lunes, 13 de junio de 2011

La bloguera disidente que nunca fue


Por Ernesto Pérez Castillo

Amina Arraf Abdallah al-Omari ha desaparecido, y quizá esta vez lo haya hecho para siempre. Bajo esa firma, y desde febrero pasado, en el blog damascusgaygirl.blogspot.com, se presentaba como una muchacha mitad siria, mitad estadounidense, residente en Damasco, lesbiana y disidente. Obviamente, por “disidente” debía entenderse que era opositora al gobierno Sirio, pero nunca al norteamericano.
Hace apenas una semana, y en el mismo blog, se denunciaba: “Tres hombres de unos 20 años sujetaron a Amina. De acuerdo a testigos (quienes prefieren no dar a conocer su identidad), los hombres estaban armados. Amina golpeó a uno de ellos y le dijo a su amiga que fuera a buscar a su padre. Uno de los hombres puso su mano sobre la boca de Amina y la empujaron dentro de un Dacia Logan rojo que tenía una calcomanía de Basel Assad en la ventana.”
Ese post del secuestro, que recorrió el mundo en grandes titulares, y generó una campaña mundial para liberar a la bloguera, sería el principio del fin de la historia, pues Jelena Lecic, una croata residente en Londres, se reconoció en la supuesta foto de Amina que publicaron los medios.
La avalancha no se hizo esperar, y en muy pocos días Tom MacMaster, un norteamericano que a sus cuarenta años dice estudiar en la Universidad de Edimburgo y es un reconocido activista sobre temas del Medio Oriente, confesó que Amina es un fraude y que él y nadie más que él, de su propia mano, escribió todos los post que aparecieron en el blog.
Así que de pronto la famosa bloguera no era una muchacha sino un hombre maduro, no era una siria sino un norteamericano, no escribía desde Damasco sino desde Escocia, y de su orientación sexual puede decirse cualquier cosa pero a todas luces no es una lesbiana.
Además, ¿qué quiere decir eso de que es un “activista sobre temas del Medio Oriente”? Nadie lo sabe, y probablemente no sea más que otro eufemismo, como aquel de “contratista” usado por los medios para referirse a Allan Gross, el hombre que la USAID empleaba como mula para traer clandestinamente a Cuba recursos y tecnología a la supuesta disidencia cubana.
El 24 de marzo, la falsa Amina posteaba: “What a time to be in Syria! What a time to be an Arab! What a time to be alive! These are the thoughts flashing through my mind right now … I want to rush out in the street and celebrate (and will as soon as I finish writing this) Our revolution was growing slowly and was still a matter of small protests”.
¿Qué habrá hecho Tom después de escribir eso de: “quiero correr a la calle a celebrar (y lo haré en cuanto termine de escribir esto”? Quizá apagó su computador, salió a la calle en la tranquila Escocia, y se pidió una pinta de cerveza negra en cualquier pub.
Dramáticamente, la falsa Amina reportaba casi diariamente sobre Siria y la gran prensa le hacia caso y le servía de megáfono y de súper pantalla. Así se puede leer aun en The Guardian, bajo el título “A Gay Girl in Damascus becomes a heroine of the Syrian revolt”, un artículo firmado por Katherine Marsh, la corresponsal del diario británico en Siria.
Lo que mueve a risa –o a furia, según se quiera– es que ese artículo comienza diciendo “She is perhaps an unlikely hero”. O sea: Ella es tal vez un héroe improbable. Y claro que llevaba tantísima razón, como seguramente lo sabía de buena tinta quien escribió eso, pues si bien ya se sabe que Amina Arraf nunca existió, lo peor es que la Katherine Marsh que le regalaba tanta publicidad gratuita tampoco existe, ya que el propio The Guardian reconoce que ese es ¡solo el seudónimo de “un periodista que vive en Damasco”!
¡Cuanta mala leche y peor mala fe: un supuesto periodista que se esconde tras un seudónimo escribe sobre la heroicidad de una bloguera que no es más que pura falsedad! Pero eso es lo que publican todos los días y nos quieren vender como la verdad de verdad.
¿Cómo es posible que alguien se invente una falacia como esa, e inmediatamente se mediatice y sea el pan del desayuno de la gran prensa todas las mañanas?
La gran prensa mundial, que tan rápidamente se hizo eco de la fraudulenta Amina y replicó todo lo que de ella viniera, incluyendo el secuestro inventado, ¿qué fuentes consultó, qué información comprobó antes dar por cierta aquellas noticias? Seguramente realizó las mismas comprobaciones y usó mismas fuentes que usa cuando sobre Cuba reporta supuestos secuestros de blogueros independientes, o palizas a disidentes que luego no pueden mostrar ni un solo moretón, o huelgas de hambre donde los huelguistas terminan aumentando de peso y de pesos.
Tom MacMaster se inventó un personaje gay para mentir al mundo sobre Siria, y no le pasará nada por ello. El soldado Bradley Manning, que sí es gay, sacó del closet la verdad y los horrores de las tropas norteamericanas en Irak, y por ello está preso y sufre tortura.
El punto es que los post de Tom –y sus clones aquí en nuestro patio– decían lo que a Hillary Clinton y al Departamento de Estado le conviene, mientras el soldado Bradley le dijo al mundo lo que los poderosos no quieren que sepamos nunca jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario