Foto: Generación Y
Por Hatuey
Ironías del destino. La bloguera más premiada, famosa y probablemente la más acaudalada en la blosgosfera, Yoani Sánchez, acaba de “traicionar el espíritu de su trabajo por cuenta propia”. En su entrevista con el ex presidente James Carter le regaló una modesta caja que contenía maní.
El gesto de la cándida globera cubana nos hizo recordar la visita que hiciera el presidente Obama a la reina Isabel II de Inglaterra y su esposo, el duque de Edimburgo. En ocasión de ese encuentro, el mandatario estadounidense, amante de las nuevas tecnologías, le entregó como regalo a la soberana un reproductor de música MP3 de la marca Apple.
Se afirma que recibir el presente, ya la reina de 82 años, disponía de un reproductor digital, un mini de seis gigabytes que compró, en 2006, a sugerencia de su hijo el príncipe Andrés.
En el caso del regalo de Yoani a Carter, no existen evidencias de que el mandatario, en su apretada agenda, tuviese tiempo de haber degustado con anterioridad, un rico maní tostado.
A escasas horas de que se produjera el contacto de la cibermercenaria con el ex presidente Carter - hombre de respeto y respetado por los cubanos- , en una entrevista concedida a la CNN Yoani Sánchez había anunciado que compartiría con el distinguido visitante “el empuje que, la información y las nuevas tecnologías, le han dado a la voz ciudadana”, pero como se puede apreciar, compartió maní. ¿Qué tendrá que ver el maní con estos temas?
Diversas especulaciones ha suscitado el peculiar presente. Para muchos, con este gesto, Yoani, la sagaz globera, ataca frontalmente una de las campañas del régimen en contra su persona, la de su enriquecimiento ilícito.
Otros expertos, impactados por las verdades reveladas en el serial de denuncia “Las Razones de Cuba”, están considerando que el presente de Yoani forma parte de una compleja operación de la seguridad del estado cubano que logró pasarle un mensaje subliminal al ex presidente Carter: “En Cuba los derechos humanos de quienes adversan al sistema están garantizados. Ninguno cantará el manisero”.
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