Por Santos Pérez
Las corporaciones mediáticas españolas, en especial el Grupo Prisa, los blogs y otros medios de la contrarrevolución comienzan a introducir una nueva matriz de opinión. Se trata de colocar automáticamente cualquier voz crítica desde Cuba dentro del concierto de la campaña interesada y esencialmente subversiva contra nuestro país.
Los periódicos españoles y los blogueros mercenarios cumplen un doble objetivo: “ganar” para su causa a personas y grupos con probada legitimidad dentro de nuestro país y “extraer” del ámbito democrático-participativo que caracteriza a la sociedad civil cubana voces esenciales que aportan a esta última buena parte de su consistencia fundamental.
Estos medios, manipuladores por esencia, se especializan en entretejer frases, alejarlas de sus contextos u omitirlas, como es el caso de las recientes declaraciones de Silvio Rodríguez al presentar el disco Segunda cita, en las que resaltan las críticas del cantautor a la Revolución, pero obvian su apego a la causa y no a aquellos que la desacreditan.
Confundir y enrarecer es otra de las mañas que han desarrollado, conocen perfectamente cuáles son las pretensiones de los campesinos, de los obreros y de aquellos jóvenes que integran proyectos socioculturales cuando sacan a la luz dificultades y problemas de la sociedad, que no se parecen ni se escriben igual a las de Yoani y su Generación Y, junto con las Damas de Blanco y todos los demás grupúsculos contrarrevolucionarios.
Los jóvenes de la Asociación Hermanos Saiz, los intelectuales, líderes comunitarios y miembros de las organizaciones sociales que critican la discriminación racial, los artistas y escritores que expresan sus preocupaciones con disímiles problemas de la sociedad, los millones de hombres y mujeres que critican y cuestionan todos los días, lo hacen con completa libertad en las instituciones y fuera de ellas. No pasa un día sin que se produzca un debate, sin que se publique un texto crítico, sin que se envíe un correo electrónico que exprese una duda o un cuestionamiento. Como tampoco pasa un día sin un apasionante espectáculo deportivo o musical, sin una nueva película o exposición, sin visitantes interesantes de cualquier rincón del mundo. Este sábado en La Habana se jugaba a lleno completo la final del campeonato de baloncesto, se disfrutaba del partido entre el Madrid y el Barcelona, abrieron los teatros y las salas de conciertos, la Colmenita actuaba en el Carlos Marx. Mientras tanto, miles de personas disfrutaron del Concierto Por la Patria, en la Tribuna José Martí. Espectáculos similares, repletos de público como siempre, tuvieron lugar en todas partes del país.
Pero nada de eso es noticia para la gran prensa. Para serlo, tiene que servir a la agresión mediática y a sus objetivos subversivos. Y por definición, no sirve. Esa vida real de los cubanos y las cubanas que los grandes medios ignoran, transcurre, con todas sus complejidades y matices, en la Revolución y por la Revolución. Esa masa crítica de la sociedad civil pertenece a la Revolución y no a sus enemigos. Estos últimos lo saben y ya comienzan a errar: están tratando de meter a la cañona en su campo a quienes nada tienen que ver con los amos imperiales del puñado de mercenarios que inunda el mundo virtual de las primeras planas.
Lo mejor del asunto es que ni Yoani, ni Hernández Busto, ni ninguno de los “intelectuales” madurados con carburo de los últimos meses sabían nada de esos jóvenes ni de esos críticos hasta el otro día. Y seguramente ni Coco Fariñas ni Marta Beatriz Roque tienen la menor idea de por dónde va el asunto. Sencillamente, la soledad de estos grupitos es tan obvia para Cuba y su gente real, que hay que inventarse compañía entre esa misma gente.
Tanta mentira y tanto invento, si bien responden a una agenda conocida, tienen que tener algún propósito avieso a más corto plazo. Los graznidos sobre el colapso del régimen están tan tomados por los pelos, que seguramente esconden algo mucho más concreto. ¿Por qué se inventa esta especie de “revolución de terciopelo” existente solo en El País, ABC y en algunos blogs? ¿Por qué se trata de algo que la mala conciencia de cierta izquierda europea puede comprender tan bien?
A sabiendas de que el timo funcionará, se echa a rodar la especie prefabricada. Detrás de la cortina de humo del malestar que produce la rémora del estalinismo en las “democracias” europeas está, sin dudas, el claro interés de las derechas fascistoides –que son varias, está claro- de frustrar cualquier posibilidad de normalización de las relaciones de Cuba con Europa y, por si acaso, con los Estados Unidos de Barack Obama.
Mas que gastado el tema de la guerra contra cuba, ya todos sabemos lo que hay pero lo que debemos tener en cuenta y bien presentes es nuestra posicion en todo esto y somos capaces de hacer para contrarrestar esta guerra que nos estan haciendo.
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