Jean Guy Allard
El primer grupo terrorista montado en Estados Unidos por la CIA para atacar a la Revolución cubana trabajó "en favor de los derechos humanos", según el congresista norteamericano de origen cubano Lincoln Díaz-Balart, hijo del fundador de esa organización, Rafael Díaz-Balart, subsecretario del Interior (Gobernación) de la dictadura de Fulgencio Batista.
El representante en la Cámara Baja acaba de hacer, en un "almuerzo de conmemoración" celebrado en la ciudad de Miami, una inesperada apología de esta agrupación de extrema derecha, creada por su padre en Nueva York, el 28 de enero de 1959.
El politiquero miamense presentó a su público de recalcitrantes una versión novelística de la salida de Cuba (con millones de dólares robados del Estado cubano) de su padre.
El congresista de extrema derecha, quiere fomentar la idílica idea de que su padre, Rafael Díaz-Balart, quien apoyó ciegamente al tirano en sus sanguinarias operaciones de represión, salió "el 20 de diciembre de 1958 con su familia y su socio de bufete de abogados, Rolando Amador, en un viaje de negocios a Francia", a diez días del derrumbe del régimen.
"Teníamos planes de regresar todos a Cuba en los primeros días de enero", afirmó Lincoln Díaz-Balart, un ahijado del propio Batista. "Ante la noticia de la toma del poder por Castro, fuimos para España, donde amigos españoles ofrecieron a mi padre ayuda para que se quedara allí."
"Pero él llamó a su amigo en Nueva York, el congresista americano Víctor Anfuso, y le dijo que el día 15 de enero estaríamos llegando a esa ciudad, que iba para Estados Unidos". Y añadió sin darse cuenta de lo absurdo de su afirmación, "...para comenzar la larga y difícil lucha contra la dictadura de Castro".
La Revolución cubana tenía entonces 15 días.
Rafael Díaz-Balart fue descrito en alguna oportunidad como "un aprendiz de pistolero que había estado junto a Batista desde la fundación del Partido de Acción Unitaria (PAU), en 1949, y que tuvo la peregrina responsabilidad de ser ‘líder de la juventud’, precisamente en un régimen que la persiguió sistemáticamente".
Desde su puesto ministerial, Rafael Díaz-Balart había sido encargado de gran parte del control de los cuerpos represivos y reunió en la Rosa Blanca, una amalgama de corte neofascista, a fanáticos civiles de Batista y a ex policías, torturadores, esbirros, y ex militares del aparato asesino.
Tal como la Legión anticomunista del Caribe, la organización de Díaz-Balart se desarrolló con el patrocinio tanto de la inteligencia yanki como del dictador dominicano Leónidas Trujillo, huésped de Batista.
En Santo Domingo, en febrero de 1959 —según se ha revelado— el agente CIA Gerry Doller, alias Frank Bender, alias Don Federico ya mantenía reunión de coordinación donde se conversaban hasta planes de invasión.
Las elucubraciones CIA-Trujillo fueron entonces hasta organizar un gobierno donde la presidencia iría a parar al ex senador Arturo Hernández Tellaheche; el puesto de primer ministro, al constructor Ramón Mestre Gutiérrez, y el ministerio del Interior, al connotado torturador y asesino Rolando Masferrer, un ex colaborador activo de Rafael Díaz-Balart ejecutado años después en Miami.
Entre sus cómplices, el ex subsecretario escogió al ex teniente coronel Merob Sosa como jefe de operaciones militares. Sosa era un esbirro de la Sierra Maestra donde se destacó quemando los bohíos de los campesinos "con los guajiros dentro".
La más "gloriosa" página de las actividades del grupo neofascista ocurrió el 22 de septiembre de 1960, en el restaurante El Prado, en Nueva York, cuando una pandilla de provocadores desencadenaron un tiroteo donde falleció una niña venezolana de nueve años de edad, Magdalena Urdaneta.
El 27 de agosto de 1994, Lincoln Díaz-Balart digno hijo del fundador de La Rosa Blanca, recomendaba abiertamente a la Casa Blanca, permitir a los terroristas de Miami lanzar ataques contra Cuba desde el territorio de Estados Unidos. En numerosas oportunidades, sugirió nada menos que el asesinato del máximo líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz.
