WASHINGTON, 18 de julio.— Al menos 400 reclusos de la prisión de máxima seguridad Pelican Bay, en el estado norteamericano de California, y que hace tres semanas iniciaron una huelga de hambre, entraron hoy en estado de salud crítico, según fuentes estatales, informa PL.
En su tercera semana, más de 800 prisioneros ratifican su postura, al tiempo que reciben muestras de solidaridad no solo dentro del país, pese al silencio mediático que en general ha rodeado el caso.
Entre las exigencias de los enclaustrados están que se eliminen los castigos colectivos, la interrogación obligatoria sobre afiliaciones pandilleras, el confinamiento en solitario prolongado o el traslado a la población carcelaria general para presos mantenidos en aislamiento por periodos indefinidos de diez a 40 años o más.
Además, llaman la atención sobre las condiciones insalubres de las instalaciones y solicitan el acceso a la luz del sol y a servicios de salud.
Los líderes de la huelga rechazaron el fin de semana la propuesta del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR).
El coordinador de la Coalición de Solidaridad con los Presos, Todd Ashker, uno de los huelguistas, transmitió mediante un abogado que los cautivos están dispuestos a mantener su demanda de diálogo hasta la muerte.
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