viernes, 7 de mayo de 2010

Bush tendrá Memorias

Por Rolando Pérez Betancourt

En verdad la noticia no ha causado gran revuelo en el mundo editorial debido a que el autor no es de fiar (y además ya se filtra que en muchos temas vendrá por la misma senda del truco), pero siempre habrá curiosidad por leer las Memorias de un presidente de Estados Unidos, aunque se trate de George W. Bush, quien al terminar su mandato con un 70% de desaprobación ciudadana, le rompió el récord del descalabro político a Richard Nixon.
Escribir Memorias por parte de los presidentes norteamericanos es casi una tradición, como tradición es también que el texto esté plagado de justificaciones, algunas, las mismas que en su momento salieron a enfrentarse a la opinión pública, y otras amparadas en un maquillaje delineado por un mayor tiempo de reflexión y con la complicidad de la gramática (aunque se sabe que Bush se jactaba de no leer, porque otros lo hacían por él).
En la mayoría de los casos, y aunque no han faltado revelaciones interesantes, lo predominante en esas Memorias es el "lavado de cara" en aras de preservar una imagen pública para la posteridad.
En el verano de 1977, tres años después de renunciar y de haberse mantenido recogido, Richard Nixon concedió una entrevista televisiva con el ánimo de desquitarse del escándalo Watergate y de crear una "nueva verdad", principalmente para la audiencia norteamericana (hay una película sobre el asunto). Para ello escogió a David Frost, un conocido presentador inglés de la televisión. Frost se desenvolvía en el mundo de la farándula y sabía poco de política, pero se asesoró e hizo que Nixon, al perder las riendas del debate, le declarara que "no había nada ilegal con respecto a lo que hiciera un presidente norteamericano".
Fue algo así como un tiro de gracia. Pero un año después, Nixon publicó Mis memorias y se hizo millonario, no obstante haber sido calificado el libro de demasiado extenso y aburrido, en lo particular en las justificaciones referidas al Watergate ("Nixon no se ha dado cuenta que se dejó atrapar en la misma telaraña que él fabricara", diría zorruno su secretario de Estado Henry Kissinger).
Bob Woodward, uno de los dos periodistas que sacaron a relucir el escándalo Watergate, ha asegurado que George W. Bush le reveló que "lo interesante de ser presidente es que no tenía que dar explicaciones de por qué decía las cosas".
La semejanza con lo que le declarara Nixon a David Frost es bastante, solo que ahora la confesión no fue delante de las cámaras.
Sin embargo, y siguiendo la vieja tradición, Bush llegará cargado de "verdades" justificativas en sus Memorias, que según la empresa editorial Crown verán la luz en noviembre de este año. Desde que dejó la presidencia, el ex ha tenido poca vida pública y la Editorial dio a conocer que se mantiene en su rancho de Texas puliendo y volviendo a pulir el libro, cuya cubierta, como parte de una campaña de mercado, se acaba de presentar.
En esencia, las Memorias se centrarán en las 14 decisiones "más críticas e históricas" que el mandatario tuvo que tomar durante su presidencia, entre el 2001 y el 2009 (por lo que es de esperar que el pucherazo que le dio a Al Gore en la Florida, durante las elecciones presidenciales del 2000, no tenga cabida, aunque sí se adelanta que hablará, en lo sentimental, de lo que fue aquella "gran noche" para él).
Entre esos momentos críticos e históricos enumerados por la Editorial clasifican el atentado a la Torres Gemelas, las guerras de Iraq y Afganistán, la crisis financiera ( en que dejó sumido al país) y el huracán Katrina, temas todos que en su momento estuvieron acompañados de una estela de manipulaciones y burdas mentiras, luego descubiertas a los cuatro vientos, por lo que cabe pensar que el encierro en Texas para "pulir el libro" no se refiera solo a la eliminación de adverbios y gerundios sobrantes, sino al concepto popular de "pulirla" hasta llegar al brillo, en el ánimo de volver sobre tantas falsedades y engaños.
En lo concerniente a la vida personal del ex mandatario, la Editorial destaca que retomará los viejos temas de su superada dependencia del alcohol, y su total entrega a la fe religiosa.
Junto con la salida del libro en inglés, Bush emprenderá una gira promocional por Estados Unidos y Canadá. El ejemplar costará 35 dólares y habrá una edición especial de mil libros autografiados al precio de 350 dólares.
Aunque se sabe que el autor no es de fiar, siempre habrá curiosidad por mirar detrás de las cortina de un ex presidente norteamericano, por lo que se espera que, al igual que sucedió con las Memorias de Nixon, se recauden varios millones de dólares.
En cuanto a si el autor piensa destinar parte de las ganancias a los cientos de miles de familias que perdieron a sus seres queridos en las guerras y agresiones por él propugnadas a lo largo de nueve años —incluyendo una elevada cifra de niños— la Editorial no ha mencionado una sola palabra.

Tomado de Granma

2 comentarios:

  1. Sería bueno leer el libro, aunque ya podemos saber o imaginarnos que contendrán sus páginas, estas estarán cargadas de odio, guerra, pobreza, hambre y muerte. Ya que es lo que le ha hecho Bush al mundo en el tiempo que tuvo en el poder de EEUU.

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  2. Casi que quiero ver eso, a ver que tipo de información supuestamente clasificada obtendremos de él, si en realidad ese libro es sincero nos vamos a dar gusto leyendo, las payasadas que ha cometido, el sin número de actos terroristas que ha pagado.Además de decir, esta es la mejor parte que le gustaría Cuba, pero que es algo imposible,que se murió, sin saborear esa tierra.

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