Una vez más El Nuevo Herald, el libelo al servicio de la mafia cubanoamericana, arremete contra los Cinco Héroes de Cuba, prisioneros injustamente en cárceles de los Estados Unidos. En septiembre de 1998, en ocasión de la detención de los luchadores antiterroristas cubanos, a este periódico se le dio la tarea de sembrar una falsa matriz de opinión: "Desarticulada en Miami una peligrosa red de espías cubanos".
Transcurridos doce años de un injusto encierro, al inclaudicable Gerardo se le pretende presentar ahora como un crítico de su gobierno y su pueblo.
¿Por qué los editores de El Nuevo Herald no le recuerdan a sus lectores,que la primera acusación que involucraba a Gerardo de haber participado en el derribo de los aviones de la organización Hermanos al Rescate (H.R), no nació de la Fiscalía, sino de periodistas pagados por el gobierno de los Estados Unidos?
¿Por qué El Nuevo Herald oculta su cuota de responsabilidad en los incidentes que derivaron en el derribo de los aviones de la organización de H.R?
¿Por qué en sus páginas nunca se condenó las violaciones sistemáticas del espacio aéreo cubano protagonizadas por los vuelos de esta organización?
¿Por qué se aupó al líder terrorista José Basulto para que siguiera protagonizando sus criminales actos de volar sobre espacios aéreos no autorizados de la Ciudad de la Habana?
¿Por qué una vez más El Nuevo Herald tiene acceso a documentos legales que están siendo ventilados en la corte y de manera mal intencionada e irresponsable manipulan su contenido para sembrar falsas matrices de opinión?.
¿Por qué el libelo de la mafia cubanoamericana que hoy pretende mostrar a Gerardo como crítico de su gobierno y pueblo nunca publicó estas palabras de Gerardo de su alegato?: "he dicho siempre y reitero ahora que lamento profundamente la pérdida de esas cuatro vidas y comprendo el dolor de los familiares. Lamento también las miles de vidas que se han perdido por las constantes agresiones que durante más de 40 años ha tenido que sufrir mi pueblo, y el luto perenne de muchísimas familias cubanas. Esos muertos también tienen nombres y rostros, aunque sus fotografías no se puedan mostrar en esta sala. Me permitiría repetir las palabras de uno de los más grandes patriotas de esta nación, Nathan Hale, cuando dijo: "Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria".
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