacia un pueblo que merece vivir en paz.
Al finalizar el diálogo, en el cual intervinieron además altos jefes y oficiales de la Seguridad del Estado, fue concedido a los dos agentes un cuadro con la imagen de Fidel Castro y el Alma Mater de la Universidad de La Habana, y la frase ... aquí me hice revolucionario.
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