Tomado de Granma
El representante en la Cámara Baja acaba de hacer, en un "almuerzo de conmemoración" celebrado en la ciudad de Miami, una inesperada apología de esta agrupación de extrema derecha, creada por su padre en Nueva York, el 28 de enero de 1959.
El politiquero miamense presentó a su público de recalcitrantes una versión novelística de la salida de Cuba (con millones de dólares robados del Estado cubano) de su padre.
El congresista de extrema derecha, quiere fomentar la idílica idea de que su padre, Rafael Díaz-Balart, quien apoyó ciegamente al tirano en sus sanguinarias operaciones de represión, salió "el 20 de diciembre de 1958 con su familia y su socio de bufete de abogados, Rolando Amador, en un viaje de negocios a Francia", a diez días del derrumbe del régimen.
"Teníamos planes de regresar todos a Cuba en los primeros días de enero", afirmó Lincoln Díaz-Balart, un ahijado del propio Batista. "Ante la noticia de la toma del poder por Castro, fuimos para España, donde amigos españoles ofrecieron a mi padre ayuda para que se quedara allí."
"Pero él llamó a su amigo en Nueva York, el congresista americano Víctor Anfuso, y le dijo que el día 15 de enero estaríamos llegando a esa ciudad, que iba para Estados Unidos". Y añadió sin darse cuenta de lo absurdo de su afirmación, "...para comenzar la larga y difícil lucha contra la dictadura de Castro".
La Revolución cubana tenía entonces 15 días.
Rafael Díaz-Balart fue descrito en alguna oportunidad como "un aprendiz de pistolero que había estado junto a Batista desde la fundación del Partido de Acción Unitaria (PAU), en 1949, y que tuvo la peregrina responsabilidad de ser ‘líder de la juventud’, precisamente en un régimen que la persiguió sistemáticamente".
Desde su puesto ministerial, Rafael Díaz-Balart había sido encargado de gran parte del control de los cuerpos represivos y reunió en la Rosa Blanca, una amalgama de corte neofascista, a fanáticos civiles de Batista y a ex policías, torturadores, esbirros, y ex militares del aparato asesino.
Tal como la Legión anticomunista del Caribe, la organización de Díaz-Balart se desarrolló con el patrocinio tanto de la inteligencia yanki como del dictador dominicano Leónidas Trujillo, huésped de Batista.
En Santo Domingo, en febrero de 1959 —según se ha revelado— el agente CIA Gerry Doller, alias Frank Bender, alias Don Federico ya mantenía reunión de coordinación donde se conversaban hasta planes de invasión.
Las elucubraciones CIA-Trujillo fueron entonces hasta organizar un gobierno donde la presidencia iría a parar al ex senador Arturo Hernández Tellaheche; el puesto de primer ministro, al constructor Ramón Mestre Gutiérrez, y el ministerio del Interior, al connotado torturador y asesino Rolando Masferrer, un ex colaborador activo de Rafael Díaz-Balart ejecutado años después en Miami.
Entre sus cómplices, el ex subsecretario escogió al ex teniente coronel Merob Sosa como jefe de operaciones militares. Sosa era un esbirro de la Sierra Maestra donde se destacó quemando los bohíos de los campesinos "con los guajiros dentro".
La más "gloriosa" página de las actividades del grupo neofascista ocurrió el 22 de septiembre de 1960, en el restaurante El Prado, en Nueva York, cuando una pandilla de provocadores desencadenaron un tiroteo donde falleció una niña venezolana de nueve años de edad, Magdalena Urdaneta.
El 27 de agosto de 1994, Lincoln Díaz-Balart digno hijo del fundador de La Rosa Blanca, recomendaba abiertamente a la Casa Blanca, permitir a los terroristas de Miami lanzar ataques contra Cuba desde el territorio de Estados Unidos. En numerosas oportunidades, sugirió nada menos que el asesinato del máximo líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz.
Tomado de Granma
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