Hay momentos en la historia que necesitan un discurso, aunque sea tan breve como el "Alea jacta est" de Julio César cuando cruzó el Rubicón. Había que atravesarlo ese día, precisamente cuando los Ministros de Defensa de los Estados soberanos del hemisferio occidental estaban reunidos en la ciudad de Santa Cruz, donde los yankis han estado alentando el secesionismo y la desintegración de Bolivia.
Era lunes 21 y las agencias de noticias estaban consagradas a divulgar y comentar la reunión de la OTAN en Lisboa, donde esa belicosa institución, en lenguaje arrogante y grosero, proclamó su derecho a intervenir en cualquier país del mundo donde sus intereses se sintieran amenazados.
Se ignoraba por completo la suerte de miles de millones de personas, y las causas verdaderas de la pobreza y los sufrimientos de la mayoría de los habitantes del planeta.
El cinismo de la OTAN merecía una respuesta, y la misma vino en la voz de un indígena aymara desde Bolivia, en el corazón de Suramérica, donde una civilización más humana había florecido antes de que la conquista, el coloniaje, el desarrollo capitalista y el imperialismo impusieran el dominio de la fuerza bruta, basada en el poder de las armas y tecnologías más desarrolladas.
Evo Morales, presidente de ese país, electo por la inmensa mayoría de su pueblo, con argumentos, datos y hechos irrebatibles, tal vez sin conocer todavía el infame documento de la OTAN, dio respuesta a la política que el gobierno de Estados Unidos ha practicado históricamente con los pueblos de América Latina y el Caribe.
La política de fuerza expresada a través de guerras, crímenes, violaciones de la constitución y las leyes; entrenamientos de oficiales de los institutos armados en conspiraciones, golpes de Estado, crímenes políticos que fueron utilizados para derrocar gobiernos progresistas e instalar regímenes de fuerza a los que sistemáticamente ofrecieron apoyo político, militar y mediático.
Nunca un discurso fue más oportuno.
Usando muchas veces las formas expresivas de su lengua aymara afirmó verdades que pasarán a la historia.
Trataré de recoger en apretada síntesis, utilizando sus propias frases y palabras, lo que dijo:› Leer Más
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