Sostuvo que se trata de una norma única de su tipo en el mundo y que ofrece a los cubanos que llegan a ese país por vías ilegales privilegios que no reciben ciudadanos de ninguna otra nacionalidad.
El repudio a ese instrumento fue presentado por el representante alterno de Cuba en la ONU, Rodolfo Benítez, al hablar este jueves en una sesión de la Asamblea General dedicada al tema Migración y Desarrollo.
En todas partes habrá personas que siempre se arriesgarán a perder la vida para emigrar ilegalmente, pero lo que nunca tendrá justificación es que se les estimule a hacerlo, precisó el diplomático.
Benítez también repudió el robo de cerebros y el drenaje inescrupuloso de recursos humanos como una forma de saqueo cada vez más difundida.
Dijo que esa práctica la realizan los países desarrollados al mismo tiempo que enfrentan a los emigrantes pobres con persecuciones racistas, abusivas y discriminatorias.
Denunció que cuando los emigrantes son pobres y buscan trabajo entonces son perseguidos, maltratados y les cierran las puertas, pero si son científicos, médicos o ingenieros se les incita a emigrar con cantos de sirenas y promesas de todo tipo.
En esta materia, como en otras, se expresa la hipocresía y la doble moral del mundo en que vivimos, comentó.
El representante cubano indicó que países de Africa, el Caribe y América Central han perdido a través de la migración más del 30 por ciento de su población con educación superior.
Cerca de un tercio de todos los científicos formados en los países del Tercer Mundo no trabajan en sus naciones y más de la mitad de los que viajan a hacer un Doctorado en Norteamérica y Europa no regresan a su país de origen, señaló.
Precisó que en el caso de Cuba, el Gobierno de Estados Unidos aplica una política dirigida a captar médicos y otros especialistas de la salud cubanos que prestan importantes servicios en diferentes países.
No obstante, puntualizó que esos intentos chocan con la férrea voluntad de una nueva generación de profesionales formados por la Revolución y nuestros programas de cooperación internacional no se detienen.
En sentido general, Benítez sostuvo que las causas estructurales de la migración internacional están en el subdesarrollo, la pobreza y la exclusión social, resultado de siglos de explotación colonial y del saqueo de los recursos naturales del Tercer Mundo.
Nada detendrá la emigración mientras no se transforme el actual orden económico internacional profundamente injusto e insostenible, sentenció.
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