La verdad es la verdad, y la verdad es que había mucha gente, toda la gente, la ciudad toda, curioseando, comprando, leyendo. Y más: yendo a las lecturas de los poetas, a las presentaciones de libros, a las mesas de diálogo entre escritores, a las actividades infantiles, a los conversatorios con los intelectuales invitados.
Era la Villa de Sancti Spiritus, eran los últimos días del frío febrero, y yo tenía una cámara fotográfica en las manos. Este es el registro del cual aquí doy testimonio. En todo caso, es un registro pálido, pues ya se sabe que lo esencial es invisible para los ojos.
Todos leen, la mamá toma un descanso, el niño impaciente ya curiosea su libro.
Alguien se interesa por el libro que otro ha encontrado.
Una de las actividades que se roba el protagonismo: la premiación del Concurso de Cartas de Amor, de la Escribanía Dolz. En la foto, en primera fila, el ensayista Jorge Fornet, junto a los escritores Gleyvis Coro y Ernesto Pérez Chang.
El público se agolpa en torno a la carpa que ofrece literatura para niños.
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