miércoles, 21 de septiembre de 2011

Damas de Blanco intentan nueva provocación imperial en La Habana

Una vez más, las Damas del Verde recibirán la digna respuesta de nuestro pueblo

Una nueva provocación pretenden realizar las llamadas "Damas de Blanco", el próximo 24 de Septiembre, en las calles de La Habana. Asesoradas por la SINA, pagadas por organizaciones contrarrevolucionarias como la "Fundación Nacional Cubana Americana" y apoyadas directamente por la congresista ultraconservadora de origen cubano Ileana Ross Lethinen, el conocido grupúsculo usará  otra festividad religiosa como coartada de sus provocaciones.
En una reciente denuncia trasmitida por la television cubana, quedó demostrado el carácter mercenario e irracional de estas mujeres al autoproclamarse como la "llamita" que encendería la explosión social que convertirá a Cuba en un campo de tiro de la OTAN. Esta claro que, a las también conocidas como las Damas del Verde, solo por ver saciadas sus ambiciones monetarias o logrado sus propósitos de emigrar a la meca de los sueños, poco les importa que su propio pueblo sea masacrado por los bombardeos de la
aviación imperial.
 Desde ya, se puede predecir cuál será el desenlace de esta provocación anunciada. Todas las veces que haga falta, nuestros jóvenes y mujeres impedirán que las llamadas Damas cumplan con las orientaciones de sus amos de la SINA de crear desordenes públicos en al país. Sencillamente, no se les permitirá.
El imperio, sí así lo desea, que malgaste el dinero del contribuyente americano en tales empeños. Pero en esta ocasión, como en otras, a los medios de desinformación de La Florida, no le quedará otra opción que mostrar las imágenes de la decisión de los cubanos a mantenerse firme en el enfrentamiento a quienes se prestan  como puntas de lanza de invasiones y masacres.
Las propias Damas ya se encargaron de hacer público cúal es el pago que recibirán por la nueva felonía: una jabita con laterías, mantequilla, concentrados de caldo de pollo, entre otras chucherías. Aspirinas, jabones y antidiarréicos. Esto último, por supuesto, lo más recomendable para la ocasión y la panacea que les permitirá, al menos, asomarse a la puerta de su propia madriguera.

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