El motivo que los llevaba hasta allí, como tantas otras veces, era atentar contra la vida de Fidel Castro. De permitírselo, al día siguiente, en la noche del 18 de noviembre de 2000, habrían hecho estallar una potentísima carga explosiva durante un acto de solidaridad con la Isla, en el que participaría el Jefe de la Revolución junto a unas 200 personas.
“Paraninfo, un magnicidio frustrado”, de Ivón Deulofeu, es el recuento detallado de aquella historia, y de todo el entramado legal que le siguió, reconstruido diez años después de la fecha en que se habría producido el crimen.
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