miércoles, 13 de abril de 2011

El Cabo Cason se convierte en Alcalde

› Cason se postula con promesas de cambios en Cuba

El ex jefe de la Oficina de Intereses, el diplomático retirado, James Cason acaba de convertirse en el alcalde de Coral Gables, la opulenta ciudad del sur de la Florida.
“Estoy muy contento por este triunfo, que ha sido para mí un verdadero shock, un milagro”, dijo Cason poco después de conocerse el resultado. “No creo que no ha habido antes un caso de un diplomático americano que haya sido electo para alcalde en una comunidad con sólo dos años de establecerse en ella”.
Según fuentes de Miami, el milagro de Cason fue posible gracias al apoyo cubano. El ex diplomático, de 66 años, ganó la elección con el apoyo del 38.8 por ciento de los votantes (3,056), seguido por el titular Don Slesnick, que alcanzó un 34.6 por ciento (2.721) de aceptación. Rezagado en un tercer puesto quedó Tom Korge, con un 26 por ciento (2,087).
Sin dudas en la decisión de sus votantes debe haber influido su antigua relación con la Isla. Según investigadores, Cason llegó a La Habana en el 2002 con orientaciones del entonces Sub Secretario de Estado Roger Noriega de buscar un rompimiento de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con la isla.
Durante sus años como jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en la isla, Cason alentó la actividad de los grupúsculos contrarrevolucionarios y repartió radios y literatura subversiva.
Durante su campaña electoral Cason explotó su servicio a la causa de los anexionistas de Miami. Un anuncio utilizado durante una recaudación de dinero recordaba el apoyo que Cason dio a los cubanos detenidos en el 2003 en la Isla, por actuar bajo órdenes de un gobierno extranjero, Estados Unidos.
Las autoridades de la Isla probaron que Cason, quien era el jefe de la oficina diplomática de Washington en La Habana, no solo daba instrucciones, sino que financiaba a manos llenas a los “disidentes” y hasta apadrinó a un partido político, sin disimular las intenciones de derrocar al gobierno de Cuba.
Por su agresiva retórica y su torpe injerencismo, los cubanos lo retribuyeron con el mote de “Cabo Cason”, aludiendo de paso a su amado lugarteniente, George W. Bush.
Según algunos investigadores, Cason aprovechó su estancia en La Habana para embolsarse dinero de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) al encubrir las operaciones fraudulentas de supuestas ONG, en particular la del agente CIA Frank Calzón, su amigo personal, subsidiadas por este mecanismo norteamericano de desestabilización e injerencia.

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