Al acto de habilitación de esa escuela de formación de sacerdotes asistieron obispos procedentes de varios países, entre ellos el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, informó la agencia de noticias ANSA.
El seminario de San Carlos y San Ambrosio, bendecido por el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, está situado a 17 kilómetros de la capital, sobre un terreno de 22 hectáreas, y tiene capacidad para albergar 100 estudiantes.
La piedra basal de esa obra fue bendecida por el entonces papa Juan Pablo II durante la visita que realizó a Cuba en enero de 1998, pero los trabajos comenzaron en julio de 2006.
Raúl Castro ya había asistido en 2008 a la beatificación del religioso cubano José Olallo y recibido a varios representantes del Vaticano que visitaron Cuba, entre ellos el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.
Saludos cordiales. Como cristiano, creyente y progresista, y entendiendo la doctrina paulista que los poderes terrenales y temporales están establecidos por un orden universal, que vela eternamente por el bienestar de la humanidad y de sus aspiraciones de vivir en sociedades en paz y armonía, aprovecho con beneplácito la concordia que el estado revolucionario cubano propicia, para con la comunidad cristiana. Cristo vino a traernos tanto una salvación eterna, como una visión del mundo temporal donde el cristiano debe funcionar para armonizar con su entorno, especialmente en un espíritu tanto de solidaridad social como de caridad ferviente al prójimo. Las contradicciones engendradas en las sociedadas consumistas, enajenan al hombre de su Creador y de su entorno social, ensimismando y alienando al ser que fue creado para lograr el máximo de bienestar y felicidad. Las nuevas sociedades que han surgido en el Continente, son producto de un ordenamiento racional que vela porque el hombre se realize a su máximo, participando en este nuevo modelo social que es el que ofrece la oportunidad para que vivamos todos en solidaridad y apartados de la deshumanización de las sociedades consumistas.
ResponderEliminarEs una muestra este evento de que entre la iglesia cubana y el gobierno no hay discrepancia alguna al contrario, todos somos un país, cada uno con sus características pero en general todos somos cubanos.
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