martes, 10 de febrero de 2009

La mafia no quiere cambios

Los jefes de la mafia de Miami no se andan con medias tintas y dicen las cosas por lo claro. Ante una propuesta legislativa encabezada por un grupo de nueve congresistas que pretende liberalizar completamente el turismo estadounidense hacia la isla, el congresista de origen cubano Lincoln Diaz Balart ha declarado cuál es la esencia del bloqueo.
De acuerdo con El Nuevo Herald, Diaz-Balart argumentó que el instrumento de presión que significan miles de millones de dólares del turismo a Cuba, debe mantenerse hasta tanto el régimen cubano no cumpla las condiciones establecidas para el levantamiento del embargo: la liberación de los prisioneros de conciencia, la legalización de partidos políticos y la celebración de elecciones pluripartidistas en el país."
En otras palabras, no se quitará el bloqueo hasta que Cuba se rinda y se resigne al manifiesto destino de ser una colonia yanqui. Algo, que está demás decir, no sucederá solo porque Lincoln, por muy anexionista que él sea, quiera.
Si el régimen cree que va a poder levantar unilateralmente el embargo está rotundamente equivocado'', aseveró el legislador, quien insistió en que la propuesta nada tiene que ver con la posible decisión de Obama sobre las regulaciones decretadas en el 2004.
"El turismo y el financiamiento del comercio hacia la isla son las claves fundamentales del embargo, y no nos detendremos en el proceso de persuasión con nuestros colegas en el Congreso'', agregó Diaz-Balart.
Ahora queda por esperar por las conclusiones del estudio que el gobierno Obama realiza sobre la comunidad cubana y que, según su jefe de gabinete,Rahm Emanuel, determinará su actuación hacia Cuba.
Esperemos que el análisis gubernamental no sea demasiado profundo y no descubran el papel de los cubanos americanos en el asesinato del presidente Kennedy.

1 comentario:

  1. Iluso pensar que, tras 50 años de haber hecho lo posible y lo imposible por destruir la Revolución cubana, de la noche a la mañana cambie todo y seremos felices. Mucho menos después de los últimos 8 años, en que se ha aupado y financiado como nunca antes lo más extremista y retrógrado de esa comunidad en Miami. Muestra de ello son las furibundas palabras de Lincoln Díaz-Balart, que no piensa perder así como así la fuente de recursos de la que han vivido muchos desde hace años en Miami: la maquinaria anticubana (que bien podría decirse es una “industria anticubana”).

    ResponderEliminar