lunes, 6 de abril de 2009

Elefantes “and Memory”

Vea Galería de fotos: Elefantes en Miramar
Video: Instalando los elefantes

Por Aday del Sol Reyes
Hace varios días que hay un gran revuelo en La Habana. Una manada de elefantes anda suelta por La Capital. Como una buena familia camina uno detrás del otro, sin separarse ni un instante, comen, beben y descansan todas las noches en un lugar diferente.
Cual en las sabanas africanas, la marcha de la manada es dirigida por la elefanta de mayor edad que conoce el camino recorrido, algo que aprendió de sus antepasados.
¿Dónde están hoy los elefantes?, se preguntan a diario los capitalinos. Cuando por fin descubren su itinerario, van, los miran, los tocan y dejan memoria de su encuentro con ellos.
Su creador José Emilio Fuentes Fonseca (JEFF) con su exposición rotativa ha logrado, como ninguna otra obra presentada en la X Bienal de La Habana, movilizar a toda una ciudad.
La exposición titulada “Memorias and Memory” es una indudable muestra de la acción movilizadora que genera el verdadero arte y es que el joven JEFF no intenta manejar a su público con sus 12 elefantes grises sino “crear una nueva sensación, que el público se integre directamente con la pieza. Lejos de manipular a las personas con mi obra intento que se sientan parte de ella”.
A propósito de la visita que hace la manada al Centro de Negocios Miramar, Cubasí además de admirar a los enormes paquidermos también aprovechó la ocasión para conversar con su autor.

¿Cómo nació la idea de exponer una manada de elefantes en la X Bienal de La Habana?
La idea surgió hace tiempo cuando solo eran dos elefantes, luego se fue incrementando al punto que llegó a convertirse en una manada de 12 elefantes.
¿Por qué escoger precisamente al elefante?
El elefante es como el símbolo del poder. Al mismo tiempo es el animal terrestre más grande y pocos le temen, quizás sea porque representan la unidad familiar, el amor. Por otra parte, su historia es interesante, reconoce su propia especie cuando está muerta y en su vida natural se mueven solo a comer y a beber. Precisamente eso es lo que ha hecho mi manada: dentro de la misma ciudad visitan diversos lugares a beber, a recordar lugares emblemáticos. Es un itinerario bien pensado, que va desde la Plaza Vieja hasta el Centro de Negocios Miramar, donde se avecina el futuro del país. Antes pasó por El Capitolio, que fue el centro político de este país, siguió camino hacia La Tribuna Antiimperialista, La Universidad de La Habana, la Plaza de la Revolución… Ese es el recorrido que aunque corto capta la esencia de la historia y lo que el elefante puede memorizar, por ello la obra se titula: Memorias and Memory, en español e inglés porque hay un pasado y un presente con respecto a la misma historia.
Háblame del proceso de creación…
Utilicé metal inflado, se conforma la pieza plana y se le echa aire frío a presión. Se hace cada parte por separado (una pata, una trompa, un colmillo…) y luego se ensambla. No es tan difícil como trabajoso. Somos un equipo de tres.
¿Cómo te las arreglas para el traslado de estas enormes criaturas?
Hemos conformado una gran brigada que se ocupa del traslado de los paquidermos en camiones a los diferentes lugares. Además, conformamos un turno de guardia, dos personas cada doce horas, que cuidan con recelo la manada.
¿Alguna anécdota en el recorrido de la manada?
Me llamó el director del Cardiocentro William Soler, que quería la manada allá. Es una pena que no pueda hacerlo ahora porque ya estaba conformado el itinerario. Sin embargo me he comprometido a organizar un proyecto para ese tipo de instalaciones, no solo para el Willian sino también para el oncológico y otros hospitales. El artista José Emilio Fuentes Fonseca (JEFF)

¿Es una constante en tu obra provocar la interrelación del público con tus piezas?
En los últimos años las tendencias del arte contemporáneo se mueven a interactuar con el público pero la mayoría de las veces lo que se hace es manipularlo. En mi obra es todo lo contrario, se trata de crear una nueva sensación y que el público se integre directamente con la pieza. Lejos de manipular a las personas intento que se sientan parte de la pieza.
Pienso que ha funcionado excepcionalmente, estoy satisfecho y asombrado.
Generalmente mis esculturas las exhibo en frente de mi casa, de camino a una exposición o volviendo de alguna. Es como una especie de exhibición rotativa para el barrio, donde siempre está presente la interacción.
La gente anda diciendo que le ganaste a las cucarachas de Fabelo
No es una competencia, realmente no lo es, yo admiro la obra de Fabelo y lo respeto porque es uno de los creadores que ha marcado pautas dentro del arte cubano de su época.
Realmente no es una competencia, son disposiciones y obras diferentes. Y en caso de que me comparen con Fabelo u otra artista de su talla realmente no me lo esperaba.
¿En qué lenguaje se mueve JEFF?
La poética sobre la que me recreo es la historia infantil. Me apropio en la misma pintura del lenguaje infantil para establecer cierta comunicación o mis preocupaciones como adulto pero siempre desde la posición de un niño. Eso mismo lo vinculo en la escultura, las instalaciones. Detrás de toda esta imaginaria que puede ser un caballo, un carrusel, una muñeca o una manada de elefantes, que son mis grandes juguetes ahora, lo que hago es aprovechar el lenguaje infantil, que llega a todos porque todos fuimos niños un día, esa es la clave.
¿Cuándo pensaste por primera vez en ser artista?
En mi niñez tuve un vecinito que el padre era mecánico y les hacía sus propios juguetes. Ellos tenían pinzas, sierra, martillos y clavos. Yo me decía cuando sea grande me voy a hacer mis propios juguetes. Esa fue mi primera inquietud. Cuando me mudé para Ciudad de La Habana mi padrastro tenía pinzas, martillos…, y entonces empecé a jugar, me hice mis primeros robots de madera.
Has movilizado a todos con tus elefantes. ¿Qué nivel de compromiso te impone esto?
Esto lo que hace es subirme la parada. Me impone un reto, me hace pensar en lo que esperará el público de mí en la próxima exposición.
¿Próximos proyectos?
Trabajo como diseñador escenográfico de una obra de teatro, quiero vincular de manera directa las artes plásticas con el teatro. La obra se llama Vaca.

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José Emilio Fuentes Fonseca nació en Granma, en 1974, a los 7 años se trasladó a La Habana. Comienza a estudiar arte a los 13 años en la Escuela Nacional de Artes Plásticas.
A los 21 años ganó una beca de la Fundación Ludwig para realizar una instalación que llamó "Panorama a los 21". En la actualidad vive y trabaja en el barrio Buena Vista de La Habana. Su casa-estudio es espacioso y funcional (escultura en el piso de abajo, cuadros arriba), pero él prefiere verlo como un tipo de centro cultural. Los vecinos le visitan con frecuencia, y él aprecia francamente la interacción.

1 comentario:

  1. Felicito a este artista que con sus elefantes a puesto realmente la habana patas arriba. eso si un arte que se interrelaciono con la gente. lo que hizo la bruguera fue probar como el arte se interrelacionaba con los grupusculos contrarrevolucionarios.

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