En La Habana, todas las esculturas de Edgar Degas

La Habana, 18 dic (AIN) Por vez primera en el hemisferio occidental un museo -el Nacional de Bellas Artes de Cuba- exhibe la colección completa de 74 esculturas de Edgar Degas, facilitadas por el M. T. Abraham Center for de Visual Arts, de Estados Unidos.
La inauguración contó con la presencia de Alicia Alonso, directora general del Ballet Nacional de Cuba, a quien está dedicada, por celebrar este 21 de diciembre su cumpleaños 90.
Precisamente como homenaje a la prima ballerina assoluta, un grupo de niñas estudiantes de la Escuela Nacional de Ballet hicieron un performance, al término del cual colocaron una cinta de raso en la coleta de la mítica Pequeña bailarina de 14 años, única escultura que exhibió en vida de su creador y fue causa de una encendida polémica en el París de fines del siglo XIX.
Alex Rosemberg, tasador estadounidense de obras de arte, afirmó hoy -al inaugurar la muestra- que esta era una oportunidad única de disfrutar tan maravillosas esculturas del gran artista francés.
En su casi totalidad, su autor no pudo verlas en vida, porque sólo fundió la conocida como Pequeña bailarina y las demás se realizaron después de su muerte en 1917.
Organizador de esta muestra, Rosemberg -quien ha facilitado la presencia en Cuba de otras tres excepcionales exposiciones de arte- afirmó que esta era la más importante de todas y que sólo se exhibió anteriormente en Grecia, Israel y Bulgaria.
También dijo que de La Habana viajará a Valencia y que ya se coordina su presencia en otras importantes ciudades.
En un encuentro previo con la prensa, contó los avatares de estas piezas, su paso por las manos de varios propietarios y fundiciones, al punto de no poderse determinar su autenticidad, aunque todos aceptan su pertenencia a Degas y una de ellas alcanzó el precio de 19 millones de dólares hace poco tiempo.
Las piezas, de pequeño formato -menos la Pequeña bailarina- tienen por temas desnudos femeninos, caballos y el recurrente de las danzarinas de ballet.
Se distinguen por la gracia de los movimientos sugeridos y como buen impresionista, por el juego de las luces y sombras.