Washington, 20 ene (EFE).- Bo, el perro de los Obama,
comienza su "segundo mandato" en los jardines de la Casa Blanca, después
de cuatro años en los que no solo se ha ganado el cariño de sus dueños,
sino de todos los estadounidenses.
Bo fue el regalo que le hizo Barack Obama a sus hijas, Sasha y Malia,
después de ganar las elecciones en 2008. En su discurso de
agradecimiento tras la victoria el 4 de noviembre de aquel año, Obama
les prometió ante miles de personas que podrían tener un perro en la
Casa Blanca.Y así fue. La tarea para elegir a la mascota no fue fácil, sobre todo porque la mayor de sus hijas, Malia, entonces de 10 años, tiene alergia, por lo que debía ser un animal que no soltara pelo.
Embajadas, ciudadanos particulares y refugios de perros ofrecieron posibles candidatos para entrar a formar parte de la familia Obama, hasta que finalmente llegó Bo, un perro de aguas portugués blanco y negro, regalo del fallecido senador demócrata Edward Kennedy.
El 12 abril de 2009 se difundió la primera foto de la mascota, aún un cachorro, en la que aparecía luciendo un colorido collar hawaiano haciendo un guiño a los orígenes de Barack Obama. Dos días después hacía su debut "en sociedad".
Las niñas decidieron llamar al perro Bo porque sus primos tienen un gato homónimo y porque su abuelo materno, ya fallecido, tenía el apodo de Diddley, como Bo Diddley, el cantante de rock estadounidense fallecido en 2008.
Educado por los entrenadores caninos del senador Kennedy, desde entonces se le ha visto paseando por los jardines de la Casa Blanca, acompañando a sus dueños de vacaciones e incluso en la postal oficial de Navidad de este año.
De hecho, Bo fue la estrella de las decoraciones de las pasadas navidades en la Casa Blanca y ahora afronta el comienzo de su "segundo mandato" con el juramento del mandatario Barack Obama para su nuevo periodo presidencial, hasta 2017.
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