SE DESHIELA EL PLANETA
Por Jorge Ángel Hernández
Como cubos cansados de enfriar bienes raíces
los hielos se desprenden.
No serán nunca más la superficie inasible.
Llegarán las especies a invadirlos,
a pulsar sus calores y sus ritmos.
Se apresura el deshielo; cada año
vendremos a cambiar los calendarios,
a añadir a los meses comodines.
Hasta que el tiempo retorne hacia sí mismo
y sobre el esperar
y no quede otra opción
que el mandoble de lanzar cada hora a sobrevida.
El espectáculo paga y así vamos
a probar que el derrumbe es tan vulgar
que sus tomas de efectos especiales
no convencen al párpado alienado.
Se deshiela el planeta y lo servimos
en sorbos a la roca,
en gargantas sedientas
que lo van descolgando de su imagen.
Por Jorge Ángel Hernández
Como cubos cansados de enfriar bienes raíces
los hielos se desprenden.
No serán nunca más la superficie inasible.
Llegarán las especies a invadirlos,
a pulsar sus calores y sus ritmos.
Se apresura el deshielo; cada año
vendremos a cambiar los calendarios,
a añadir a los meses comodines.
Hasta que el tiempo retorne hacia sí mismo
y sobre el esperar
y no quede otra opción
que el mandoble de lanzar cada hora a sobrevida.
El espectáculo paga y así vamos
a probar que el derrumbe es tan vulgar
que sus tomas de efectos especiales
no convencen al párpado alienado.
Se deshiela el planeta y lo servimos
en sorbos a la roca,
en gargantas sedientas
que lo van descolgando de su imagen.
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