Música y tortura

México, 2 Nov. (Notimex).- Durante décadas, la música ha sido sistemáticamente utilizada como método de tortura que no deja huella y que ha permitido el sometimiento de unos en manos de otros, aseveró Joseph Branden, catedrático de la Universidad de Columbia.
Al ofrecer la ponencia 'Música y tortura', en el marco del coloquio Arte y políticas culturales: tortura memoria geopolítica, organizado por la UAM, Branden habló de investigaciones que sostienen esa tesis y que revelan por ejemplo, que Estados Unidos y sus aliados han utilizado durante décadas el bombardeo acústico.
En Guantánamo, dijo, a los detenidos se les ponían música rap a muy alto nivel dentro de los interrogatorios, como tortura física y psicológica; pero Estados Unidos no ha sido el único país en emplear esos métodos.
Se sabe, expuso, que en los años 70 la inteligencia británica sometía a los prisioneros a ruido blanco, además de que los encapuchaban, los privaban del alimento y les quitaban el sueño; lo denominaban las cinco técnicas.
Actualmente, acotó, el uso de este bombardeo acústico se combina con la brutalidad física, el abuso sexual y la humillación cultural, como parte de un enfoque denominado futilidad.
Para los años 80, Estados Unidos exportó estos métodos a América Latina, donde el bombardeo acústico se utilizó junto con la música y el ruido blanco en naciones como Brasil, Argentina, Uruguay, además de Turquía e Israel, según Branden.
Por otra parte, al abordar el concepto de biomúsica, expuso que ésta ha estado presente desde 1968, cuando en el Congreso de Música Electrónica Internacional de Florencia, el investigador Manford E. Eaton dio a conocer un documento llamado Biopotenciales como datos de control de música espontánea.
Para poder producir estos resultados acústicos, Eaton sugería el manejo de algunas tecnologías, como el electrocardiograma, la respuesta galvánica de la piel para ver el nivel de transpiración y respiración, los movimientos oculares y la medición de las ondas cerebrales.
Decía que la idea era utilizar los bioponecializadores como parte de la fuente de material musical.