Hillary Clinton o no hay peor tonto que el que no quiere ver

Por M. H. Lagarde

Durante una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, en la que repasó la política exterior de EE.UU, la secretaria de Estado de EE.UU, Hillary Clinton, aseguró que la flexibilización de viajes y remesas a Cuba no tiene el objetivo de "complacer al régimen de Castro" sino apoyar al pueblo cubano.
Lo de que la flexibilización de viajes y remesas es la nueva estrategia ideada por el gobierno de Estados Unidos para suplantar -sin renunciar, por supuesto, al fin de derrocar a revolución cubana-, los 50 años de total fracaso de su política de bloqueo y agresiones, eso ya todo el mundo lo sabe.
Lo que no está claro para nadie es a qué pueblo de Cuba es el que  pretende apoyar, según la Secretaria de Estado, las “flexibles” medidas tomadas por el presidente Obama.
¿Se referirá a los cuatro gatos de la sociedad anexionista 0.2 a quienes la propia señora Clinton les da instrucciones vía tele conferencia en las residencias de su personal diplomático en La Habana?
Algo sin dudas anda mal en las comunicaciones del Departamento de Estado. Habría que ver qué dirá el informe que Lowell Dalton le habrá enviado a sus superiores en la SINA sobre la repulsa antiimperialista que le regalaron los vecinos del Vedado, el pasado domingo, mientras servía de pastor del rebaño de las Damas de Blanco.
¿Será Dalton uno de esos diplomáticos que, como los llamados opositores cubanos, solo repiten lo que suena acorde al anhelo de sus jefes? Nadie sabe. Lo más probable es que haya que aguardar por otra falla de seguridad informática en el Departamento de Estado.
Esperemos que, para entonces, un informe de la SINA no asegure que, como prueba de la admiración que los pobladores de la Isla le profesan al gobierno de EE.UU.,  una tarde de finales febrero del 2011, uno de sus diplomáticos fue “aclamado y vitoreado” por el pueblo cubano, en la céntrica esquina habanera de 19 y K.