Por M. H. Lagarde
El gobierno de Cuba tiene "responsabilidades fundamentales" por las condiciones de sus presos y debe cumplir con las obligaciones internacionales, afirmó este lunes ante la prensa el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley.
Lo que no dijo Crowley es que el gobierno de Estados Unidos es quien, a golpe de dólares, como revelan documentos públicos de su gobierno , históricamente ha creado y sigue creando a los llamados presos políticos cubanos.
Como afirmó recientemente el presidente del Parlamento Cubano, desde el mismo triunfo de la Revolución, en el “Programa de acción encubierta en contra del régimen de Castro” se aseguraba que: “El primer requerimiento es la creación de una oposición cubana al régimen de Castro y el segundo es desatar una poderosa ofensiva de propaganda en nombre de esa oposición para realzarla”.
Crowley se refirió además que Washington tiene "grandes preocupaciones" por el estado de las cárceles cubanas, como la falta de higiene y agua potable”.
Pero igualmente se olvidó de mencionar el férreo bloqueo contra Cuba que, desde hace 50 años varias administraciones estadounidenses, incluyendo a la que él representa, mantienen contra la Isla.
Llama la atención que en ese medio siglo, ningún vocero del Departamento de Estado ni ningún otro funcionario norteamericano -siempre tan preocupados por la suerte de sus mercenarios-, haya dicho una sola palabra a favor de la vida de los niños cubanos que padecen enfermedades oncológicas y no pueden acceder a fármacos procedentes de Estados Unidos.
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