María Cardona es una comentarista política
para CNN, estratega demócrata y directora del Dewey Square Group. Es una
exasesora de Hillary Clinton y fue directora de comunicaciones para el
Comité Nacional Demócrata. Ella también es exdirectora de comunicaciones
del Servicio de Inmigración y Naturalización.
(CNN)- Marco Rubio oficialmente se ha sumergido en las aguas de la nominación republicana para las elecciones de 2016.El senador tiene el don de la oratoria y una cautivadora historia familiar que cuenta tan bien. Él parece encarnar el sueño americano por excelencia y es evidente que espera que su historia le hable a muchos estadounidenses que podrían estar buscando un factor sorpresa en su próximo candidato presidencial.
Pero los votantes son inteligentes y conocen la diferencia entre un hermoso discurso y una postura política que afectará de forma negativa a sus familias y a su futuro.
Lo cierto es que mientras Rubio está tratando de presentarse a sí mismo como algo "nuevo", quienes presten atención pueden ver que sus ambiciones presidenciales parecen tener poco que ver con el deseo de brindarle soluciones reales a los estadounidenses. De hecho, él no ofrece nada más que las mismas ideas antiguas y fallidas que la mayoría de estadounidenses han rechazado una y otra vez en elecciones presidenciales pasadas.
Solo tienes que fijarte en las últimas semanas para saber que este es el caso.
En marzo, Rubio dio a conocer un borrador de su plan de impuestos en un intento por preparar la agenda de extrema derecha para el ámbito de las primarias. Si el plan de Rubio sirve de indicio, la lucha por la nominación republicana contará con la fallida teoría del efecto de la filtración de la riqueza más que cualquier compromiso serio con las familias trabajadoras.
El plan de Rubio aumenta los impuestos para los que luchan por salir adelante, mientras los disminuye para aquellos que se encuentran en la cima y para las corporaciones acaudaladas (¿les suena conocido?). Lo hace mientras incrementa la deuda en billones. En su primer anuncio político importante del año, Rubio tuvo la oportunidad de ponerse del lado de los estadounidenses trabajadores de todo el país, pero en cambio, parece ser que decidió aliarse con la definición de Mitt Romney del 'pueblo': las corporaciones. Si supuestamente debía presentar ideas nuevas para el Partido Republicano, ha fracasado.
En la única área en la que el senador Rubio mostró señales de promesa, a la larga se doblegó ante la base republicana. Después de que las elecciones de 2012 dejaran en claro que el pueblo estadounidense quería una reforma migratoria integral, él abordó el asunto. En aquel momento, otros progresistas y yo lo elogiamos de todo corazón y tuvimos esperanzas de que él pudiera ser un republicano distinto. Pero lo cierto es que ese esfuerzo se desvaneció rápidamente, como un cometa en su paso por el cielo, ya que Rubio cedió ante la presión política del Tea Party y ante quienes preferirían anotar puntos políticos en lugar de hacer un avance real en el tema de la reforma migratoria.
Marco Rubio apoya ahora el ponerle fin a la suspensión temporal de las deportaciones para los "Dreamers", lo cual mantiene a las familias unidas, mientras se opone a una reforma migratoria integral... esto incluye el mismo proyecto de ley que él respaldó. Eligió jugar con la política para beneficio de sus propias ambiciones en lugar de resolver un asunto apremiante que afecta a millones de personas. La falta de acción sobre la reforma migratoria perjudica a la economía y a los negocios de Estados Unidos todos los días.
Sus posiciones de política exterior no han sido mejores. Cuando el senador Tom Cotton de manera insensata le escribió una carta abierta al gobierno iraní con el objetivo de debilitar las negociaciones nucleares, Marco Rubio dijo ¿dónde me anoto? La carta fue un esfuerzo imprudente que puso en riesgo las delicadas negociaciones y amenazó con debilitar la capacidad de nuestra nación de llegar a un acuerdo de buena fe.
Desde entonces, Rubio ha tratado de socavar el acuerdo negociado con nuestros aliados y socios que representa la mejor oportunidad de detener y contener el programa nuclear de Irán de manera significativa.
Además, Rubio descaradamente afirmó que los esfuerzos de Estados Unidos por combatir a ISIS no eran serios. El hecho de que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, posteriormente desacreditara esta vergonzosa e irresponsable afirmación puso de manifiesto un fuerte contraste entre un líder serio y experimentado, comprometido con proteger los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, y un político inexperto y demasiado ambicioso que trataba de obtener un poco de tiempo en televisión y ser del agrado de su base política de línea dura.
Marco Rubio ofrece muy poco en el sentido de nuevas ideas o nuevas formas de hacer las cosas en Washington.
Así que mientras a algunos votantes las palabras, raíces familiares y el discurso de Rubio les podrían parecer atractivos, al final la mayoría verá que las elecciones que el senador por Florida ha hecho hasta ahora no los han puesto a ellos y a sus familias en primer lugar.
Los votantes se darán cuenta de que Rubio está siguiendo un antiguo cuaderno de estrategias republicano que por diseño le da la espalda a los estadounidenses trabajadores en las comunidades diversas alrededor del país. Y muchos votantes le darán la espalda a él.
Las opiniones expresadas en este texto pertenecen exclusivamente a María Cardona
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