Fariñas sí que merece un Premio

Por M. H. Lagarde

La página web de Radio Martí, la emisora que todo el mundo considera un fraude pero que de todas formas el gobierno de Estados Unidos se empeña en mantener funcionando, acaba de anunciar que Guillermo Fariñas Hernández, “fue propuesto por el grupo parlamentario del Partido Popular Europeo para recibir el Premio Andrei Sájarov a la Libertad de Conciencia, que otorga anualmente el Parlamento Europeo”.
La candidatura de Fariñas es patrocinada por el español Jaime Mayor Oreja y Jaroslav Walesa, hijo del conocido líder polaco, y para ser galardonado, el “psicólogo” y “periodista” cubano tiene que recibir el apoyo de la conferencia de presidentes de los grupos políticos de la Eurocámara.
A diferencia de otros “disidentes” cubanos creo que Fariñas sí que se merece un premio. Pero no precisamente el Sajarov, que tras habérsele otorgado a Oswaldo Paya Sardiñas y a las llamadas Damas de Blanco, se ha acuñado como un galardón que suele endilgársele a los mercenarios al servicio del gobierno de Estados Unidos.
Podría ocurrir además que, más allá del desprestigio con que cuenta dicho reconocimiento, alguien objetara la candidatura de Fariñas aduciendo que, por mucho que lo fotografíen con camisa y laptop, el “disidente” no es periodista ni muchos menos independiente, o que su profesión de psicólogo más que bien, lo único que ha hecho es ponerlo peor del cholo, o mejor, del “coco”.
No obstante, repito, Fariñas sí merece un premio. Mucho más que la bloguera mercenaria Yoani Sánchez que, salvo quitarse una peluca, no ha realizado hazaña alguna.
Fariñas se merece el Premio del Record Guinnes en su doble condición de huelguista y entrevistado. ¿Quién en el mundo, en su sano juicio, ha sobrevivido a 24 huelgas de hambre? ¿Se ha visto a otro huelguista que, aún al borde de la muerte, no haya dejado un instante de ofrecer entrevistas a diarios, emisoras de radio y cadenas de televisión?
Fariñas no será periodista, ni sicólogo y mucho menos ex combatiente en Angola, pero el insólito mérito de servir de payaso mediático a las campañas de prensa contra Cuba no se lo quita nadie.
Al loco, lo que es del loco.