Que los ciudadanos norteamericanos puedan viajar libremente a Cuba es tema llevado y traído por los corrillos congresionales de Estados Unidos, cuyos orígenes se remontan a los tiempos de la denominada Guerra Fría.
Según la agencia británica Reuters en despacho fechado en Washington, existen "esfuerzos bipartidistas" para eliminar tal prohibición que, dicho sea de paso, viola los derechos constitucionales de los ciudadanos de esa nación.
En los últimos tiempos, el tópico salió a relucir en la agenda de representantes y senadores; pero... al parecer, volvió a postergarse dado el "debate sobre la reforma del sistema de salud" en EE.UU. Sin embargo, sabuesos del universo legislativo norteamericano husmean que, como asegura la Reuters en su despacho: "un flujo de dólares del lobby pro embargo cubano-estadounidense también podría estar jugando" su rol.
Para Jeff Flake, legislador republicano coautor del proyecto denominado Acta de Libertad para Viajar a Cuba, los "votos están ahí, pero la mayoría demócrata en la Cámara está dividida sobre si someterlo o no a votación". Informaciones revelan que el proyecto dispone de 178 apoyos camerales, 40 menos que los 218 requeridos.
Entendidos ofrecen sus puntos de vista. Para ellos la explicación podría radicar en los cambios en "la estrategia de los cubanos-estadounidenses opuestos a Cuba", los cuales en años recientes realizaron "generosas" donaciones a legisladores demócratas en el ánimo de "impedir fisuras" en lo que eufemísticamente denominan "embargo comercial".
Public Campaing, grupo no partidario, estima que los cubano-americanos de la denominada "línea dura" (opuestos a todo tipo de diálogo con las autoridades en la Isla) han "repartido" más de 10 millones de dólares en contribuciones a políticos desde el año 2004.
La propia entidad declaró que alrededor de 51 legisladores habrían anexado a sus arcas personales más de 800 mil dólares en "contribuciones del Comité de Acción Política y otros donantes", quienes insuflan mantener el genocida bloqueo económico, comercial y financiero contra La Habana.
La Asociación Nacional de Turismo de EE.UU. calcula que por lo menos 850 mil ciudadanos de ese país viajarían a Cuba de levantarse las actuales prohibiciones para los naturales de la Unión. Para el senador demócrata Byron Dogan, al decir de Reuters, la actual prohibición de viaje a los estadounidenses "describe la tonta posición en la que nos hemos puesto nosotros mismos, inhibiendo el derecho a los ciudadanos".
Quienes apoyan la propuesta de que los norteamericanos acudan a la Isla aseguran que el Acta no persigue beneficiar a las autoridades cubanas, sino "garantizar el derecho" a los nativos de Estados Unidos a viajar.
Según la agencia británica Reuters en despacho fechado en Washington, existen "esfuerzos bipartidistas" para eliminar tal prohibición que, dicho sea de paso, viola los derechos constitucionales de los ciudadanos de esa nación.
En los últimos tiempos, el tópico salió a relucir en la agenda de representantes y senadores; pero... al parecer, volvió a postergarse dado el "debate sobre la reforma del sistema de salud" en EE.UU. Sin embargo, sabuesos del universo legislativo norteamericano husmean que, como asegura la Reuters en su despacho: "un flujo de dólares del lobby pro embargo cubano-estadounidense también podría estar jugando" su rol.
Para Jeff Flake, legislador republicano coautor del proyecto denominado Acta de Libertad para Viajar a Cuba, los "votos están ahí, pero la mayoría demócrata en la Cámara está dividida sobre si someterlo o no a votación". Informaciones revelan que el proyecto dispone de 178 apoyos camerales, 40 menos que los 218 requeridos.
Entendidos ofrecen sus puntos de vista. Para ellos la explicación podría radicar en los cambios en "la estrategia de los cubanos-estadounidenses opuestos a Cuba", los cuales en años recientes realizaron "generosas" donaciones a legisladores demócratas en el ánimo de "impedir fisuras" en lo que eufemísticamente denominan "embargo comercial".
Public Campaing, grupo no partidario, estima que los cubano-americanos de la denominada "línea dura" (opuestos a todo tipo de diálogo con las autoridades en la Isla) han "repartido" más de 10 millones de dólares en contribuciones a políticos desde el año 2004.
La propia entidad declaró que alrededor de 51 legisladores habrían anexado a sus arcas personales más de 800 mil dólares en "contribuciones del Comité de Acción Política y otros donantes", quienes insuflan mantener el genocida bloqueo económico, comercial y financiero contra La Habana.
La Asociación Nacional de Turismo de EE.UU. calcula que por lo menos 850 mil ciudadanos de ese país viajarían a Cuba de levantarse las actuales prohibiciones para los naturales de la Unión. Para el senador demócrata Byron Dogan, al decir de Reuters, la actual prohibición de viaje a los estadounidenses "describe la tonta posición en la que nos hemos puesto nosotros mismos, inhibiendo el derecho a los ciudadanos".
Quienes apoyan la propuesta de que los norteamericanos acudan a la Isla aseguran que el Acta no persigue beneficiar a las autoridades cubanas, sino "garantizar el derecho" a los nativos de Estados Unidos a viajar.
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